En Guinea, los blogueros quieren cambiar la pol¨ªtica
La asociaci¨®n de blogueros de Guinea Conakry, Ablogui, quiere influir en las elecciones Los activistas empujan a los candidatos a cambiar su discurso
Hace cuatro a?os, los blogueros activos de Guinea Conakry se contaban con una sola mano, y sobraban dedos. Hoy, 80 de ellos forman parte de la plataforma Ablogui, la asociaci¨®n de blogueros del pa¨ªs. Y no s¨®lo se han agrupado sino que, adem¨¢s, se han planteado un objetivo fundamental: participar en las elecciones presidenciales previstas para el mes de octubre. Pero participar con may¨²sculas. No a favor de un candidato u otro, sino reformando el discurso pol¨ªtico, empujando a los candidatos a dejar a un lado las palabras que despiertan los sentimientos menos racionales y oblig¨¢ndoles a que hablen sobre sus programas de medidas.
Fod¨¦ Sanikayi Kouyat¨¦ es un habitual del universo digital de ?frica occidental. Conectado con twitteros y blogueros de otros pa¨ªses, es corriente ver a este guineano implicado en las campa?as e iniciativas que recorren las redes al oeste del continente. ?l es el presidente de Ablogui y uno de los impulsores m¨¢s convencidos del proyecto GuineeVote, que est¨¢ a punto de lanzar oficialmente la primera fase de su estrategia, seg¨²n las informaciones de los impulsores de la plataforma. Los objetivos fundamentales de esta iniciativa son vigilar el desarrollo de las presidenciales que, salvo cambios de planes de ¨²ltima hora, deber¨ªan celebrarse en el mes de octubre; colaborar en que estos comicios sean transparentes y favorecer que, durante la campa?a, el discurso pol¨ªtico se centre en las medidas que cada candidato propone y no en temas m¨¢s sentimentales como la pertenencia ¨¦tnica.
#Guin¨¦eVote est une plateforme Web participative autour des ¨¦lections en #Guin¨¦e. Rejoignez le projet citoyen port¨¦ par @ablogui
— Guin¨¦eVote (@GuineeVote) August 2, 2015
Seg¨²n el presidente de Ablogui, GuineeVote aspira a ser ¡°una plataforma participativa de vigilancia ciudadana de las elecciones que no se limitar¨¢ s¨®lo a las votaciones sino que tendr¨¢ continuidad despu¨¦s para vigilar el cumplimiento de los compromisos¡±.
¡°Estamos acostumbrados a debates pol¨ªticos subjetivos¡±, explica Kouyat¨¦, ¡°y que est¨¢n lejos de las preocupaciones de los ciudadanos. Al final, no se votan los programas, sino que se vota a las personas. Los partidos han sido incapaces de hace una divulgaci¨®n correcta de sus medidas, no saben movilizar a los ciudadanos en torno a los programas as¨ª que les resulta m¨¢s f¨¢cil optar por el comunitarismo, por la pertenencia ¨¦tnica. Esa es la obsesi¨®n de la iniciativa hacer girar el discurso pol¨ªtico. Desde las arengas simplistas y ramplonas que apelan a las diferencias ¨¦tnicas, que exacerban los ¨¢nimos y que, a menudo, conducen a tensiones e incluso violencias, hacia una comparaci¨®n de las medidas propuestas que obliga a los pol¨ªticos a ser constructivos a la hora de intentar convencer a sus electores y coherentes a la hora de ejercer el poder.
Los impulsores de la iniciativa se han ido poniendo en contacto con los partidos pol¨ªticos durante las ¨²ltimas semanas, aunque las candidaturas definitivas no est¨¢n definitivamente validadas. La plataforma GuineeVote albergar¨¢ los programas de todos los aspirantes y utilizar¨¢ para compararlos la herramienta voxe.org, que se ha empleado en otras elecciones en Europa y Estados Unidos, fundamentalmente. ¡°Si un partido no nos env¨ªa su programa, su perfil estar¨¢ presente pero aparecer¨¢ en blanco, as¨ª que parecer¨¢ que no tiene programa. Son ellos los que tienen que valorar si eso les interesa¡±, comenta Kouyat¨¦.
Las redes tambi¨¦n pueden ser un riesgo
Los blogueros han asumido esta responsabilidad para evitar las tensiones sociales que pueden generar unas elecciones presidenciales. ¡°La cuesti¨®n ¨¦tnica est¨¢ presente en Guinea¡±, se?ala el representante de Ablogui, ¡°eso es innegable. Pero, adem¨¢s, los medios de comunicaci¨®n muchas veces aumentan esa tensi¨®n. Debatir sobre los programas es la manera de rebajarla, de calmar los ¨¢nimos¡±. Fod¨¦ Sanikayi Kouyat¨¦ explica que esta toma de responsabilidad es adem¨¢s una necesidad: ¡°En las elecciones de 2010 hab¨ªa mucha informaci¨®n que se hab¨ªa puesto en circulaci¨®n con la voluntad de crear una tensi¨®n para llevar a la confrontaci¨®n y evitar otros debates. Afortunadamente, en ese momento, no hab¨ªa demasiado acceso a internet. Pero ahora ¨¦ste ha eclosionado y no nos podemos arriesgar a que se difundan esas informaciones sin una respuesta, sin contrarrestarla¡±.
De cara a las pr¨®ximas presidenciales, los ciberactivistas se han propuesto hacer del entorno digital un contrapeso de los medios convencionales a trav¨¦s de los blogs, de las redes sociales y de su propia plataforma. ¡°Nosotros estamos comprometidos¡±, explica Kouyat¨¦, ¡°no tenemos intereses partidarios y como ciudadanos somos los primeros interesados en que las elecciones sean transparentes y tranquilas. Podemos ofrecer la neutralidad que hace falta¡±. Y en este sentido los blogueros conf¨ªan en el factor num¨¦rico, como explica su presidente: ¡°En los medios cl¨¢sicos, basta con que se corrompa al due?o para que el medio adopte un enfoque partidista. En nuestro caso, tendr¨ªan que corromper a cientos o miles de personas y, evidentemente, eso es m¨¢s complicado¡±.
Las elecciones pueden ser tensas
Cuando se le pregunta acerca del clima previsible de las elecciones, Fod¨¦ Sanikayi Kouyat¨¦ contesta con firmeza: ¡°Puede haber tensiones, porque a los pol¨ªticos les interesa que se fije la atenci¨®n sobre las cuestiones que generan esa tensi¨®n, el comunitarismo. Adem¨¢s, algunos informes de observadores ya han dicho que la CENI (la comisi¨®n independiente encargada de la organizaci¨®n de las elecciones) est¨¢ t¨¦cnicamente muy limitada. Y hay una crisis de confianza, tanto de los pol¨ªticos entre s¨ª, como de los ciudadanos hacia los pol¨ªticos¡±.
Adem¨¢s de cambiar el discurso hacia un debate sobre las medidas propuestas por cada candidato, Ablogui tiene otro objetivo: implicar realmente a los ciudadanos en ese proceso. ¡°Tenemos que conseguir que la poblaci¨®n sea consciente de que no se puede dejar llevar por los discursos ¨¦tnicos, pero adem¨¢s que tienen que tener un papel protagonista en las elecciones¡±. El presidente de la organizaci¨®n de blogueros espera que los ciudadanos se comprometan en la vigilancia de las elecciones. ¡°No basta con depositar el voto. Si esperas a que se haga el recuento en tu colegio electoral y despu¨¦s, cuando se hagan p¨²blicos los resultados se corresponden con lo que t¨² has visto, sabr¨¢s que tu voto ha sido escuchado, si no, podr¨¢s denunciar que ha habido irregularidades¡±, se?ala Kouyat¨¦, para explicar el papel de lo que ellos llaman los e-observateurs.
En los planes de la organizaci¨®n est¨¢ que estos e-observateurs est¨¦n repartidos por las 33 prefecturas del pa¨ªs. ¡°El panorama digital no es igual en Conakry (la capital) y en el entorno rural, as¨ª que la intenci¨®n es dar algunas sesiones de formaci¨®n a los ciudadanos interesados¡±, explica Kouyat¨¦. Aunque el presidente reconoce que, para ello, necesitar¨¢n buscar alianzas y, sobre todo, independencia financiera.
Los blogueros guineanos beben de otras experiencias previas para esta iniciativa. Sobre todo, de la utilizaciones de las redes sociales durante las elecciones presidenciales senegalesas de 2012, una comunidad con la que tienen fuertes v¨ªnculos. La inspiraci¨®n, reconoce Kouyat¨¦, es la plataforma SUNU2012 que los blogueros de este pa¨ªs pusieron en marcha en aquella ocasi¨®n, pero han incorporado herramientas nuevas que en ese momento no estaban disponibles y han guineizado la iniciativa.
As¨ª, los objetivos de la iniciativa son animar el debate, velar por la transparencia de las elecciones y movilizar y sensibilizar a los ciudadanos sobre su responsabilidad. Para ello, pretenden actuar durante la campa?a, pero tambi¨¦n durante la jornada de voto y hasta durante el escrutinio. Todo, para poner los medios sociales al servicio de la voluntad ciudadana de tener unas elecciones pac¨ªficas, participativas y transparentes.
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