Una imagen desdichada
Las fiestas con toros tienen que regularse desde las m¨¢s estrictas medidas de seguridad y evitando las subvenciones
El acoso a los animales ¡ªen particular a los toros¡ª en las fiestas de verano de toda Espa?a produce con frecuencia im¨¢genes chocantes por su brutalidad. El despedazamiento ritual del toro de la Vega entre la algarab¨ªa de una multitud enfervorecida es el ejemplo m¨¢ximo de esta propensi¨®n a confundir festejos con pura y simple inhumanidad. Recientemente, la ciudad cacere?a de Coria ha dado dos motivos para exacerbar el rechazo a este tipo de fiestas. El primero, la muerte de un ciudadano, desventrado por un toro, durante los sanjuanes, que incluyen la suelta de astados por las calles de la ciudad. El mismo toro causante de la muerte (Guapet¨®n), fue muerto de un tiro en una de las plazas de la localidad, en presencia de vecinos y con la anuencia de las autoridades locales.
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La imagen del matador apuntando al animal refleja perfectamente la ca¨®tica gesti¨®n de algunas fiestas populares. Resulta que en una plaza p¨²blica puede dispararse un arma de fuego para abatir a un animal sin que, como precisa la denuncia del partido animalista PACMA, se aplique medida de seguridad alguna y en presencia de testigos. El alcalde de Coria dice que la muerte de Guapet¨®n fue legal; pero eso ya lo decidir¨¢ un juez, cuando sopese si la ley Org¨¢nica de Protecci¨®n Ciudadana, que el municipio ten¨ªa la obligaci¨®n de conocer, es de rango superior ¡ªcomo parece l¨®gico¡ª a la ordenanza de los festejos de la ciudad.
Como Coria, hay muchas localidades que organizan festejos regresivos y chapuceros con animales. Lo indicado es que el Gobierno imponga normas estrictas de seguridad, hasta que resulten disuasorias para los organizadores; que suban los seguros que han de pagar los municipios, siempre encantados con defender las tradiciones aunque impliquen sangre y muerte; y que se prohiban las subvenciones a las exhibiciones de maltrato animal, por l¨²dicas que parezcan. Algunas im¨¢genes describen a toda una comunidad; las fiestas con astados pintan un cuadro desdichado.
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