Una nueva Transici¨®n
Las pr¨®ximas elecciones no abren s¨®lo una nueva legislatura sino quiz¨¢ el inicio de un r¨¦gimen pol¨ªtico distinto. Podemos quiere que los protagonistas fundamentales de los cambios no sean las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, sino los ciudadanos
Cuando daba clases, me gustaba mostrar a mis alumnos una secuencia memorable de la genial Queimada de Gillo Pontecorvo. En ella, el personaje que interpreta Marlon Brando, un agente al servicio del Imperio Brit¨¢nico y sus empresas, a prop¨®sito de la Revoluci¨®n Francesa, dice que a veces 10 a?os pueden revelar las contradicciones de todo un siglo. Aquel movimiento que llen¨® las plazas espa?olas el 15 de mayo de 2011 se?al¨® simb¨®licamente la crisis de nuestro r¨¦gimen pol¨ªtico, sus contradicciones, y marc¨® el inicio de una nueva Transici¨®n que sigue en marcha.
El r¨¦gimen pol¨ªtico espa?ol que llamamos de 1978 en honor a su Constituci¨®n, es el resultado de nuestra exitosa Transici¨®n; un proceso de metamorfosis pilotado por las ¨¦lites del franquismo y de la oposici¨®n democr¨¢tica que hizo que Espa?a pasara de ser una dictadura a transformarse en una democracia liberal homologable. Como se?ala Emmanuel Rodr¨ªguez en su ¨²ltimo libro, las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas franquistas carec¨ªan de legitimidad pero contaban con casi todo el poder. Mientras, las ¨¦lites de la izquierda clandestina casi s¨®lo contaban con legitimidad; V¨¢zquez Montalb¨¢n, con su fina iron¨ªa, llam¨® a esto ¡°correlaci¨®n de debilidades¡±.
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Aquel proceso de transformaci¨®n cont¨® con momentos normativos fundamentales en lo pol¨ªtico, como los referendos que avalaron la Ley para la Reforma Pol¨ªtica y la propia Constituci¨®n, y tambi¨¦n en lo econ¨®mico, como los Pactos de La Moncloa que abrieron el camino a la versi¨®n espa?ola de desarrollo neoliberal. El fracaso del golpe del 23-F que consolid¨® el prestigio de la Monarqu¨ªa, la victoria del PSOE en 1982, y la incorporaci¨®n de Espa?a a la Comunidad Europea y a la OTAN terminaron de consolidar nuestra Transici¨®n. El nuevo r¨¦gimen se articul¨® sobre un sistema de dos grandes partidos nacionales, manej¨® bien la tensi¨®n catalana mediante un funcional sistema de reconocimiento mutuo entre las ¨¦lites de Catalu?a articuladas pol¨ªticamente en torno a CIU y las espa?olas, y convivi¨® con el terrorismo de ETA en un Pa¨ªs Vasco en el que el PNV se convirti¨® en el partido hegem¨®nico.
Apoyada por un desarrollo sin precedentes de la cultura audiovisual y unos medios de comunicaci¨®n que se consolidaron como los principales actores ideol¨®gicos, la base social del r¨¦gimen de 1978 fueron unas nuevas y autopercibidas clases medias que asociaron el futuro de Espa?a a una promesa de modernizaci¨®n y mejora de sus condiciones y expectativas de vida que, en cierta medida, se cumpli¨®. La ¨²ltima etapa feliz de aquel r¨¦gimen, que precedi¨® a la crisis de 2008 y que fue protagonizada por el Partido Popular, se asent¨® sobre un modelo de desarrollo basado en el consumo mediante el cr¨¦dito, en la especulaci¨®n inmobiliaria y en la divisi¨®n del trabajo europeo. La crisis financiera termin¨® por revelar los l¨ªmites y peligros del modelo espa?ol y el envejecimiento de sus estructuras pol¨ªticas, haciendo pagar a las clases medias y asalariadas los platos rotos.
La crisis financiera mostr¨® los l¨ªmites del modelo e hizo pagar a las clases medias los platos rotos
De aquellas instituciones del r¨¦gimen de 1978 parece que hoy s¨®lo gozan de relativa buena salud las Fuerzas Armadas (m¨¢s modernas en buena medida gracias a que se abrieron al mundo), la Monarqu¨ªa, gracias a la sustituci¨®n de Juan Carlos por Felipe, y el PNV, que seguramente espera su momento.
El peri¨®dico en el que hoy escribo constituye quiz¨¢ el m¨¢s importante baluarte cultural de aquella Transici¨®n y de aquel r¨¦gimen y, quiz¨¢ por ello, all¨¢ por 2012 (mucho antes de Podemos), en un lucid¨ªsimo editorial titulado La urgencia de pactar percibi¨® la crisis org¨¢nica espa?ola y llam¨® a los partidos del r¨¦gimen (PSOE y PP) a ponerse de acuerdo entre ellos para enfrentar una situaci¨®n de vulnerabilidad del sistema de partidos que podr¨ªa dar al traste con su hist¨®rica estabilidad.
Pero la d¨¦cada de transformaciones hab¨ªa comenzado ya. El proyecto europeo no hab¨ªa dejado de debilitarse como consecuencia de la crisis (as¨ª lo reconoc¨ªa el presidente del Parlamento Europeo el d¨ªa que me estren¨¦ en aquella C¨¢mara) y en Espa?a, al tiempo que el problema catal¨¢n estallaba en todo su esplendor, Podemos desafiaba al bipartidismo con una fuerza in¨¦dita. Que a pesar de nuestra inexperiencia y de nuestros errores, a pesar de haber recibido m¨¢s ataques que nadie, sigamos con las expectativas de ganar las elecciones intactas, es solo explicable por la excepcionalidad del momento. Que una fuerza pol¨ªtica como Podemos, en la que sus ¨®rganos internos y sus candidatos son elegidos en primarias abiertas a la ciudadan¨ªa, sin listas bloqueadas, en la que nada menos que la pol¨ªtica de alianzas se somete a refer¨¦ndum, sea alternativa de gobierno, es s¨®lo explicable por la excepcionalidad que vivimos.
Grecia no es Espa?a. Nuestro pa¨ªs cuenta con mucha m¨¢s fuerza como actor en Europa
La historia nunca est¨¢ escrita (ignorar esto fue quiz¨¢ el mayor error de algunos materialistas) y en los pr¨®ximos meses va a dirimirse en Espa?a, siempre con un ojo mirando a Europa, la forma en la que se resolver¨¢ la nueva Transici¨®n en marcha. Las pr¨®ximas elecciones, de hecho, no abren s¨®lo una nueva legislatura sino quiz¨¢ el inicio de un nuevo r¨¦gimen pol¨ªtico en el que muchas cosas habr¨¢n de cambiar. La pol¨ªtica es siempre conflicto y nos tocar¨¢ jugar nuestras cartas en un contexto dif¨ªcil, en el que nos enfrentamos a adversarios muy poderosos que celebran hoy el acuerdo de Grecia como una victoria temporal de la raz¨®n c¨ªnica y de la reacci¨®n frente al europe¨ªsmo social. Sin embargo, Grecia no es Espa?a. Nuestro pa¨ªs cuenta con mucha m¨¢s fuerza como actor en Europa y con unas instituciones p¨²blicas capaces de disciplinar a nuestras oligarqu¨ªas corruptas, improductivas y defraudadoras simplemente haciendo cumplir la ley.
Llevamos un a?o prepar¨¢ndonos para ganar siendo la fuerza pol¨ªtica que representa a las clases populares y a la sociedad civil, defendiendo un proyecto de pa¨ªs para las mayor¨ªas sociales basado en la regeneraci¨®n de las instituciones, en la justicia social y en la soberan¨ªa. Para ello estamos comprometidos con la promoci¨®n de un nuevo pacto de convivencia social y territorial que habr¨¢ de articularse mediante un proceso constituyente que no se negocie en despachos, sino mediante un gran debate social, que haga que en la nueva Transici¨®n los protagonistas fundamentales no sean las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas, sino los ciudadanos.
Dec¨ªa un l¨²cido socialista ruso que hay d¨¦cadas en las que no sucede casi nada y semanas en las que las d¨¦cadas se precipitan. Las semanas que nos esperan son de estas ¨²ltimas. Trataremos de estar a la altura.
Pablo Iglesias es secretario general de Podemos.
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