Izquierda real y populismo pachanguero
Algunos de los nuevos alcaldes est¨¢n dedicando su tiempo a gestos demag¨®gicos, en vez de ocuparse de aprobar los programas sociales que les auparon a sus puestos
La izquierda ha jugado un papel decisivo en Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Primero en la lucha contra la dictadura y luego en los a?os de la Transici¨®n democr¨¢tica, el PSOE, el PCE y otros partidos de orientaci¨®n comunista han contribuido a la mayor transformaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica, social e institucional de la historia reciente espa?ola. Y, todo ello, defendiendo principios ideol¨®gicos y confrontando ideas en un ambiente de di¨¢logo que permiti¨® crear y desarrollar el llamado r¨¦gimen del 78 que ahora algunos quieren torpedear.
Como consecuencia de la crisis institucional (derivada de la crisis econ¨®mica y de la corrupci¨®n pol¨ªtica), han llegado al poder municipal un buen n¨²mero de coaliciones ciudadanas con programas de izquierdas y planteamientos radicales. Los nuevos ayuntamientos de Madrid, Barcelona, Zaragoza, A Coru?a, C¨¢diz y algunos otros se han formado sin ser la lista m¨¢s votada, pero de acuerdo con la leg¨ªtima aritm¨¦tica democr¨¢tica y con los pactos pol¨ªticos. En muchos casos, los nuevos alcaldes y alcaldesas han conseguido generar grandes ilusiones de cambio entre los ciudadanos y unas expectativas de mejora de las condiciones de vida en unas ciudades en las que la lucha contra la desigualdad se planteaba como una prioridad en la campa?a electoral.
?Sin embargo, algunos de esos alcaldes y alcaldesas de la izquierda radical est¨¢n dedicando su tiempo a gestos demag¨®gicos, en vez de ocuparse de aprobar los programas sociales que les auparon a sus puestos. El espect¨¢culo dado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de retirar el busto del rey Juan Carlos del sal¨®n de plenos del consistorio (dos veces, para que se pudiera grabar bien) o sus declaraciones insinuando que no pensaba cumplir las leyes que considerara injustas, forman parte de un populismo pachanguero que consigue primeras p¨¢ginas en los peri¨®dicos y aperturas de informativos en la televisi¨®n, pero que no contribuye a solucionar los problemas reales de la ciudad.
En la misma l¨ªnea populista se han alineado los primeros ediles de Zaragoza, C¨¢diz y otras localidades m¨¢s peque?as de Catalu?a, empe?¨¢ndose en eliminar retratos del jefe del Estado, quitar o poner banderas y cambiar nombres de calles o polideportivos. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se mantiene hasta ahora al margen de ese circo, pese a estar rodeada de algunos forofos de la pachanga real o tuitera.
El respeto institucional y el cumplimiento de la ley son imprescindibles en democracia. La gran mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos espa?oles, desde el PP hasta Izquierda Unida, han mantenido siempre unas formas que algunas fuerzas emergentes (Podemos participa en esos gobiernos locales) y los l¨ªderes del soberanismo catal¨¢n se empe?an ahora en destruir. Ese populismo pachanguero suele acabar pasando factura a los que lo ejercen y a los que apoyan a sus autores. Reir las gracias a los que incumplen la ley o no denunciarlo les convierte en c¨®mplices.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.