El valor de una ecograf¨ªa en el Congo
En un lugar donde las madres no est¨¢n acostumbradas a visitar al m¨¦dico durante el embarazo, peque?os avances salvan cientos de vidas
Llegar a un pueblo cercano a Kinhasa (Rep¨²blica del Congo) con un ec¨®grafo port¨¢til es todo un acontecimiento. Para bien y para mal. El aparato en cuesti¨®n genera todo tipo de reacciones. ¡°All¨ª se esperan los hijos de otra manera¡±, explica ?lvaro Perlado, director general del Hospital de Monkole, un centro de referencia que alberga el programa especial Maternidad sin Riesgos, financiado por MSD. ¡°No es que no tengan curiosidad por saber el sexo de su hijo, es que no les pasas por la cabeza que eso sea posible. Se quedan muy impactadas con el aparato, cuando le pasas la sonda y puedan ver al beb¨¦ dentro del ¨²tero, ya cuando le dices: ¡®pues esto es un ni?o¡¯ se quedan alucinadas¡±, cuenta Perlado. ¡°Pero algunas personas tienen metido en la cabeza que la ecograf¨ªa es mala, lamenta Juan Arbul¨², jefe del proyecto. ¡°Prefieren hacer m¨¢s caso al brujo porque se f¨ªan m¨¢s de ¨¦l¡±.
As¨ª que cuando Juan y ?lvaro llegan a Madrid y se ufanan de que han conseguido que cada madre vaya al m¨¦dico dos veces durante el embarazo ¡ªes decir, haga dos consultas prenatales¡ª se frustran porque nadie lo valora en su justa medida. "?Pero es que antes no iban nunca o lo hac¨ªan cuando ya estaba a punto de morir la madre o el ni?o!¡±, explica Arbul¨². Esto supone un esfuerzo enorme de sensibilizaci¨®n y educaci¨®n para hacerles entender la necesidad de una ecograf¨ªa, se trata de hablar con una gente que puede hablar cuatro idiomas aut¨®ctonos, y como mucho franc¨¦s¡±.
?lvaro Perlado y Juan Arbul¨² trabajan en el Hospital de Monkole ubicado en Kinshasa, un centro de referencia con 18 camas dedicadas a ginecolog¨ªa y obstetricia y que ha conseguido hacer visible una estructura sanitaria y un hospital para una poblaci¨®n que, seg¨²n cuenta Perlado, cuando ve un centro m¨¢s o menos bien equipado lo primero que piensa es: ¡°Ser¨¢ muy caro, esto no es para mi¡±. El hospital tiene tres dispensarios: Eliba, Kimbondo y Moluka que ofrecen asistencia m¨¦dica en barriadas pobres. Adem¨¢s de una escuela de enfermeras (ISSI), que cada a?o forma 50 nuevas profesionales, y un centro de formaci¨®n continuada para m¨¦dicos (CEFA). El hospital ofrece m¨¢s de 50.000 consultas al a?o y da trabajo a m¨¢s de 280 personas, la mayor¨ªa de ellos congole?os.
Seg¨²n cuenta Perlado, la falta de recursos b¨¢sicos complica la gesti¨®n del hospital. ¡°Todos los d¨ªas hay cortes de electricidad que pueden durar varios d¨ªas, lo cual significa que tienes que utilizar un grupo electr¨®geno y tener miles de litros de gasolina de reserva, para que pueda seguir funcionando el centro. Por otra parte te tienes que acostumbrar a otros ritmos de trabajo y dejar de pedir cosas para ayer como har¨ªamos aqu¨ª¡±.
La mortalidad materna en Kinshasa es de ocho muertes por cada 1.000 nacimientos. Cada mujer tiene una media de cinco hijos y casi siempre en edades muy tempranas.
Esa es la realidad que el hospital de Monkole intenta revertir. Pero la severidad de enfermedades como la malaria, el seguimiento casi nulo de los embarazos y la influencia de brujos y curanderos en la poblaci¨®n local lo ponen muy dif¨ªcil.
Algunas mujeres desconf¨ªan de los m¨¦dicos y prefieren ponerse en manos de curanderos
Uno de los objetivos del hospital es cambiar esa realidad a trav¨¦s de un programa de prevenci¨®n de riesgos de la maternidad, apoyado por la Organizaci¨®n Navarra para Ayuda entre los Pueblos (ONAY). Una batalla compartida desde hace 30 meses por el programa Mothers Program, Una maternidad sin riesgo, de la compa?¨ªa farmac¨¦utica MSD y del que a¨²n quedan seis meses de desarrollo.
El proyecto Una maternidad sin riesgos es un programa a largo plazo, que contempla, entre otros apoyos sanitarios, una labor de sensibilizaci¨®n de las poblaciones locales y de educaci¨®n sanitaria. Forma parte del programa MSD for Mothers Global Giving centrado en ayudar a los pa¨ªses a reducir la mortalidad materna y mejorar la salud de las madres con vistas a lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU, que pretende reducir en un 75% la mortalidad materna y conseguir el acceso universal a la salud reproductiva para 2015.
¡°En la regi¨®n la medicina tradicional est¨¢ muy desarrollada y la gente cree en ella porque no ha visto otra cosa. Al poco conocimiento sanitaria, se une un nivel cultural muy bajo. Cada d¨ªa tenemos que explicar a las mujeres por qu¨¦ tienen que ir al m¨¦dico durante el embarazo. En toda su vida, las mujeres han visto la gente da a luz con los vecinos y curanderos de la zona. Hay una especie de centro de salud muy pobre donde se sabe qui¨¦n es la persona que atiende los partos. Lo resuelve todo en una hora media y las manda para su casa. Un proceso tan corto y sin las m¨ªnimas condiciones sanitarias dispara las tasas de mortalidad materna y las complicaciones en el neonato¡±, indica Perlado.
¡°Y justamente el proyecto que desarrollamos con MSD es una oportunidad para cambiar esto y hacer visible una estructura de salud en las zonas marginales. Nosotros vamos con nuestro equipo m¨¦dico a todos estos sitios y nos encargamos de hacer un cribado de las embarazadas para seguir sus embarazos. Hemos conseguido programar dos consultas con las madres por embarazo, una ecograf¨ªa, as¨ª como un tratamiento preventivo contra la malaria¡±, explica Arbul¨² y prosigue: ¡°S¨¦ que aqu¨ª puede sonar a poco pero le aseguro que por embarazo es casi un milagro¡±.
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