Comercio local

Las arterias del coraz¨®n de nuestros barrios y pueblos son las calles. Hace d¨¦cadas, cuando era ni?o, las recuerdo como traves¨ªas llenas de vida y actividad, sanas y activas. Pero con el paso de los a?os, el envejecimiento de la poblaci¨®n y los cambios de modelo en el consumo han ido gast¨¢ndose, perdiendo movimiento y marchit¨¢ndose, como si fueran las v¨ªas de un ¨®rgano aquejado de una enfermedad. Y, derivado de ello, esos peque?os negocios y tiendas que nutr¨ªan de servicios y vigor la historia de nuestras ciudades han ido bajando la persiana. Empresas modestas, si se perciben de manera individual, pero de vital importancia en conjunto por su contribuci¨®n al fomento y la promoci¨®n de la actividad econ¨®mica y el empleo. A priori, enlaces entre el productor o fabricante y el usuario, expertos en las materias que corresponden a su actividad y prescriptores entendidos.

En los ¨²ltimos a?os, la onda expansiva de Internet ha golpeado a casi todos estos peque?os locales, que ofrecen productos y servicios que se pueden adquirir hoy d¨ªa frente a la pantalla del ordenador o la tableta, en grandes superficies o en cadenas de gigantes mundiales de la distribuci¨®n que acaparan sectores concretos: deportes, muebles, electr¨®nica, juguetes, alimentaci¨®n. As¨ª, zapater¨ªas, mercer¨ªas, jugueter¨ªas, ferreter¨ªas, anticuarios, tiendas de regalos, electr¨®nica, mobiliario y ropa, entre otras actividades, ven c¨®mo sus negocios se vac¨ªan de clientes, que ahora optan por adquirir sus art¨ªculos de forma virtual o mientras llenan el carro de la compra.

Por si esto fuera poco, otros sectores se han visto sacudidos adem¨¢s por una traum¨¢tica y veloz transformaci¨®n en su ¨¢mbito de actividad, como les ocurri¨® a los videoclubes hace a?os, padeciendo las consecuencias de una arrolladora realidad tecnol¨®gica que los deja vac¨ªos de cometido; en esta tesitura se vieron sumidas de la noche a la ma?ana las tiendas de m¨²sica y videojuegos, y, poco a poco, las librer¨ªas y agencias de viajes. De este modo, los huecos que van quedando hu¨¦rfanos entre farmacias, bancos, estancos, peluquer¨ªas y bares, que resisten a las dificultades del momento, los van adquiriendo franquicias de telefon¨ªa m¨®vil, panader¨ªas y locales de comida r¨¢pida, adem¨¢s de locutorios y bazares de todo a un euro.

Es obvio que el mundo est¨¢ cambiando, y con ¨¦l la movilidad, la manera de vivir, relacionarnos y adquirir nuestros bienes. El p¨²blico dispone de programas, buscadores, aplicaciones y ofertas estimulantes que le permiten procurarse todo aquello que desea y al mejor precio sin moverse del sal¨®n de casa. En medio de esta tormenta perfecta, lo que le resta al comercio local para sobrevivir es meditar si los servicios y productos que oferta son verdaderamente locales o lo suficientemente singulares como para desafiar a las industrias que mezclan low cost, ocio y comodidad a la vez.

La realidad demuestra que aquellos que sean meros intermediarios entre mayoristas y el cliente final tienen los d¨ªas contados si no son capaces de dotar a sus actividades y propuestas comerciales de valor a?adido, personalizaci¨®n y especializaci¨®n, empleando, adem¨¢s, las mismas herramientas que los est¨¢n ahogando para ampliar el nicho de mercado m¨¢s all¨¢ de la calle que los acoge. El desaf¨ªo es grande, pero no por ello menos excitante y necesario si no deseamos ver en el trayecto que va de casa al trabajo o al centro comercial un paisaje repleto de persianas echadas y escaparates vac¨ªos. Un p¨¢ramo.

Ensalada de redondo de ternera

La carne

En general, las carnes poseen una gran cantidad de prote¨ªnas de alto valor biol¨®gico. No son buena fuente de hidratos de carbono. El perfil nutricional de la carne var¨ªa, entre otros aspectos, en funci¨®n del tipo de especie, raza, sexo, edad, tipo de alimentaci¨®n, zona de corte¡­ Es un alimento del cual podemos destacar las vitaminas del grupo B, el contenido en hierro en la forma hemo (m¨¢s biodisponible) y el zinc. Desde un punto de vista de color, la carne se clasifica en blancas y rojas en funci¨®n del contenido en mioglobina. Las carnes rojas, por lo general, tienen m¨¢s grasa y esta es saturada. Entre las carnes rojas podemos hablar, entre otras, de vaca, buey¡­ Aunque, como se indicaba antes, no todas las carnes rojas son iguales. Y seg¨²n el tipo de carne, corte, etc¨¦tera, tendr¨¢n m¨¢s o menos grasa.