?Acuerdo de paz en Sursud¨¢n?

Parece que finalmente las amenazas que dej¨® Barack Obama durante su visita a la sede de la Uni¨®n Africana, a finales de julio, con respecto a las partes implicadas en el conflicto de Sursud¨¢n han surtido efecto. El presidente estadounidense prometi¨® recurrir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para pedir la imposici¨®n de sanciones y un embargo de armas si antes del 17 de agosto el gobierno y los rebeldes no alcanzaban un acuerdo de paz.
La misma tarde del d¨ªa que se cumpl¨ªa el plazo dado, las dos partes enfrentadas en Sursud¨¢n firmaron un acuerdo parcial de paz prometiendo reunirse de nuevo tras de 15 d¨ªas para continuar las conversaciones. De hecho, el presidente de Sursud¨¢n, Salva Kiir, no lo firm¨®, alegando tener algunas reticencias sobre el mismo. Pero prometi¨® hacerlo si dentro de 15 d¨ªas la situaci¨®n se mantiene. En su lugar firm¨® Pagan Amum, secretario general del partido en el poder (SPLM). Riek Machar, jefe de los rebeldes, si ha estampado su rubrica en el documento.
Se reabre as¨ª una tibia ventana a la esperanza cuatro a?os despu¨¦s de que el pa¨ªs m¨¢s joven del mundo alcanzase la independencia y casi tres desde que diera comienzo el actual conflicto. Adem¨¢s, se garantiza que por el momento las sanciones y el embargo de armas se retrase, al menos, quince d¨ªas.
Las dos facciones rivales retomaron las conversaciones de paz, tras el paso de Obama por ?frica, el seis de agosto, despu¨¦s de haberse puesto de acuerdo en el rechazo a las amenazas de sanciones.
La actual contienda comenz¨® a finales de 2013 entre fuerzas leales al presidente Salva Kiir y los rebeldes seguidores del ex vicepresidente Riek Machar, dando lugar a un conflicto que ha sido tildado de ¨¦tnico al enfrentar a los dos grupos mayoritarios del pa¨ªs, los dinkas y los nuers. Sin embargo, la verdadera raz¨®n del mismo es la disputa entre empresas chinas y estadounidenses, principalmente, por el control del petr¨®leo de la zona.
Desde el inicio de la guerra se han celebrado diversas rondas de conversaciones en la capital de Etiop¨ªa, Addis Abeba, con el objetivo de alcanzar un acuerdo definitivo de paz. Pero todas ellas han fracasado debido a las continuas violaciones de los acuerdos de alto el fuego por parte de ambos bandos.
En esta ocasi¨®n, se part¨ªa de que una soluci¨®n perfecta para el conflicto ser¨ªa dif¨ªcil de alcanzar. As¨ª lo declar¨® Seyoum Mesfin, mediador jefe del IGAD, grupo que re¨²ne a los estados de ?frica oriental que median en la disputa, y con cuyos presidentes se reuni¨® Barack Obama en su visita a la capital et¨ªope, en la apertura de la ¨²ltima ronda de negociaciones.
El acuerdo finalmente alcanzado incluir¨ªa clausulas que hablan de compartir el poder entre las dos facciones enfrentadas y de la composici¨®n de un gobierno de coalici¨®n. Seg¨²n un portavoz de los rebeldes este ser¨ªa el punto que cuestiona el presidente Salva Kiir y por el que ha retrasado la firma del pacto 15 d¨ªas. Bas¨¢ndose en esta reticencia, le acusan de tener miedo de compartir el poder.
El temor a que este hecho se convierta en un verdadero obst¨¢culo para la ratificaci¨®n definitiva del convenio alcanzado flota en el aire y ni los miembros del IGAD ni las potencias que dirigen las conversaciones desde las sombras, Estados Unidos y China, descartan un nuevo fracaso.
Por otra parte, no parece que en documento final quede claro qu¨¦ pasar¨¢ con las elecciones que ten¨ªan que haberse celebrado durante el verano y que el presidente Salva Kiir pospuso hasta 2018.
Debemos mantener la esperanza ya que esta vez la presi¨®n internacional parece estar funcionado y poniendo entre la espada y la pared a las partes enfrentadas. Aunque tambi¨¦n pudiera ser que la verdadera amenaza que est¨¢ haciendo posible el desbloqueo de la situaci¨®n sea la del cierre de la ¨²nica f¨¢brica de cervezas del pa¨ªs debido a la escasez de combustible, de materia prima y de capital extranjero que los 20 meses de conflicto han originado. De hecho, la compa?¨ªa ya ha tenido que enviar a casa a unos 100 trabajadores, lo que supone una cuarta parte de sus 405 empleados, y si la situaci¨®n no cambia pronto tendr¨¢ que poner fin a su producci¨®n.
El gigante de las bebidas SAB Miller abri¨® la factor¨ªa en Juba, la capital de Sursud¨¢n, en 2009, un par de a?os antes de la independencia del pa¨ªs. En ella se producen las dos marcas locales de cerveza: Nile Special y White Bull.
Esta ¨²ltima debe su nombre a una raza local de ganado. Fue lanzada en 2009 y representa la independencia del pa¨ªs frente a la opresi¨®n del norte, donde la ley isl¨¢mica, sharia, proh¨ªbe el consumo de alcohol. El eslogan con el que fue presentada, y que se mantiene hasta hoy en d¨ªa, es ¡°The taste of progress¡± (el sabor del progreso). Poco a poco se ha ido convirtiendo en la cerveza m¨¢s consumida en el pa¨ªs desplazando a la keniana Tusker o la ugandesa Bull que dominan el mercado de la cerveza en ?frica oriental.
El cierre de este s¨ªmbolo de orgullo nacional ser¨ªa un duro golpe para el pa¨ªs.
Lo importante en este momento es que Sursud¨¢n se encuentra, por fin, con la posibilidad de recuperar la paz, de poner fin a la contienda, de que los m¨¢s de dos millones de desplazados y refugiados regresen a sus hogares, de que se desmovilicen a los combatientes, especialmente a los cientos de ni?os y ni?as que est¨¢n siendo utilizados por ambos bandos y de que poco a poco se recupere la econom¨ªa.
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