Eduardo Souto de Moura elige el Parten¨®n en la Acr¨®polis
El premio Pritzker portugu¨¦s ha visitado tres veces Atenas. Y ha sucumbido a la magia de una construcci¨®n que determina, desde lo alto y los siglos, todo el skyline de la ciudad ¡°Es el edificio m¨¢s copiado de todo el mundo¡±, asegura. Con ¨¦l concluye esta serie en la que arquitectos de prestigio internacional desvelan sus modelos de inspiraci¨®n
Cuando el presidente Obama le entreg¨® a Eduardo Souto de Moura el Premio Pritzker de 2011, evoc¨® el estadio municipal de Braga que el arquitecto construy¨® aprovechando el hueco de una antigua cantera para que, desde un talud vecino, quienes no pueden pagar la entrada pudieran ver los partidos. Souto cuenta que para elegir un edificio favorito ¡°no se puede pensar demasiado¡±. Y se decide por el Parten¨®n de Atenas. Estas son sus razones: ¡°La primera es que es un inmueble aislado que construye un territorio¡±. Recuerda verlo desde la ventana de su hotel y comprobar que, con el tama?o de una casa, constru¨ªa el skyline de Atenas.
Una segunda raz¨®n es que su implantaci¨®n en la Acr¨®polis ha provocado una manera de mirar las cosas. ¡°Todos los objetos: los coches, las motos se fotograf¨ªan a 20 grados, en contrapicado, de abajo arriba¡±. ?Por qu¨¦ deriva eso del Parten¨®n? ¡°Porque solo hay una manera de verlo: te obligan a utilizar unas escaleras, a llegar desde abajo, no hay alternativa¡±.
La tercera raz¨®n para Souto es que ¡°tiene una parte falsa. Eso me gusta mucho¡±. ¡°Los triglifos de la fachada son falsos porque no funcionan para recibir la madera de la cubierta¡±, explica. Para el autor de la Casa das Hist¨®rias Paula Rego, en Cascais, esta deformaci¨®n acent¨²a la gravedad, subraya el peso visual del inmueble, magnifica su presencia y le confiere incluso serenidad.
Una raz¨®n m¨¢s por la que al segundo premio Pritzker portugu¨¦s ¨Cel otro es ?lvaro Siza¨C le gusta el monumento griego es porque es un edificio multifuncional: ¡°Ha sido un templo, un almac¨¦n de p¨®lvora¡¡±. Y a esto a?ade la doble escala ¨Cel kil¨®metro y el mil¨ªmetro¨C; le impresiona ¡°c¨®mo un edificio puede tener la fuerza de convertirse en una geograf¨ªa y, a la vez, tener las piedras dibujadas detalladamente¡±. ¡°Al final, es el edificio m¨¢s copiado de todo el mundo. Los romanos lo copiaron, el Renacimiento tambi¨¦n, el neoclasicismo lo hizo de nuevo¡¡±. ?Y los modernos? ¡°Al menos las proporciones. Le Corbusier lo met¨ªa siempre en los planos de sus viviendas para indicar las proporciones¡±, explica.
Souto ha visto el Parten¨®n tres veces. La primera, cuando, ya arquitecto, fue a dar una conferencia a Atenas. La segunda viaj¨® con su maestro, Fernando T¨¢vora, ¡°que no se quer¨ªa morir sin ver Grecia¡±. Cuenta que T¨¢vora estaba enfermo y que ver el Parten¨®n le cambi¨® el humor. ¡°Le devolvi¨® el habla¡±. Fue su viejo profesor quien le explic¨® que ¡°los templos griegos est¨¢n siempre en el centro, ni arriba ni abajo, en el centro es donde viven los dioses¡±.
Por lo dem¨¢s, Souto de Moura siempre ha llegado al Parten¨®n rodeado de turistas. ¡°Una miradita y regreso al autob¨²s¡±. Por eso, la tercera vez, cuando fue con P¨ªa, su esposa, se escap¨®. Salt¨® la valla, quer¨ªa verlo desde otro ¨¢ngulo. Y se qued¨® hasta que los guardas le advirtieron de que deb¨ªa salir de all¨ª.
El arquitecto cuenta que Jacques Lacan defendi¨® que los edificios de la Acr¨®polis determinaron toda la historia de la arquitectura estableciendo los tipos, las proporciones, la simetr¨ªa y la manera de mirar. Explica tambi¨¦n que a ¨¦l le gusta m¨¢s destruido que un poco reconstruido, como est¨¢ ahora. ¡°Es como las mujeres que al cumplir a?os empiezan a estirarse. Llegado un punto, no reconoces sus gestos, pierden la naturalidad¡±.
Eduardo Souto de Moura
Oporto, 1952. Premio Pritzker en 2011, supo sumar lo inesperado a la perfecci¨®n fr¨ªa de la modernidad. Autor del mercado de Braga y del estadio de la ciudad, ha firmado la sobresaliente transformaci¨®n del monasterio de Santa Maria do Bouro en hotel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.