¡®No future¡¯
A diferencia de lo que yo cre¨ªa, lo nuevo no sustituye a lo viejo. Simplemente conviven
Todo parece indicar que vivimos en el futuro. El ordenador donde escribo estas l¨ªneas, el smartphone donde cuento que estoy escribiendo, el plasma desde el que habla nuestro presidente virtual¡ Y, sin embargo, esto no se parece en nada al futuro que hab¨ªamos imaginado. ?Corrijo! Al futuro que nos hab¨ªan hecho imaginar. ?D¨®nde est¨¢n, por poner un ejemplo, los monopatines voladores? ?Y los robots? Pero no esos microsc¨®picos de los que hablan en Cuarto milenio que controlan las transacciones burs¨¢tiles y hacen tambalearse al mundo occidental. Yo digo los robots simp¨¢ticos. Esos que estaban hechos de piezas de Mecano, pon¨ªan caras graciosas y se hac¨ªan amigos del perro. El de Cortocircuito o la de Los Supers¨®nicos (especialmente esta ¨²ltima, que te limpiaba la casa). ??D¨®nde est¨¢n nuestros robots?! Lo llaman democracia y no lo es¡ Y en lugar de eso, tenemos a Rajoy en una tele. Bueno¡ E Internet, que est¨¢ muy bien, pero no tiene la gracia de un coche volador o de un traje autoajustable ¡ªaunque mucha ropa de hoy en d¨ªa a lo parezca a los dos lavados¡ª.
Pero a¨²n hay otra cosa que me sorprende de este futuro inesperado en que vivimos. Y es que, a diferencia de lo que yo cre¨ªa, lo nuevo no sustituye a lo viejo. Simplemente conviven. Ni en mis sue?os infantiles m¨¢s locos me hubiese imaginado, como me pas¨® hace poco, tumbado en la cama, viendo en mi smartphone una charla TED en Youtube mientras, desde la calle, se o¨ªa a un vendedor con su meg¨¢fono desga?itarse al grito de "hay melones, se?ora, melones, al rico mel¨®n, mel¨®n, mel¨®n". ?Todo eso a la vez! Melones de Villaconejos y Youtube. Alguien dise?ando una app para encontrar apartamento en Manhattan y, en el piso de al lado, un tuno colocando las cintas a su bandurria. ?Est¨¢ pasando! Universos paralelos coexistiendo sin colisionar. No s¨¦ qu¨¦ opinar¨ªa de esto Steve Jobs. Por cierto, la charla TED trataba de si, en el futuro, los robots har¨¢n todo el trabajo. Dicho de otra forma, las criaturas de Steve nos dejar¨¢n sin apellido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.