Sin parar para no pensar

Carta de la semana: Sin parar para no pensar

El exceso de informaci¨®n que nos rodea, la actividad fren¨¦tica para estar, f¨ªsica o virtualmente, en tantos sitios y tan diversos fomentan uno de los miedos modernos: encontrarnos a solas con nosotros mismos. El art¨ªculo El trabajo en equipo est¨¢ sobrevalorado (19-7-2015) nos descubre que, de vez en cuando, debemos dejarnos llevar por los pensamientos, sin compa?¨ªa, para poder conseguir ser m¨¢s creativos y resultar m¨¢s ¨²tiles para el grupo.

Mar¨ªa l¨¢zaro. Correo electr¨®nico

¡®Dictablanda¡¯

Acabo de leer la interesante entrevista a Violeta Delmonte y, como argentina y espa?ola, m¨¢s a?os de madrile?a, me sorprendi¨® el error de bulto del comienzo de la entrevista. La periodista dice que la se?ora Delmonte ven¨ªa en 1969 de una democracia a una dictadura. Y Violeta Delmonte lo confirma. Lamentablemente en 1969 el Gobierno argentino tambi¨¦n era una dictadura. El militar a cargo del Gobierno era Juan Carlos Ongan¨ªa, de triste memoria, aunque despu¨¦s vendr¨ªan tiempos peores y la dictadura de Ongan¨ªa fue la dictablanda.

Olga Maccario. Correo electr¨®nico

Crear esp¨ªritu cr¨ªtico

Despu¨¦s de leer el art¨ªculo de Javier Mar¨ªas Pasatiempo 601, me veo en la absoluta obligaci¨®n de intentar dar respuesta a algunas de las preguntas que se hace relativas al para qu¨¦ de sus cuatro lustros de art¨ªculos de opini¨®n. Sencillamente, he de confesar que leo El Pa¨ªs Semanal desde hace a?os pr¨¢cticamente para llegar a su secci¨®n, para conocer su opini¨®n sobre un tema particular ¨Cest¨¦ o no de acuerdo con ella¨C y, por encima de todo, para sentir que, con gran alivio, no estoy sola en muchos de mis pensamientos ¨Co loca como bien menciona en el art¨ªculo¨C. Influir siempre conlleva un cierto grado de autoritarismo; sin embargo, el acompa?amiento para crear un esp¨ªritu cr¨ªtico ¨Cque es el sentimiento que a m¨ª me despiertan sus escritos¨C es, en definitiva, el acto m¨¢s hermoso que se puede realizar para uno mismo y para los dem¨¢s. Gracias, se?or Mar¨ªas.

Ana Alarc¨®n S¨¢ez. Madrid

De verdad, nos persiguen

Se?or Mar¨ªas, gracias por su art¨ªcu?lo Si todo, todo (19-7-2015) sobre la violaci¨®n de la intimidad del ciudadano por parte de los poderes p¨²blicos. En mi caso le puedo decir que hace mucho que dej¨¦ de sentirme un ciudadano libre. Estoy convencido de que en la pr¨¢ctica nuestros servicios de seguridad no se cortan un pelo a la hora de espiar a ciudadanos ¡°sospechosos¡±. El problema es que cuando ¡°los buenos¡± se dedican a espiar y a difamar ¨C porque eso tambi¨¦n lo hacen¨C a ciudadanos inocentes, las tornas cambian, y nuestros polic¨ªas, nuestros guardias y los pol¨ªticos que les mandan se convierten en malvados, y todos ellos pierden la raz¨®n que pudieran tener.

JP Magdaleno.?Correo electr¨®nico