¡°Tengo miedo constantemente¡±
La activista defensora de los derechos de personas Transexuales en El Salvador denuncia la violencia contra el colectivo en ese pa¨ªs
Mientras que 22 pa¨ªses han legalizado el matrimonio igualitario y los derechos de las lesbianas, gais, bisexuales, transg¨¦nero e intersexo (LGBTI) comienzan a ser reconocidos en todo el mundo, en El Salvador no dejamos de contar cuerpos. En los ¨²ltimos seis meses, hemos documentado 13 homicidios de mujeres transexuales y 13 ataques con intenci¨®n de matar, sobrepasando as¨ª los 14 atentados que registramos en el 2014.
Sufrimos amenazas, hostigamiento, ataques y asesinatos por parte de la polic¨ªa y de pandillas criminales. Los cr¨ªmenes de odio se est¨¢n llevando a cabo con mucha sa?a. Hay compa?eras mutiladas, torturadas, que reciben 15 balazos, muchas veces, en sus propias casas.
Esos son cr¨ªmenes por odio.
Para algunas compa?eras, la situaci¨®n es tan grave que han decidido irse del pa¨ªs. M¨¢s de 60 han emigrado, principalmente a Estados Unidos, tras haber recibido amenazas, haber sufrido el hostigamiento y ser v¨ªctimas ataques en los ¨²ltimos 12 meses.
Despierto cada d¨ªa sin saber si ser¨¢ el ¨²ltimo
Yo despierto cada d¨ªa sin saber si ser¨¢ el ¨²ltimo, si alguien va a matarme por no aceptar mi identidad. El pasado abril fui v¨ªctima de un secuestro. Estaba caminando por el centro de San Salvador cuando cinco hombres se me acercaron y me metieron a la fuerza en un coche. All¨ª, revisaron todos los papeles que llevaba, los contactos en mi tel¨¦fono, mi carn¨¦ de identificaci¨®n y sacaron fotos a todo. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, estaba en mi casa por la noche y alguien vino a tocar la puerta. Cuando pregunt¨¦ qui¨¦n era, no respondieron, s¨®lo golpeaban. Me dio mucho miedo y no dorm¨ª en toda la noche. Me preguntaba constantemente si al d¨ªa siguiente despertar¨ªa.
Tuve suerte. Hay casos mucho peores. El caso de Aldo Alexander Pe?a (un hombre transexual que fue brutalmente golpeado por la polic¨ªa el 27 de Junio) es un ejemplo de esto. Fue un caso evidente de abuso de la autoridad. Tiene terribles lesiones en su rostro y abdomen, y varios huesos fracturados. Despu¨¦s de haberlo golpeado tan brutalmente, ni siquiera quer¨ªan llevarlo a recibir atenci¨®n m¨¦dica.
Cuando presentamos una denuncia, las autoridades se r¨ªen de nosotras. En general, ignoran nuestras denuncias o, en algunos pocos casos, sugieren ponernos acompa?amiento policial. Pero andar con un polic¨ªa ser¨ªa a¨²n m¨¢s peligroso. Quienes nos atacan vendr¨ªan a matarnos a nosotras y al agente.
Para el gobierno somos invisibles. Tanto es as¨ª que ni tienen un registro de los cr¨ªmenes contra personas LGBTI en El Salvador. Los asesinatos se categorizan entre hombres y mujeres, pero nada m¨¢s. Los cr¨ªmenes de odio no se tienen en cuenta, ni se investigan. Los responsables nunca comparecen ante las cortes de justicia. De los 250 casos de ataques y asesinatos contra personas trans que tenemos registrados en nuestra base de datos, ninguno ha sido llevado a la justicia.
Hay d¨ªas que no salgo de mi casa porque me da miedo ir a trabajar. Pero sigo luchando porque tengo ganas de vivir y que las cosas cambien
El gobierno dice que estos ataques son un fen¨®meno nuevo, pero nosotras sabemos que no es as¨ª. Nos vienen matando desde hace d¨¦cadas. Las autoridades tienen un doble discurso en cuanto a los derechos humanos en El Salvador.
Internacionalmente, presentan al pa¨ªs como perfecto cumplidor en cuanto a la protecci¨®n de los derechos humanos de la poblaci¨®n LGBTI. Hablan de la recientemente creada l¨ªnea de atenci¨®n y de la contrataci¨®n de mujeres trans en organismos p¨²blicos. La realidad es que ninguno de esos proyectos est¨¢ funcionando como deber¨ªa y que, a pesar de haber m¨¢s inclusi¨®n que antes, la falta de investigaciones y justicia sobre los actos de violencia env¨ªa un peligroso mensaje: que atacar a las personas LGBTI est¨¢ permitido.
Me alegra mucho ver los avances en cuanto a los derechos humanos de las personas LGBTI en muchos pa¨ªses del mundo, pero veo que en El Salvador las cosas est¨¢n retrocediendo. Si aqu¨ª pidi¨¦ramos el matrimonio igualitario, creo que generar¨ªa una nueva ola de asesinatos. Vivimos en uno de los pa¨ªses m¨¢s violentos del mundo y aqu¨ª somos uno de los grupos m¨¢s expuestos a la violencia. Somos blanco constante.
La situaci¨®n se ha vuelto tan peligrosa que hoy somos pocas las activistas trans que nos atrevemos a dar la cara porque estamos bajo constante amenaza y acoso por parte de las fuerzas de seguridad y de las pandillas criminales. Tengo miedo todo el tiempo. Mis mejores amigas han muerto a balazos, asesinadas en sus casas.
Hay d¨ªas que no salgo de mi casa porque me da miedo ir a trabajar. Pero sigo luchando porque tengo ganas de vivir y que las cosas cambien. Para defender nuestros derechos y nuestra dignidad.
Karla Avelar es activista trans y directora de COMCAVIS TRANS en El Salvador.
NOTA: Amnist¨ªa Internacional, quien ha hecho llegar este testimonio, se suma a la preocupaci¨®n de las organizaciones salvadore?as y a su llamado de investigaci¨®n y justicia para los cr¨ªmenes sufridos por personas de las comunidades LGBTI en El Salvador.
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