Lilian Tintori: ¡°Venezuela sufre la peor represi¨®n de su historia reciente¡±
Con su marido y l¨ªder de Voluntad Popular, Leopoldo L¨®pez, preso en su pa¨ªs desde hace a?o y medio, esta mujer fuerte y desafiante en su batalla se ha erigido en la principal defensora contra la represi¨®n del r¨¦gimen de Maduro
Probablemente, Lilian Tintori no se planteara hace a?os que su vocaci¨®n maratoniana le iba a servir para el trance que vive ahora. Es para corredores de fondo. Su gran traves¨ªa empez¨® el 18 de febrero de 2014, cuando su marido, Leopoldo L¨®pez, opositor al chavismo y l¨ªder de la socialdem¨®crata Voluntad Popular, entr¨® en la c¨¢rcel de Ramo Verde, sencillamente por razones pol¨ªticas.
La gran diferencia con las dem¨¢s pruebas estriba en que, de esta, todav¨ªa, no se vislumbra la meta. S¨ª, en cambio, el recorrido. Tintori acude all¨ª donde la llamen para concienciar al mundo de la evidente dictadura vestida con ch¨¢ndal de democracia que un obcecado Nicol¨¢s Maduro intenta sostener a sangre, fuego y consignas en la Venezuela que hered¨® de Hugo Ch¨¢vez.
Una de sus etapas trajo a Tintori a Madrid a principios de julio. En Espa?a, su causa ha recabado varios apoyos, pero tambi¨¦n pol¨¦micas. Una ha sido el silencio de Pablo Iglesias, l¨ªder de Podemos, sobre su caso, con una esquiva negativa a recibirla tanto a ella como a Mitzy Capriles, esposa del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, tambi¨¦n perseguido. Por el contrario, Felipe Gonz¨¢lez s¨ª dio un paso adelante al proponerse como defensor de los opositores junto a otros antiguos presidentes latinoamericanos ¨Ccaso del brasile?o Fernando Henrique Cardoso, el chileno Ricardo Lagos o el colombiano Andr¨¦s Pastrana¨C, lo que le cost¨® un portazo de las autoridades venezolanas en el intento.
Pero la esposa de L¨®pez, portavoz de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), que a¨²na a toda la oposici¨®n, no reduce su lucha a la liberaci¨®n de su marido. Sus dotes comunicativas ¨Cfue presentadora de televisi¨®n, es maestra de carrera y ha sido campeona de kitesurf¨C las pone con contundencia al servicio de los 75 presos pol¨ªticos que acompa?an a L¨®pez en las c¨¢rceles de la Venezuela actual, aparte de denunciar los casos de quienes han ca¨ªdo a balazos en diferentes enfrentamientos o han sido torturados por el camino.
En su lucha, la acompa?an codo con codo sus suegros. Leopoldo padre, desde fuera, obligado a un exilio forzoso por su pertenencia al consejo editorial del diario El Nacional. Antonieta Mendoza, madre de L¨®pez, entrando y saliendo del pa¨ªs, atendiendo a sus nietos y turn¨¢ndose en las visitas a la c¨¢rcel con los ni?os.
Para atemperar el trauma a Manuela, de cinco a?os, y Leopoldo, de dos, vale todo: desde historias inventadas por los abuelos al modo de La vida es bella, cont¨¢ndoles que su padre est¨¢ entre rejas para protegerle de los tigres que acechan la c¨¢rcel, a vivir angustiados la vigilia de la huelga de hambre que tuvo en vilo al pa¨ªs durante 30 d¨ªas y que L¨®pez dio por terminada cuando Maduro convoc¨® elecciones parlamentarias para diciembre.
Buena prueba la que est¨¢ viviendo para toda una deportista, como es usted. Soy maratonista, con la excusa de correr he conocido el mundo. Mi primera carrera, a los 18 a?os, fue la de Caracas, luego hice Nueva York, Par¨ªs, Chicago, la Muralla China, Argentina¡ Tom¨¦ los maratones como forma de vida. Entreno todo el a?o para acometerlos. Es un sacrificio, pero con un objetivo claro, medallas para dedic¨¢rselas a mis hijos y a los m¨ªos.
Este no es un caso jur¨ªdico, es pol¨ªtico¡±
Y del que vive ahora, ?qu¨¦ me dice? Esto es un ultramarat¨®n. Aquellos lugares que no conoc¨ªa porque no los hab¨ªa corrido, ya puedo decir que los he visitado para defender los derechos humanos. Hemos ido a todos lados.
Ha dado un salto que guarda coherencia con algo que usted conoce bien: la capacidad de aguante. Resistencia, foco y lograr la meta que es la libertad. La de 75 presos pol¨ªticos que actualmente sufren en Venezuela, la del mismo pa¨ªs ante la persecuci¨®n y la censura que existe hoy all¨ª. Ese es el objetivo y estamos decididos a ir a por ¨¦l. Cuando uno trabaja desde el alma, desde el coraz¨®n, con mucha pasi¨®n y compromiso, nada ni nadie nos va a apartar de llevar ese mensaje de democracia y libertad ante el mundo. La comunidad internacional es clave en esta lucha y no nos sentimos solos gracias a ella.
Bueno, hay pa¨ªses y pa¨ªses. Y gente que a¨²n cree o defiende que Venezuela es una democracia. A ellos les pedir¨ªa que me acompa?en para all¨¢, que entren y se queden conmigo tan solo un d¨ªa. Que cuenten entonces lo que ven. Largas colas alrededor de una farmacia o un supermercado, con escasez de alimentos y medicinas b¨¢sicas, un alto costo de la vida que alcanza el 74% de inflaci¨®n. La inseguridad impera. Cada 20 minutos matan a un venezolano. Secuestran, roban, no existe el Estado de derecho y eso, si est¨¢s all¨ª, lo puedes comprobar en pocas horas.
No se harta usted de repetir las palabras que le costaron c¨¢rcel a su marido. ?Cu¨¢les fueron? Denunci¨® al r¨¦gimen de Maduro como antidemocr¨¢tico, corrupto e ineficiente. Por poner de manifiesto esto, anda preso. Por sus palabras, por sus ideas y por su proyecto. Por reclamar un cambio, est¨¢ encarcelado. ?l es un l¨ªder pol¨ªtico que inspira y gu¨ªa a la gente en nuestro pa¨ªs. Para m¨ª y tantos millones es el futuro con esa visi¨®n bien clara de una Venezuela pr¨®spera. Cuando se entreg¨® dio la cara, convoc¨® mediante redes sociales, con un v¨ªdeo, a que lo acompa?aran y salieron m¨¢s de 600.000 personas.
No andaba usted muy convencida de que lo hiciera. Por supuesto que no.
?Por qu¨¦ ahora s¨ª lo est¨¢? ?l quer¨ªa quedarse en Venezuela. Nunca contempl¨® la opci¨®n de irse. Las autoridades le pusieron en ese dilema. ?l nunca se va a ir. Por eso se entrega. Pero cuando le pregunt¨¦ por qu¨¦ lo hac¨ªa, ¨¦l me contest¨® algo que me marc¨®. Lo comparto ahora y me llena de orgullo: me dijo que, si no lo hac¨ªa, la injusticia y falta de derechos que nos rodean seguir¨ªan igual o peor. Esto en que nosotros nos hemos metido como familia se lo han infringido a cientos de personas. Nuestro pa¨ªs sufre una impunidad del 97% de los casos que se presentan ante la justicia, seg¨²n Naciones Unidas. Leopoldo se dedic¨® durante a?os a recorrer el pa¨ªs y ha sentido eso, lo ha visto, con testimonios de familiares que se lo han relatado. Se entrega, adem¨¢s, por otras razones: es inocente de lo que se le acusa y quiere probarlo.
?Cu¨¢les son los cargos, expresamente? Este no es un caso jur¨ªdico, es pol¨ªtico, eso debe quedar claro. Lo acusan de instigaci¨®n a delinquir, que sus palabras incitaron a hechos violentos en las calles. Eso es lo que le convierte en preso de conciencia. Est¨¢ siendo juzgado por sus declaraciones, que son derecho sagrado, por una libertad de expresi¨®n que en Venezuela no existe, con ataques directos a periodistas y cierres de peri¨®dicos o canales de televisi¨®n. Si ¨¦l se entrega es para quitarle la m¨¢scara a Nicol¨¢s Maduro, y despu¨¦s de un a?o y cuatro meses creo que de esto no hay duda. Lo que est¨¢ pasando en Venezuela no es un secreto para nadie. Hasta los l¨ªderes m¨¢s cercanos al chavismo saben que no existe libertad ni Estado de derecho.
Antes de entrar, ?qu¨¦ le pidi¨®? Que cuidara a nuestros hijos.
Ya, pero usted, aparte de eso, se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha por los derechos humanos. ?A su pesar? ?Se vio de peque?a como es ahora? S¨ª¡ Yo de peque?a quise ser maestra y estudi¨¦ educaci¨®n. Trabaj¨¦ varios a?os en ello, tambi¨¦n en los medios de comunicaci¨®n, radio y televisi¨®n, pero cuando me cas¨¦ con Leopoldo siempre me vi acompa?¨¢ndolo. El matrimonio est¨¢ para las buenas y para las malas. Este s¨ª es un mal momento. Est¨¢ preso injustamente, pero debo seguir por el amor que siento por ¨¦l y por mis hijos. Tambi¨¦n por la patria, si me cas¨¦ con Leopoldo fue porque vi pasi¨®n por su pa¨ªs, lleno de gente bella, amable, en un lugar que merece ser rescatado. Nunca me imagin¨¦ que ¨ªbamos a pasar por un momento tan dif¨ªcil, pero cuando asum¨ª unirme a ¨¦l, lo hice a Venezuela tambi¨¦n.
?Fue amor a primera vista? Estuvimos tres a?os de novios. Cuando yo lo conoc¨ª ya era alcalde de Chacao, Ch¨¢vez estaba en el poder y se defend¨ªa del Gobierno nacional.
?Todav¨ªa aquello era una leve democracia y no ahora este r¨¦gimen con disfraz? Yo ni siquiera dir¨ªa que lo es. Vivimos en un sistema antidemocr¨¢tico, en una democracia traicionada desde hace mucho tiempo. Pero en los ¨²ltimos a?os, con la peor represi¨®n que se me pueda ocurrir: m¨¢s de 200 casos de tortura registrados, m¨¢s de 3.700 detenciones arbitrarias, m¨¢s de 2.000 j¨®venes con orden de presentaci¨®n ante la justicia, todas las semanas all¨ª, ante el juzgado, acusados sin testigos ni pruebas de nada, 43 asesinatos en las calles por funcionarios del Estado en plenas manifestaciones. Un d¨ªa a d¨ªa con familias que lloran porque les matan a sus hijos. Es horroroso, y cuando hablamos de los 75 presos pol¨ªticos que hay, cada uno tiene su nombre, su familia, su raz¨®n de vida. No podemos descansar hasta liberar a todos.
?C¨®mo les cuenta a sus hijos lo que pasa? Es dur¨ªsimo para ellos tambi¨¦n. Trato de contarles la verdad. Me apoyo en libros infantiles. Encontr¨¦ uno que se llama La Luna en la c¨¢rcel. Lo consegu¨ª en Argentina. Cuenta c¨®mo la Luna cae en la Tierra por accidente y al llegar la meten presa. Injustamente. Cuando baja su fase y desaparece, se sale de la celda y contacta con una nave que la devuelve al espacio. El cuento me ha ayudado a explicarle a Manuela que hay veces que por injusticia se meten presas a personas y que este es el caso de su pap¨¢. Que de vez en cuando ingresan h¨¦roes en la c¨¢rcel y que ¨¦l lo es. Por eso est¨¢ estudiando dentro, le digo, porque al visitarlo vemos c¨®mo en su espacio hay libros y los usa para pensar un futuro mejor para los ni?os, como ella o su hermano Leopoldo. Manuela entiende eso y le da mucho orgullo, pero pregunta al tiempo, se pone triste, me insiste cu¨¢nto falta, y yo siempre le digo, poco, falta poco¡
Y ¨¦l, ?c¨®mo se encuentra tras la huelga de hambre? Recuper¨¢ndose, estuvo 30 d¨ªas sin comer por un petitorio muy claro que emprendi¨® junto con Daniel Ceballos, alcalde de San Crist¨®bal, tambi¨¦n preso. Fueron muy espec¨ªficos. Pidieron fecha para las elecciones parlamentarias, observaci¨®n internacional cualificada, la liberaci¨®n de todos los presos y que cese la persecuci¨®n, la represi¨®n y la censura. Grab¨® un v¨ªdeo, convoc¨® a las calles de forma pac¨ªfica, cosa que no hab¨ªa hecho desde que entr¨®, y salimos millones de personas vestidas de blanco. Retomamos la calle el pasado 30 de mayo. Se fij¨® la fecha para las elecciones el 6 de diciembre, esa misma noche liberaron a 2 presos, eran 77, ahora son 75, y lo digo con esperanza e ilusi¨®n porque se lograron parte de sus reivindicaciones. ?l escribi¨® una carta, yo la le¨ª ante los medios, la mayor¨ªa de ellos internacionales. Aunque casi toda la prensa nacional estuvo presente, ni se hicieron eco por culpa de ese sesgo medi¨¢tico interno que vivimos.
Lilian Tintori
Caracas, 1978. Se ha convertido en la l¨ªder m¨¢s visible en favor de los derechos humanos en Venezuela. Portavoz de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), su lucha en pro de la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos comenz¨® hace a?o y medio, cuando su marido, Leopoldo L¨®pez, ingres¨® en prisi¨®n. Campeona venezolana de kitesurf en 2003, hija de madre venezolana y padre argentino, Tintori es licenciada en Educaci¨®n Preescolar por la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello. Tambi¨¦n se especializ¨® en Comunicaci¨®n Pol¨ªtica por la Universidad Central de Venezuela y trabaj¨® en radio y televisi¨®n.
?Qu¨¦ dec¨ªa? Que levantaba la huelga y animaba a quienes la hab¨ªan emprendido a pararla, pero que la lucha segu¨ªa y hab¨ªa que cumplir el petitorio completo. Logr¨® desde la c¨¢rcel mandar un mensaje con unas demandas muy precisas y absolutamente viables. Esas medidas garantizar¨ªan la paz.
?Se est¨¢ alargando la estrategia que se impuso al ingresar en la c¨¢rcel m¨¢s de lo que calculaba ¨¦l? Nunca nos planteamos tiempo. Sab¨ªamos que no ser¨ªa sencillo. ?l tiene un olfato pol¨ªtico bastante preciso y me advirti¨® de que nos prepar¨¢ramos para lo peor. Lo bueno es que somos corredores de larga distancia. Leopoldo tambi¨¦n es deportista: nada y boxea. Es muy resistente y podremos aguantar. No estamos defendiendo cualquier cosa. Aqu¨ª tienen ustedes democracia, salgo de una reuni¨®n con el l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, que me recuerda mucho a Leopoldo, y despu¨¦s, te ves con los equipos del PP. No pasa nada.
?Todav¨ªa sigue esperando la respuesta de Pablo Iglesias para apoyar su caso despu¨¦s de que le pidiera un informe? Siempre voy a estar dispuesta a esperar pruebas de solidaridad, esto es muy largo. Estaremos abiertos a reuniones con todos aquellos que se muestren solidarios y rechacen el abuso contra los derechos humanos. Pero no puedo creer que despu¨¦s de un a?o y cuatro meses no haya respuesta cuando hay argumentos, testigos, cifras oficiales y no se puede ya tapar la realidad.
?Qu¨¦ le ha dicho el l¨ªder de Podemos? ?Han hablado? No, no. Tampoco s¨¦ por qu¨¦ no me ha querido recibir. Cuando se trata de derechos humanos no pueden existir dobles raseros. No puedes presumir de defenderlos y no expresar descontento con un pa¨ªs donde se violan. Yo fui muy precisa desde que vine a Espa?a. He pedido que exijan la libertad de Leopoldo, que es l¨ªder pol¨ªtico, como har¨ªamos si en cualquier lugar se produjera un caso similar. Yo no he venido aqu¨ª a hacer pol¨ªtica, va m¨¢s all¨¢, tampoco en Venezuela. Me quedo en la prioridad de liberar a 75 inocentes.
?Cu¨¢l es su peor temor? Que algo nos pase a m¨ª y a mis hijos. Yo regreso a m¨ª pa¨ªs, rezo y pido protecci¨®n. Tengo mucha fe. Pero mi peor miedo es ese, yo no me siento segura, por lo que les pasa a muchos venezolanos a diario pero tambi¨¦n porque es algo que le podr¨ªan hacer a Leopoldo para torturarlo a¨²n m¨¢s. Si algo me pasa a m¨ª o a nuestros hijos, ser¨ªa una derrota total para ¨¦l. He recibido amenazas, me han intervenido los tel¨¦fonos, las computadoras. Me han llegado a decir: los vamos a matar, uno a uno, nunca volver¨¢n. Me siguen autos sin placa, funcionarios del Estado me toman fotos entrando y saliendo del aeropuerto. Me mandan avisos para que me calle y no siga denunciando.
?Se lo plantea? No lo voy a dejar de hacer porque amo a la gente. Abandonar es doblegarse. Me tranquiliza que he sido muy respetuosa con el Gobierno. Ellos atacan, insultan, me nombran. No respondo. De m¨ª no vas a escuchar un insulto, una mala palabra contra nadie del Gobierno, porque no es lo que queremos para Venezuela. Necesitamos otro vocabulario, necesitamos paz, tranquilidad, reconciliaci¨®n. Si algo me pasara, quiero dejar a mis hijos la herencia moral de que sepan que no abandon¨¦ en la lucha por liberar a su padre. Eso no se puede negociar.
?C¨®mo sobrelleva la angustia de saberlo en la c¨¢rcel? Cada vez que como, pienso en qu¨¦ est¨¢ comiendo ¨¦l; cada vez que me acuesto, pienso en qu¨¦ posici¨®n puede estar durmiendo en esa camita militar que tiene; cada vez que tomo agua¡ Estamos conectados todo el tiempo, cada vez que me levanto, rezo, respiro, medito, ofrezco mi vida a Dios y pienso que lo van a liberar ese d¨ªa. Me visto, me pongo mis botas y salgo a luchar.
?C¨®mo cree que saldr¨¢ de la c¨¢rcel? Todo el mundo dice que lo encontrar¨¢ m¨¢s reflexivo. Saldr¨¢ m¨¢s fuerte. Ha cambiado mucho para bien. ?l es muy fuerte, muy claro, muy preparado. Sigue as¨ª, pero ahora ha logrado una trascendencia espiritual, una tranquilidad mental fina, corporal. Es muy energ¨¦tico, muy din¨¢mico, ahora se siente m¨¢s reflexivo, piensa todo antes de expresarlo, ha escrito mucho. Tambi¨¦n pinta, aprendi¨® a tocar el cuatro, a cantar m¨²sica venezolana. Ha sacado toda esa parte interna. Leopoldo nunca hab¨ªa sido tan cari?oso conmigo como ahora, est¨¢ m¨¢s sensible, humano. M¨¢s fuerte. F¨ªsica y espiritualmente. Ambos somos deportistas y sabemos que de nada sirve tener un cuerpo preparado si no lo acompa?a la mente, esa combinaci¨®n se debe dar completa.
?C¨®mo se conocieron? Me lo present¨® mi mejor amigo, Luis Daniel G¨®mez. ?l apoyaba a Leopoldo en temas de Chacao cuando era alcalde. Quer¨ªa que yo lo ayudara en cuestiones de cultura y deporte. Le dije que no quer¨ªa conocer a ning¨²n pol¨ªtico, ni saber nada de ese mundo. Pero insisti¨®. Una noche nos encontramos en los Palos Grandes. Me lo present¨®, empec¨¦ a hablar con ¨¦l a las once de la noche y termin¨¦ a las seis de la ma?ana. Hablamos toda la noche y bailamos. Comenzamos a salir. Y nos casamos. Desde ese d¨ªa no nos hemos separado. Fue en 2003. A este amigo, el a?o pasado, cuando Leopoldo ten¨ªa un mes preso, lo asesinaron¡ Estaba en la monta?a montando en bicicleta con otro amigo com¨²n, muy cercano, y aparecieron con un tiro en la cabeza. Los dos. Eso ha sido el golpe m¨¢s duro que hemos sufrido. No solo los perdimos a ellos, sino tambi¨¦n a sus esposas y a sus hijos porque se han ido del pa¨ªs, aterrados. Dur¨ªsimo.
Y no cesa¡ Lo mismo ocurri¨® con Pachi, mi entrenador de kitesurf, que ten¨ªa una tienda en Aruba, seguidor de Leopoldo. Hace un mes lo mataron, un tiro en el pecho, dentro de su posada. ?l era como el alcalde de esa playa, el m¨¢s popular de la zona. Y tienes que ir a la c¨¢rcel: ¡°Leopoldo, ?sabes qu¨¦? Mataron a Pachi¡¡±. Nos est¨¢n matando a todos.
?No hay un venezolano que no pueda contar casos cercanos similares? No s¨¦ cu¨¢nto es el porcentaje, pero ayer est¨¢bamos cenando seis compatriotas y a todas nos hab¨ªa tocado directamente. Si vas a un evento y preguntas, todos lo hacen, y si no es personalmente, es el primo, el hermano, el padre o el t¨ªo.
?Hace mella el cansancio? No hay cansancio. Cuando me siento un poco fatigada hago jumping¡ Bueno, hay que trabajar, liberar a los presos y lograr paz, tranquilidad, prosperidad¡ Esto es una lucha colectiva. Mi voz representa la de ellos, la de los perseguidos, encarcelados, torturados, exiliados, cuentan conmigo, nunca me he sentido sola. Yo veo a la gente y encuentro a Leopoldo en ellos, ¨¦l es un sentimiento porque compartimos la visi¨®n de una Venezuela libre. Eso se dice f¨¢cil, pero trae trabajo, constancia, uni¨®n, trabajamos mucho esa unidad democr¨¢tica.
Ya, pero ?no tiene miedo a que le flaqueen las fuerzas? No, duermo y como bien. Hago ejercicio o medito. Yo descansar¨¦¡ Pero cuando est¨¦n fuera todos los presos pol¨ªticos. Ese d¨ªa, yo voy a descansar.
elpaissemanal@elpais.com
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