Un gran peque?o paso
El brazo bi¨®nico colocado un ni?o brit¨¢nico apunta a avances que cambiar¨¢n la vida de miles de personas
Alg¨²n d¨ªa la medicina regenerativa aprender¨¢ a reconectar los nervios sajados por un accidente traum¨¢tico, a regenerar un dedo o una mano perdida, incluso a reparar las neuronas cerebrales que antes controlaban un miembro y han muerto por un golpe, un tumor o las servidumbres de la edad. Pero nadie sabe si eso va a llegar en 50 d¨ªas o en 50 a?os. Y esa diferencia puede parecer poco en las escalas de la historia, pero lo es todo para las personas que sufren de una discapacidad y se dedican cada d¨ªa a cultivar sus esperanzas de curarla, o al menos paliarla. As¨ª que, mientras esperamos a que avance la biolog¨ªa, lo mejor es que empecemos a utilizar la rob¨®tica. Ya.
No, el brazo prot¨¦sico de la firma Touch Bionics ¡ªel que lleva el peque?o Josh Cathcart en la foto¡ª no es el objetivo final de la rob¨®tica m¨¦dica. No est¨¢ controlado por las se?ales del cerebro ¡ªcomo lo est¨¢ el brazo de carne y hueso que Josh lleva en el lado izquierdo¡ª, sino en los movimientos residuales de un par de m¨²sculos de su mu?¨®n. Esta tecnolog¨ªa tampoco puede extrapolarse al gran grupo de pacientes que, casi siempre por accidentes de tr¨¢fico, se han quedado parapl¨¦jicos o tetrapl¨¦jicos por rotura de la m¨¦dula espinal. La pr¨®tesis de Touch Bionics es solo un peque?o paso hacia el futuro. Pero basta mirar la foto para ver cu¨¢l es la verdadera medida de un peque?o paso.
Los proyectos de bi¨®nica m¨¢s ambiciosos, muy activos tanto en EE?UU como en la UE, apuntan directamente a la cabeza: con implantes cocleares conectados al cerebro auditivo, con v¨ªdeos que mandan se?ales al cerebro visual, y con brazos y piernas bi¨®nicas capaces de interpretar las se?ales del c¨®rtex motor, la parte del cerebro, situada m¨¢s o menos encima de las orejas, que normalmente controlan los movimientos del cuerpo. Si entender el cerebro es el gran reto cient¨ªfico del siglo XXI, manipular sus se?ales de entrada y salida es una de las grandes esperanzas de la medicina actual, sobre todo para ayudar a sordos, ciegos y personas paralizadas. La alegr¨ªa del peque?o Josh, que tiene nueve a?os, est¨¢ m¨¢s que justificada. No solo por su brazo bi¨®nico actual, sino porque es lo bastante joven como para ver avances cient¨ªficos m¨¢s espectaculares en el futuro, y beneficiarse de ellos. Enhorabuena.
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