Miradas cruzadas, de Argentina a Weimar

Se conocieron en el Berl¨ªn de la Rep¨²blica de Weimar. Movido por sus inquietudes art¨ªsticas y en busca de los aires de modernidad que le llegaban de Europa, Horacio Coppola (1906-2012) abandon¨® Buenos Aires, la ciudad donde hab¨ªa fundado un moderno CineClub, hab¨ªa paseado con Borges y hab¨ªa escuchado las conferencias de Le Corbusier a finales de la d¨¦cada de 1920. Ella, Grete Stern (1904-1999), descendiente de una acomodada familia jud¨ªa, fue la primera alumna que tom¨® clases privadas de fotograf¨ªa del maestro Walter Peterhans ¡ªque poco despu¨¦s, en 1928, asumir¨ªa el cargo de director de este ¨¢rea en la Bauhaus¡ª, y hab¨ªa fundado el estudio fotogr¨¢fico Ringl+Pit con Ellen Auerbach. Juntos, Horacio Coppola y Grete Stern, se instalaron en Buenos Aires a mediados de 1930 y construyeron un importante pilar del modernismo en Latinoam¨¦rica. ¡°Fueron pioneros de la fotograf¨ªa avant-garde,del cine experimental, del dise?o gr¨¢fico y los fotomontajes¡±, explica Roxana Marcoci, comisaria de la muestra que re¨²ne el trabajo de la pareja en el MoMA hasta el 4 de octubre.

Tres a?os de investigaci¨®n y trabajo han permitido reunir en De Bauhaus a Buenos Aires cerca de 300 fotograf¨ªas con copias originales, adem¨¢s de tres cintas y diversas publicaciones que recogieron algunas de estas im¨¢genes. Pero el trabajo de estos dos artistas que estuvieron casados apenas ocho a?os (de 1935 a 1943) aparece claramente diferenciado en salas alternas, lo que permite analizar sus distintas trayectorias e idiosincrasias. ¡°Antes de conocerse, apenas rebasaban la veintena y cada uno ya hab¨ªa arrancado su carrera. Por eso se trata casi de dos exposiciones monogr¨¢ficas presentadas como una sola¡±, apunta Marcoci. Cuando Stern conoci¨® a Coppola, ella ya hab¨ªa formado una pionera uni¨®n art¨ªstica con Ellen Auerbach, otra alumna de fotograf¨ªa de la Bauhaus, al fundar Ringl+Pit, un estudio en el que combinaban la producci¨®n de im¨¢genes publicitarias de guantes, por ejemplo, con retratos a amigos o escenas recreadas por ellas. El nombre lo tomaron de sus apodos de la infancia. En sus fotos hay juegos de espejos y de ¨¢ngulos, maniqu¨ªes con pelo corto y camisones de abuela, cors¨¦s y barras de labios.

Tarros de cristal que producen reflejos como los de un espejo y las im¨¢genes de escaleras, que caracterizan el primer trabajo de Coppola, permiten ver su inter¨¦s por la vanguardia fotogr¨¢fica y la influencia del cine. Una de sus fotos de un charco en una vereda en el que se refleja un edificio, hizo exclamar al propio Borges: ¡°?Esto es Buenos Aires!¡±. ¡°Como Berenice Abbott con Nueva York o Billy Brandt con Londres, el trabajo de Coppola en Buenos Aires ayuda a definir la imagen de esa ciudad¡±, sostiene Marcoci. Su vinculaci¨®n con la Asociaci¨®n de Amigos del Arte y con revistas de vanguardia del ¨¢mbito hispano le permiti¨® estar al d¨ªa de lo que ocurr¨ªa en el campo fotogr¨¢fico antes de llegar a Berl¨ªn, pero fue en sus dos viajes a Europa a principios de los a?os treinta cuando realmente entr¨® en contacto con las nuevas corrientes.

Coppola y Stren abandonaron la Alemania nazi, y tras su paso por Londres ¡ªdonde Stern tom¨® retratos de exiliados como Bertold Brecht y su esposa y Coppola rod¨® un filme¡ª, llegaron a Buenos Aires y montaron una primera exposici¨®n auspiciada por Victoria Ocampo y la revista Sur. Fue all¨ª donde Stern sigui¨® aplicando su particular ¨¢ngulo a los retratos de los amigos e intelectuales que pasaban por su sal¨®n, desde Pablo Neruda hasta Amparo Alvajar. Una vez separados, ella realiz¨® una impactante serie de fotomontajes para ilustrar la secci¨®n de consultorio y psicoan¨¢lisis de una revista femenina, Idilio. Con esas im¨¢genes de rubias paseando con monstruosos vestidos de chaqueta, se cierra la muestra.