Los tres vac¨ªos de la Uni¨®n
Grecia ha desvelado que no hay pol¨ªtica econ¨®mica, ni presupuesto com¨²n ni sujeto pol¨ªtico
?El drama griego ha desgarrado muchas cosas en la por tantas razones admirable construcci¨®n europea. La Uni¨®n ¡ªaun desprovista de los atributos soberanos de los Estados¡ª es una realidad ya netamente pol¨ªtica. Sin embargo, tiene carencias profundas que la convierten en impredecible y desprotegida ante graves perturbaciones. Grecia ha puesto de manifiesto la fragilidad pol¨ªtica de la Uni¨®n. La insoportable tensi¨®n sufrida, y por sufrir, es un estruendoso s¨ªntoma de que algo est¨¢ fallando en la Uni¨®n que la bloquea, que la eterniza en las soluciones ¡°urgentes¡±.
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A nuestro juicio, hay tres vac¨ªos en el complejo entramado de la eurozona, cuya importancia ¡°sist¨¦mica¡± impide el progreso que se exige para no caer en una fase de decadencia y de autodestrucci¨®n.
El primero es el de una pol¨ªtica econ¨®mica propia de una zona monetaria de gran potencia. La eurozona no tiene pol¨ªtica econ¨®mica aut¨®noma y, por eso, lo que la sustituye es la dial¨¦ctica m¨¢s at¨¢vica, que se ha impuesto en todos los rescates: la de acreedores contra deudores. Los pa¨ªses acreedores del norte se han comportado como meros banqueros prestamistas de los pa¨ªses deudores del sur. Con insuficientes dosis de confianza, de solidaridad y de convergencia. Este es el trasfondo de la fracasada pol¨ªtica de austeridad, impotente para levantar el vuelo si esa es su ¨²nica gu¨ªa y criterio.
Y no hay una pol¨ªtica econ¨®mica del euro ¡ªsolo una pol¨ªtica financiera que dirige el Banco Central Europeo¡ª porque ¡ªotro vac¨ªo¡ª la eurozona no posee el instrumento que ser¨ªa imprescindible para llevarla a cabo: un Presupuesto propio, que disponga de un Tesoro que reciba ingresos fiscales por impuestos europeos, y que pueda emitir bonos o empr¨¦stitos, mutualizados, para apoyar sus pol¨ªticas. Entre ellas una pol¨ªtica tributaria que armonice los impuestos de sociedades, una pol¨ªtica de inversiones productivas y una pol¨ªtica social que haga de cemento de la ciudadan¨ªa europea (salario m¨ªnimo europeo, subsidio de desempleo, pensiones, niveles m¨ªnimos de atenci¨®n y derechos sociales). Aqu¨ª el vac¨ªo es tan grande como los agujeros negros del universo, y una de las mayores damnificadas por ello es la izquierda europea, sin el espacio imprescindible sobre el que construir una alternativa.
No se orienta la maquinaria europea hacia un objetivo claro. Falta un rumbo pol¨ªtico compartido
Y, en fin, no hay instrumentos econ¨®micos eficaces porque no existe el sujeto pol¨ªtico com¨²n con poder para dirigirlos leg¨ªtimamente. No se orienta la maquinaria europea hacia un objetivo claro. Falta un rumbo pol¨ªtico compartido. Por eso no hay elecciones verdaderamente europeas; no habr¨ªa una pol¨ªtica ni un poder real sobre los que pronunciarse, ante la debilidad de la Comisi¨®n y el Parlamento Europeo frente a los Gobiernos nacionales, algo que, en el caso de Grecia, ha quedado patente.
La crisis de Grecia nos ha desvelado con m¨¢s claridad lo que le falta a la Uni¨®n en el siglo XXI para que lleguemos a la ansiada y necesaria ¡ªque no ut¨®pica¡ª Europa federal. El euro es una realidad tan poderosa que no puede vivir mucho m¨¢s tiempo sin un Gobierno con autoridad pol¨ªtica. A falta de ¨¦ste, en la eurozona ¡ªsobre la cual ha de edificarse el n¨²cleo central de la futura Europa¡ª las ¨²ltimas decisiones se adoptar¨¢n por el pa¨ªs m¨¢s fuerte, y a las cinco de la madrugada, con la sensaci¨®n de que se ha estado al borde del abismo.
Lo que ha demostrado la crisis de Grecia es que la Uni¨®n Monetaria no basta para impulsar a Europa y que se requiere el complemento indispensable de la Uni¨®n Econ¨®mica y la Uni¨®n Pol¨ªtica, sin las cuales la pol¨ªtica monetaria se convierte demasiadas veces en una argolla para los pa¨ªses m¨¢s d¨¦biles. Urge una propuesta coherente y ambiciosa, jur¨ªdica y pol¨ªticamente articulada, por los partidos europeos, y por las instituciones, para cerrar los vac¨ªos de la Uni¨®n ¡ªtan vulnerables al auge de los populismos nacionalistas y antieurope¨ªstas de derecha e izquierda¡ª y mirar hacia el futuro sin el lastre permanente de la ausencia de densidad pol¨ªtica y de liderazgo com¨²n. Los vac¨ªos siempre se cubren, pero, hasta ahora se ha hecho, seg¨²n la coyuntura, por los mercados, o por EE UU, por Draghi, por Merkel, etc¨¦tera... No se puede seguir as¨ª por m¨¢s tiempo.
Diego L¨®pez Garrido es Presidente del Consejo de Asuntos Europeos de la Fundaci¨®n Alternativas. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo: Nicol¨¢s Sartorius, Carlos Carnero, Vicente Palacio, Jose Manuel Albares, Jes¨²s Ruiz-Huerta, Francisco Aldecoa, Enrique Ayala y Jos¨¦ Candela.
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