Arepas y fronteras
Trump no puede evitar sentir celos de que un latino, Jorge Ramos, sea m¨¢s atildado que ¨¦l
El verano de 1975 fue considerado el verano del destape gracias a la prolongada exhibici¨®n de la pel¨ªcula El amor del capit¨¢n Brando, dirigida por Jaime de Armi?¨¢n, donde Ana Bel¨¦n se desnudaba frente al espejo y el pa¨ªs se dividi¨® entre reprimidos y supuestos liberados. Fue un nuevo comienzo. Cuarenta a?os han pasado y ahora el que se desnuda es Rafa Nadal, en un anuncio de ropa interior, con un coqueto y masculino gesto sugerente. Como invitando a ducharse con ¨¦l, pero dej¨¢ndonos con las ganas. En su deportivo striptease, no nos deja verlo todo.
En otros pa¨ªses las fronteras significan problemas m¨¢s pol¨ªticos. En Estados Unidos, el millonario y aspirante a candidato presidencial, Donald Trump, ech¨® de una rueda de prensa al periodista Jorge Ramos, una de las figuras m¨¢s influyentes de la cadena de televisi¨®n en espa?ol, Univisi¨®n. Al hacerlo, Trump insisti¨® en su pr¨¢ctica de delimitar una frontera invisible pero potente: la de la divisi¨®n entre ciudadanos norteamericanos y latinos. Aun as¨ª, Ramos y Trump tienen algo en com¨²n. Ambos han sido portada de la revista Time. Ramos este mismo a?o, en su n¨²mero de los personajes m¨¢s influyentes a nivel internacional. Trump unas cuantas veces, siempre enarbolando esa mezcla de altivez, ingenio empresarial y peluquer¨ªa rara. Ramos, en cambio, posee una cabellera blanca bien peinada. Probablemente, Trump no pueda evitar sentir celos de que un latino sea m¨¢s atildado que el y seguramente ha observado que pese a provenir del subdesarrollo, la mayor¨ªa de los latinos tenemos mejor calidad humana que ¨¦l. Su actitud en la conferencia de prensa con Ramos demuestra que como presidente estar¨ªa en la frontera del despotismo.
Colombia y Venezuela tienen una frontera geogr¨¢fica extensa y real, m¨¢s de 2.000 kil¨®metros. Es un punto caliente para el narcotr¨¢fico y el secuestro de personas. Cinco puestos de esa frontera est¨¢n cerrados desde la semana pasada por una decisi¨®n del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro tras la muerte de soldados venezolanos, aparentemente por paramilitares colombianos. Para muchos opositores, Maduro utiliza este conflicto como una estrategia para desviar la atenci¨®n de la ca¨®tica situaci¨®n venezolana. Para otros, es l¨®gica y para muchos vuelve a despertar el eterno debate de si la arepa es colombiana o venezolana.
La arepa es un bollo compacto de harina de ma¨ªz precocida que se rellena de distintas cosas en ambos pa¨ªses. Los gallegos que vinieron a Venezuela lo hacen con marisco. Y los catalanes con pernil. Los pijos caraque?os con ensaladilla de pollo y aguacate y los org¨¢nicos solo con aguacate. Y durante la d¨¦cada de los 50, en la dictadura de P¨¦rez Jim¨¦nez, las inflaban con caviar. Venezuela siempre ha sido muy saudita, al menos una parte, y prefiere que sus arepas est¨¦n cargaditas. En Colombia han sido un poco mas racionales y un poco menos petroleros y las invaden con jam¨®n o queso. Hoy, los que viven en Colombia pueden rellenar su arepa con lo que quieran mientras que los venezolanos hacen colas en los supermercados para intentar adquirir la harina precocida para cocinarlas.
Mi pap¨¢, un caraque?o de 84 a?os, ha pedido a sus hijos que le llevemos caf¨¦ y az¨²car. Pero mi hermano me cont¨® que no le hab¨ªan dejado comprar un pollo, despu¨¦s de horas de espera en una cola bajo el sol, porque hab¨ªa un desfase entre los d¨ªgitos en su documentaci¨®n y los que aparec¨ªan en la caja del supermercado. Es necesario estar registrado para comprar. Me sent¨ª mal de reconocer que mi padre octogenario tenga que pasar esas penurias en su pa¨ªs y que le hable desde Miami despu¨¦s de gastarme 100 d¨®lares en comida org¨¢nica para garantizarle a mi marido que tenga su batido verde matinal. ¡°Hijo, no te sientas mal y no descuides la alimentaci¨®n de tu esposo¡±, expres¨® mi padre hablando por FaceTime. ¡°Yo estoy m¨¢s preocupado por el futuro del castillo de Marivent¡±, me sugiri¨®. En Am¨¦rica gustan de llamarlos castillos.
?Y por que te preocupa, pap¨¢? ¡°Hijo m¨ªo, porque lo veo como invadido de fantasmas. Los nuevos reyes apenas pasan por all¨ª y los antiguos o van por separado o ni siquiera van. Por supuesto que tampoco entiendo que el propio rey em¨¦rito, Juan Carlos, tenga que viajar hasta Francia para poder ver ese documental sobre ¨¦l, que TVE no quiere exhibir. ?Es como cuando los espa?oles iban a Perpi?¨¢n a ver Enmanuelle!¡±, contin¨²a mi padre, d¨¢ndome toda una lecci¨®n de humanidad fronteriza . ¡°Tengo pesadillas¡±, insiste pap¨¢. ¡°Y en ellas, alguien me se?ala que todas las cosas empezaron a ir mal en el matrimonio Urdangar¨ªn-Borb¨®n desde el momento que comenzaron a comprar en ese supermercado org¨¢nico donde acabas de gastarte 100 d¨®lares¡±, termina mi padre, en la frontera del afecto y la advertencia.
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