Poetas buenos
A Pem¨¢n no hace falta buscarle acusaciones, basta con leer sus poemas
Hay un lugar en Andaluc¨ªa donde el flamenco se hace como en ning¨²n otro lugar de la tierra. Casi lo mismo se puede decir respecto a un cierto tipo de l¨ªrica. C¨¢diz, Sanl¨²car, San Fernando, Jerez de la Frontera, el Puerto de Santa Mar¨ªa. Se rasca en la mesa de un bar, y surge algo bueno por buler¨ªas. Cuando se pronuncia el nombre de algunos poetas el resultado de la evocaci¨®n acaba teniendo efectos de naturaleza pol¨ªtica. Pol¨ªtica y de clase, porque en Andaluc¨ªa la frontera con la clase se cruza enseguida.
Ahora, ha venido a colaci¨®n el nombre de Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n. Un poeta, se?orito tan culto como liberal, tan amado por la derecha de los cortijos. Y se ha discutido p¨²blicamente sobre su bonhom¨ªa (o su falta de ella) con la misma pasi¨®n con la que se discuti¨® sobre Rafael Alberti, por ejemplo.
Hace ya muchos a?os que se enfriaron los cuerpos de los 400 jornaleros que Franco y Pem¨¢n mandaron matar al final de la guerra. Pero hay quien niega que Pem¨¢n tuviera nada que ver con ese episodio infame.
A Pem¨¢n no hay ning¨²n derecho a buscarle acusaciones ajenas para tomar partido sobre su posici¨®n moral. Basta con leer sus poemas, su visi¨®n sobre la Bestia y el ?ngel. Y su descripci¨®n tan colorista de, por ejemplo, el Madrid ardiendo por los impactos de las bombas alemanas enviadas por Franco, con ni?os muriendo abrasados pagando as¨ª la actitud de sus padres que hab¨ªan quemado iglesias antes de 1936. Pem¨¢n se alegraba de aquello, lo festejaba. Hab¨ªa que pagarlo bien caro. Y se pag¨®.
A Pem¨¢n no hay que pasarle ninguna factura por esos versos. Yo creo que s¨®lo hay que recordarlo. Y agradecer que en Jerez de la Frontera se haya retirado el busto que, en un recinto cultural de la ciudad, le festejaba. Los madrile?os de cualquier ideolog¨ªa lo hacen.
Y a los dem¨¢s poetas andaluces, como Alberti, Antonio Machado (que cantaba a la pistola de L¨ªster), y a los inocentes por nuevos, como Antonio Hern¨¢ndez, que se les acuse de lo que sea. Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald estar¨ªa orgulloso de tener un juicio p¨²blico. Pero Pem¨¢n se hizo ¨¦l solito el pliego de acusaciones. Era un mal tipo.
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