El nacionalismo y los huevos
Es un alimento cotidianos que encierra una importante carga patri¨®tica, con rasgos que nos unen y aspectos que nos separan
Con el nacionalismo en boca de todos, a veces olvidamos que la nacionalidad y la cultura se manifiestan a veces en cosas tan espurias como un huevo. Uno de los alimentos m¨¢s cotidianos y frecuentes encierra una importante carga emocional y tambi¨¦n patri¨®tica, con rasgos que nos unen a todos y aspectos que nos separan. Para empezar, en cualquier pa¨ªs del mundo encontrar¨¢s que los huevos est¨¢n a temperatura ambiente en el supermercado y que cuando llegas a casa los pones en la nevera. ?No es extra?o? Si en el s¨²per los tuvieran en la nevera tardar¨ªan m¨¢s en caducar, pero el problema es que la gente abre y cierra la puerta del frigor¨ªfico continuamente, lo que produce que se condense l¨ªquido, creando un medio de crecimiento ideal para bichitos tan indeseables como la salmonela o la shigella¡, por eso se mantienen sin refrigerar. En cambio, en tu casa, que no abres tanto la nevera, lo mejor es guardarlo en fr¨ªo.
En Alemania les gustan las yemas blancuzcas; en Espa?a, naranja fuerte
Vamos ahora a los hechos diferenciales. Como las banderas, aqu¨ª entramos en los colores. La c¨¢scara de huevo est¨¢ formada por una matriz de prote¨ªna sobre la que se deposita carbonato c¨¢lcico, que es el que le confiere la rigidez caracter¨ªstica. El color de los huevos de cualquier ave es una combinaci¨®n de tres. Blanco si el carbonato c¨¢lcico no se ti?e, rojo si contiene hemoglobina y verde si incluye pigmentos biliares.
En la naturaleza, con la selecci¨®n darwiniana en funcionamiento, el color del huevo depender¨¢ del entorno del ave para conseguir el mejor camuflaje, ya que muchas veces la capacidad de sobrevivir de una especie depende de poder esconder los huevos de sus depredadores. Sin embargo, en el corral el color del huevo depende de la raza de la gallina que seleccione el granjero en funci¨®n de la demanda del mercado o de lo que le diga el comercializador. Antes se pod¨ªa elegir entre huevos blancos o marrones. Ahora la moda ha impuesto que casi todos los huevos que encontramos en Espa?a sean marrones.
Aqu¨ª pensamos que son mejores y al comercializador le vienen mejor porque se manchan menos. Tambi¨¦n existen huevos de gallina verdes, pero dif¨ªcilmente los encontrar¨¢s en un supermercado. No obstante, donde vienen los debates patri¨®ticos es en el coraz¨®n del huevo, en la yema. En Alemania les gusta que sea blancuzca, en Inglaterra amarilla y en Espa?a preferimos un naranja fuerte. ?C¨®mo se consigue la yema del color deseado? Depende principalmente de la presencia de unos pigmentos llamados xantofilas que la gallina adquiere por la dieta, por lo que se puede alterar poniendo en el pienso plantas que contengan m¨¢s o menos de estos pigmentos vegetales. Una dieta solo con pienso dar¨¢ yemas blancas, a?adiendo ma¨ªz en grano o alfalfa tendremos coloraci¨®n amarilla, e incluyendo p¨¦talos de algunas plantas como cal¨¦ndula conseguimos el naranja intenso. Como dice el dicho, para gustos colores, que cada pa¨ªs tiene los suyos, hasta en los huevos.
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