Acerca de la verdad

El mayor enemigo del periodismo es un periodista que miente y manipula. Pero el peligro inmediatamente m¨¢s amenazador proviene de quienes, desde el poder, tratan de convencernos de que ellos van a lograr que nadie mienta ni manipule m¨¢s. La mejor tradici¨®n literaria anglosajona ya nos habla de las profundas contradicciones de un oficio que no es ejemplar, pero que es imprescindible en un sistema de libertades y garant¨ªas. Parece absurdo tener que volver a explicar esto, pero demasiado a menudo en Espa?a se empieza a considerar imb¨¦cil a la gente y por tanto incapaz de enfrentarse a una prensa libre, a un mercado libre, a una democracia libre, con lo que se asume, casi como un gesto de caridad, que venga alguien y nos proteja. La pureza, cuando alcanza el extremismo, se convierte en el agente m¨¢s contaminante de una sociedad, basta mirar hacia los excesos religiosos cuando someten a la organizaci¨®n social.

Seamos pues en extremo prudentes a la hora de valorar el papel del periodista en la sociedad democr¨¢tica. Cualquier tentaci¨®n de controlarlo, tan solo pretende disminuir la capacidad del ciudadano para discernir por s¨ª mismo. Como ha sucedido en tantas ocasiones y pa¨ªses, la extinci¨®n de la informaci¨®n libre siempre se hace bajo la coartada de la felicidad colectiva y el amor a la verdad. A los peores periodistas tambi¨¦n les vale generar fidelidades ciegas, como a los peores pol¨ªticos, porque as¨ª, cada uno en su bando, todos est¨¢n bendecidos por la fila propia. El error de la cuenta municipal no est¨¢ en desmentir noticias, eso lo hace cada d¨ªa cualquier gabinete de prensa avezado. El error est¨¢ en llamarse Versi¨®n Original y pretender arrogarse una autoridad sobre la verdad, la pureza entre los impuros.

El periodismo naci¨® porque el poder ment¨ªa de manera ostensible bajo su autoridad institucional. Con el cercano esc¨¢ndalo B¨¢rcenas, vimos c¨®mo la primera reacci¨®n del poder fue la negaci¨®n de las anotaciones manuscritas. Se presentaron querellas contra los medios, que luego fueron retir¨¢ndose, cuando la verdad pas¨® a ser otra m¨¢s conveniente. Que el tesorero actuaba por cuenta propia. El periodismo ha tirado abajo Gobiernos, sentencias y r¨¦cords deportivos. Desautorizarlo es una estrategia muy ¨²til para librarse de su incordio. El error, la mentira y la maldad, que anidan en todas las profesiones que desempe?an seres humanos, tambi¨¦n son evidentes en el periodismo, pero lo compensan la insistencia, la molestia, la indagaci¨®n y la sospecha, virtudes de un oficio inventado para poner en duda toda verdad que se pretende irrebatible.