Destellos de amistad que dejan huella

Un d¨ªa del mes de agosto de 1939 dos compa?eros, republicanos espa?oles, del campo de concentraci¨®n de Agde en Francia, se despidieron para siempre. Uno le regal¨® al otro, como recuerdo, un juego de domin¨® de una gran perfecci¨®n que hab¨ªa hecho con sus propias manos. El artesano era uno de los cocineros del campo, y lo hab¨ªa elaborado con huesos que quedaban de los pedazos de carne que cocinaba. El amigo que recibi¨® tal presente lo conserv¨® durante toda su vida con un sentimiento y una gratitud especiales. Lamento mucho no haber sabido, o no recordar, el nombre de la persona que, en unos momentos tan duros, tuvo el gesto de hacer este regalo al amigo del que se separaba. Tras la muerte del depositario del domin¨®, y al tenerlo en mis manos, he sido capaz de valorar el significado y la trascendencia de este hecho. Ya s¨¦ que es una pretensi¨®n imposible, pero con esta nota quisiera enviar al cocinero del campo de Agde y a sus descendientes mi agradecimiento, y comunicarles que mi padre conserv¨® el domin¨® y el recuerdo de este amigo durante toda su vida.

El domin¨® est¨¢ depositado en el Museo Memorial del Exilio de La Jonquera (Girona).¡ª H¨¦ctor Pipi¨®.