Gestos para la eternidad
Al parecer, en Hollywood se est¨¢ preparando una contraofensiva para quitarle protagonismo a Artur Mas
La eternidad se gasta cuando se hace un uso excesivo de ella. Quien comete ese pecado de principiante se ve expuesto a graves peligros como, por ejemplo, tener que trabajar, como S¨ªsifo si hubiera estado en la pol¨ªtica, haciendo a los electores nuevas propuestas cada vez m¨¢s grandiosas.
Quiz¨¢ el signo de los tiempos sea ese. Estamos acostumbrados ya a que en temporada alta del f¨²tbol cada mes haya un partido hist¨®rico y asumimos con tranquilidad que nos anuncien que la semana que viene, por ejemplo, alguna cadena emita en directo el partido Bar?a-Madrid del siglo.
Ahora, Artur Mas ha dado un paso adelante en su carrera hacia la eternidad, con la firma de la convocatoria para el 27-S, en el Palau de la Generalitat. La puesta en escena la habr¨¢ envidiado desde el m¨¢s all¨¢ el mism¨ªsimo Samuel Bronston, porque hay que ser muy bueno para conseguir que las piedras del palacio parezcan de cart¨®n, y que los consejeros, sobre todo Homs, parezcan traidores de pel¨ªcula del KGB cuando todos sabemos que en una cinta de esp¨ªas ¨¦l ser¨ªa el que morir¨ªa con el nombre de su jefe en los labios. Y el propio prota, metido en una pel¨ªcula medieval, emulando a Charlton Heston en El Cid, que nadie ignora que era castellano, y por tanto un ladr¨®n de recaudaciones fiscales.
Al parecer, pero no est¨¢ confirmado, en Hollywood se est¨¢ preparando una contraofensiva para quitarle protagonismo a Artur Mas. Porque el mejor guion, la mejor de las historias que se est¨¢ cociendo en los s¨®tanos de la Generalitat es la del propio Mas con un motivo central, que es la trama por la cual un presidente muy modesto combati¨® la idea de hacer su santo, San Artur, la onom¨¢stica de todos los d¨ªas en el santoral catal¨¢n. Ese personaje de ficci¨®n har¨ªa que la onom¨¢stica se compartiera cada d¨ªa con otra m¨¢s. Por ejemplo, San Artur y Santa ?gueda el mismo d¨ªa, y as¨ª los 365.
Yo creo que Europa necesita gente as¨ª. Y de Europa nadie nos va a sacar a los catalanes (yo para eso me sumo). Pero ya estamos cerca del punto de saturaci¨®n. No gastemos la eternidad.
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