A vueltas con Harper Lee (y Nike)
La publicaci¨®n de la novela in¨¦dita de Harper Lee, Ve y pon un centinela, versi¨®n previa de la aclamada Matar a un ruise?or, se ha convertido en el acontecimiento literario del a?o. EL PA?S, como buena parte de los medios de comunicaci¨®n en todo el mundo, le ha dedicado ampl¨ªsimo espacio: reportajes, informaciones, columnas de opini¨®n y cr¨ªtica literaria incluida. Tanto, que un lector, Juan Antonio Zamora D¨ªaz, se pregunta si este despliegue no obedecer¨¢ a intereses ocultos de este diario en la novela.
En su breve e incisivo mensaje, Antonio Zamora se?ala: Adem¨¢s del indudable inter¨¦s cultural de la publicaci¨®n de la novela in¨¦dita de Harper Lee, ?existe alg¨²n inter¨¦s editorial entre el diario que usted representa y las editoriales que est¨¢n promoviendo su lanzamiento en castellano y catal¨¢n? En este a?o van ya m¨¢s de 15 noticias publicadas en su peri¨®dico acerca del acontecimiento literario, muchas de ellas despachas por los se?ores [Winston] Manrique Sabogal y [Marc] Bassets, y en este mes de julio la inflaci¨®n informativa se asemeja a un evento deportivo, con puntual informaci¨®n del 1,1 mill¨®n de ejemplares vendidos de la edici¨®n inglesa en las librer¨ªas anglosajonas durante su primera semana. Desde antes de la publicaci¨®n de la edici¨®n espa?ola, ya estamos familiarizados con su portada cabalmente traducida.
El lector se refiere a un amplio reportaje titulado Las huellas del ruise?or, publicado en El Pa¨ªs Semanal el pasado 28 de junio, fruto de un viaje del corresponsal en Washington, Marc Bassets, a Monroeville, la ciudad de Alabama (EEUU) donde naci¨® y donde reside actualmente la escritora Harper Lee.
Amelia Castilla, redactora-jefe de El Pa¨ªs Semanal, explica lo siguiente:
Tiene raz¨®n el lector cuando habla de bombardeo medi¨¢tico pero, aunque reconozco algunos excesos, lo justifico en parte, como ¨¦l mismo reconoce, porque hablamos de la noticia literaria del a?o. De Ve y pon un centinela (editada por Harper Collins, buque insignia editorial del grupo del magnate Rupert Murdoch, y en Espa?a por Edicions 62) se han vendido m¨¢s de un mill¨®n de copias en Estados Unidos en apenas dos semanas y ya hay encargada una nueva tirada de otro mill¨®n de ejemplares, con lo que la nueva novela de Harper Lee se convierte en uno de los fen¨®menos del milenio. Que las cr¨ªticas no hayan sido favorables no detendr¨¢ su camino. Por mi parte, solo puedo decir que justifico el reportaje realizado por El Pa¨ªs Semanal en Monroeville donde ahora vive Harper Lee no solo por la novedad sino tambi¨¦n por la polvareda literaria que levant¨® en su momento Matar a un ruise?or, una novela que marc¨® a la generaci¨®n de la que formo parte.
Por su parte, Winston Manrique Sabogal, redactor de Cultura, tambi¨¦n aludido en el mensaje del lector, me explica:
Harper Lee y su novela Matar a un ruise?or es un cl¨¢sico contempor¨¢neo, con un premio Pulitzer en 1961 y muy le¨ªdo en Estado Unidos y en el mundo: 40 millones de ejemplares. Y el inter¨¦s y misterio sobre la autora es enorme porque solo hab¨ªa publicado un libro desde hace 55 a?os, con lo cual tan pronto se supo en febrero de ese in¨¦dito la noticia fue enorme, no solo en Espa?a sino en el mundo de la literatura y el mundo editorial, como ha quedado demostrado en la prensa mundial. Ello debido no solo a que se trata de un nuevo libro, sino del original del cual sali¨® Matar a un ruise?or".
Manrique Sabogal hace balance de las piezas dedicadas a este tema en los ¨²ltimos seis meses, tanto en la secci¨®n de Cultura como en EPS:
La noticia del anuncio del hallazgo del texto in¨¦dito.
Un reportaje sobre la subasta literaria en Londres, a la cual acudieron las principales editoriales del mundo.
-Un reportaje sobre el pueblo donde vive Harper Lee.
Este mes, antes de la publicaci¨®n, saqu¨¦ las claves del libro, y la comparaci¨®n con Matar a un ruise?or, y posteriormente, se public¨® la noticia de las ventas del libro en una semana.
(A?ado a ello un art¨ªculo de opini¨®n y la cr¨ªtica literario del libro, en el suplemento cultural Babelia).
Winston Manrique, precisa: El ¨²nico inter¨¦s es el de cubrir de la mejor manera posible un hito literario.
Es cierto que los medios de comunicaci¨®n podemos pecar de excesivos cuando se trata de seguir grandes acontecimientos tanto pol¨ªticos como sociales o culturales. Puede que sea el caso de la cobertura otorgada al libro de Harper Lee, respecto al cual, aclaro al lector, este peri¨®dico no tiene otro inter¨¦s que el estrictamente informativo.
Ocurre, con alguna frecuencia, que lectores del diario me hagan parecidas preguntas en relaci¨®n a noticias asociadas a grandes marcas.
El viernes 24 de julio, un lector me envi¨® un mensaje en el que se interrogaba sobre el inter¨¦s objetivo de una noticia firmada por el corresponsal en Nueva York sobre la decisi¨®n de la firma Nike de realizar una nueva versi¨®n de su zapatilla Converse, actualmente pieza de museo.
E. B. M., escrib¨ªa lo siguiente:
Dando por bueno que la moda y el dise?o son parte del acervo cultural de nuestra sociedad, de nuevo, en mi opini¨®n, la frontera entre la informaci¨®n y la publicidad est¨¢ un tanto difusa.
No pasa nada porque una zapatilla acabe en un museo, de verdad. Nadie llor¨® porque ya no se usen miri?aques y nadie va a morir porque no se fabriquen m¨¢s zapatillas Converse. Y a?ade, habida cuenta de que esta noticia se repite hoy casi con las mismas caracter¨ªsticas en diferentes medios escritos, me da la sensaci¨®n de que procede directamente del departamento de comunicaci¨®n de la marca, lo que pone m¨¢s de manifiesto la contaminaci¨®n entre informaci¨®n y publicidad.
La noticia no era, desde luego, publicidad encubierta de Nike, como no es publicitaria la intenci¨®n de la secci¨®n de Cultura a la hora de recoger noticias sobre la sensaci¨®n literaria Ve y pon un centinela. Otra cosa distinta es que se discuta el inter¨¦s de la noticia en el primer caso y si es excesiva la importancia otorgada a la novela en el segundo.
Los periodistas trabajamos con las noticias y eso implica citar el nombre de empresas, partidos pol¨ªticos, personas famosas, pel¨ªculas o novelas. ?Es publicidad informar sobre un lanzamiento cinematogr¨¢fico de Hollywood??Es publicidad informar del estreno de una ¨®pera, una obra de teatro? ?O de la publicaci¨®n de una novela? En mi opini¨®n no tiene por qu¨¦ serlo. Existe una frontera clara entre publicidad e informaci¨®n, desde luego, y conviene tenerlo en cuenta cuando nos sentamos a redactar una noticia, porque los periodistas podemos pecar tambi¨¦n, inadvertidamente, de seguidistas, al sumarnos a una ola noticiosa de limitado inter¨¦s objetivo.
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