Ignoramos si son felices

Hay gente que se divorcia antes de casarse, incluso antes de haberse conocido. No se trata de un fen¨®meno corriente, pero tampoco fuera de lo com¨²n. Un amigo m¨ªo, por ejemplo, se acaba de separar de Naomi Watts sin haber estado nunca con ella. Se separa precisamente por eso, por el dolor que le produce el conocimiento de la distancia existente entre ambos.

¨C?No ser¨¢ un cese temporal de la convivencia? ¨Cle pregunto con iron¨ªa, pues este es el tercer intento.

¨CNo, no, esta vez es para siempre.

Lo ha hablado imaginariamente con ella, que est¨¢ de acuerdo en que se trata de un matrimonio que no va a ninguna parte.

Alberto Garz¨®n y Pablo Iglesias se reunieron tambi¨¦n para romper una convivencia que nunca se hab¨ªa dado. En este caso, y por tratarse de personas conocidas, no les qued¨® otro remedio que divorciarse ante los medios, con foto incluida. Eligieron para el acto un sof¨¢ que les ven¨ªa grande y que era una met¨¢fora del desamor que hab¨ªa ido prosperando entre ellos a lo largo del matrimonio irreal al que ahora daban fin. Aunque trataron de escenificar una separaci¨®n amistosa, civilizada, no pudieron evitar que los dos extremos del sof¨¢ nos recordaran los rincones de un ring de boxeo. Pretenden parecer tranquilos, pero los dos p¨²giles saben que habr¨¢ problemas en el momento de repartir los bienes acumulados durante los a?os de desconocimiento mutuo. Qui¨¦n se queda con Marx, qui¨¦n con Lenin, qu¨¦ hacen con Trotski, etc¨¦tera. Desde esta foto han pasado dos meses ya y no se les ha vuelto a ver juntos. Pero no sabr¨ªamos decir si son felices.

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