Argentina cambia el paso

El kirchnerismo ha ganado las elecciones primarias en Argentina, pero no ha arrasado. La victoria del candidato del oficialismo, el peronista moderado Daniel Scioli, no le garantiza su triunfo en las presidenciales de octubre, donde podr¨ªa ser necesaria una segunda vuelta. Su principal rival, el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, de centro-derecha, aunque obtuvo unos resultados ligeramente por debajo de las expectativas, a¨²n tiene capacidad para unir voluntades pol¨ªticas y votos para dar la batalla en oto?o. Los pr¨®ximos meses ser¨¢n cruciales para fraguar alianzas y concretar propuestas, sobre todo en el terreno econ¨®mico, el gran ausente en la reciente campa?a.

Scioli, un pol¨ªtico sin carisma que ha vivido los ¨²ltimos 12 a?os a la sombra de N¨¦stor Kirchner y Cristina Fern¨¢ndez, tendr¨¢ que conjugar para ser presidente la doble tarea de asegurarse el apoyo de la maquinaria electoral kirchnerista y abrirse a otros sectores de la sociedad argentina. Macri, percibido por las capas populares como el v¨¢stago de una de las grandes fortunas del pa¨ªs, deber¨¢ seducir, lo que a?priori no se antoja f¨¢cil, a los votantes del peronismo disidente que representan Sergio Massa y Jos¨¦ Manuel de la Sota.

El panorama, a¨²n incierto, permite vislumbrar algunas tendencias. La primera, que probablemente estemos ante el principio del fin del kirchnerismo, un fin de ciclo pol¨ªtico que se acompasa con el fin de ciclo econ¨®mico sostenido, en Argentina y el resto de Sudam¨¦rica, por el boom de las materias primas. La segunda: quien gane en octubre tendr¨¢ que afrontar los problemas que atenazan la econom¨ªa con medidas liberalizadoras, que reduzcan el excesivo proteccionismo y que rebajen la inflaci¨®n, as¨ª como frenar la creciente inseguridad y pobreza de los ¨²ltimos a?os. La sociedad argentina vot¨® el domingo dividida y polarizada. Las presidenciales de octubre son una oportunidad para abrir una nueva etapa m¨¢s centrada pol¨ªticamente.