Una de actores encasillados
Como en las mejores pel¨ªculas, en el 'affaire' Iker Casillas-Florentino P¨¦rez nada est¨¢ claro
Empez¨® la Liga sin Casillas. El debate sobre su figura ha envenenado al Real Madrid durante a?os, al mezclarse lo deportivo con los intereses particulares, e incluso con lo pol¨ªtico. Mourinho, para muchos un villano de pel¨ªcula, encresp¨® las aguas.
Yo, como aficionado, de cinco a?os para ac¨¢ he visto un portero al que se le notaban cada vez m¨¢s sus graves defectos, que afectaban a todo el equipo: no ir bien por alto y no saber jugar con los pies. Recientemente se a?adi¨® un rostro demacrado, un miedo al bal¨®n y un no parar casi nada. Sus defensores hubieron de inventar m¨¢gicas intervenciones (una a Messi, con la rodilla; vi varias veces la jugada, pero nunca c¨®mo supuestamente desviaba el bal¨®n). El Madrid gan¨® la d¨¦cima pese a un fallo suyo, que s¨®lo un milagro de Ramos en el descuento pudo subsanar.
Ni topo, ni santo, ni diablo: un portero fant¨¢stico que dej¨® de serlo hace tiempo. En parte, por creerse un elegido. Entrevistado por Gabilondo, dijo: ¡°La gente que hemos tenido el talento innato, lo ¨²nico que tenemos que hacer es cuidarlo. Yo no necesito ir al gimnasio y hacer 40 abdominales¡±. Su amigo Ramos tuite¨® en febrero de 2012: ¡°En siete a?os que llevo en el Madrid, es el primer d¨ªa que veo al Mel¨®n (Iker) en el gimnasio. Incre¨ªble pero cierto¡±. Eso hizo que el entrenador de porteros de Mourinho, un italiano ajeno al ruido medi¨¢tico, prefiriera a Diego L¨®pez.
Tampoco su familia parece haber ayudado. Su madre calific¨® al Oporto (su nuevo destino, bicampe¨®n de Europa) de ¡°equipo de Segunda B¡±. Menos mal que madre no hay m¨¢s que una.
?Es Florentino P¨¦rez el malo de la pel¨ªcula? Se lo pregunto a Fernando R. Lafuente, secretario general de la Revista de Occidente, con columna semanal en Abc sobre el Madrid. ¡°Casillas tard¨® demasiado en darse cuenta de su situaci¨®n, con la afici¨®n dividida; y a eso se sum¨® el problema de que ning¨²n equipo le quer¨ªa pagar lo que cobraba en el Madrid. Por otra parte, Di St¨¦fano, Hierro, Ra¨²l, ahora Casillas¡, salvo Zidane, independientemente del presidente de turno, pocos de los grandes han salido bien. ?Y si es un problema de los jugadores?¡±. Mientras escribo, en un bar de un pueblo abulense, dos ancianos comentan el caso: ¡°Se ha ido el que ten¨ªa que quedarse, y se ha quedado el que ten¨ªa que irse¡±. Hay opiniones para todos los gustos. Adolfo Garc¨ªa Ortega y Diego Doncel son escritores y madridistas. El primero afirma: ¡°Florentino debi¨® secundar a Mourinho cuando ¨¦ste, con su gran personalidad, entendi¨® que Casillas ya hab¨ªa cumplido su tiempo en el Madrid. Ancelotti, con su escasa personalidad, pag¨® las consecuencias¡±. Para Doncel, ¡°Casillas ha confundido durante mucho tiempo al Madrid consigo mismo. Es decir, con su propia proyecci¨®n personal. Por eso, Casillas representa ese dejar a un lado el amor a la camiseta por otros amores: fama, dinero o poder¡±. El cul¨¦ Juan Cruz, que adem¨¢s de en las p¨¢ginas de cultura de EL PA?S escribe en el As, me dice: ¡°En Espa?a hay afici¨®n a los colores, no a los valores. Las directivas, da igual Bar?a o Madrid, nos causan dolor, pues no aman el f¨²tbol, sino el palco, y por ello tratan a los futbolistas con displicencia¡±.
Como en algunas de las mejores pel¨ªculas, aqu¨ª nada est¨¢ claro del todo. Ni siquiera qui¨¦n es el aut¨¦ntico malo, por muy encasillados que est¨¦n los actores.
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