La fuerza militar ¨¢rabe queda en agua de borrajas
Aplazado el proyecto de creaci¨®n de un Ej¨¦rcito conjunto para combatir al Estado Isl¨¢mico
Despu¨¦s de varios a?os de hablar del asunto, los dirigentes ¨¢rabes acordaron la formaci¨®n de una fuerza militar unificada durante una cumbre celebrada en Egipto el pasado marzo. ¡°La fuerza ser¨¢ un cuerpo de intervenci¨®n r¨¢pida para hacer frente a las amenazas de seguridad que afectan a las naciones ¨¢rabes¡±, explic¨® el secretario general de la Liga ?rabe, Nabil Elaraby. Esas amenazas impl¨ªcitas eran el auge del Estado Isl¨¢mico (EI) y el expansionismo iran¨ª. Sin embargo, tal como se intu¨ªa, el proyecto se ha quedado en agua de borrajas.
El pasado 26 de agosto, la Liga ?rabe anunci¨® que pospon¨ªa sine die la reuni¨®n prevista para el d¨ªa siguiente en la que los ministros de Exteriores y de Defensa de sus 21 miembros ten¨ªan previsto aprobar y firmar el acuerdo con la composici¨®n de la fuerza y sus normas de intervenci¨®n. Aunque el comunicado no explica de los motivos del aplazamiento, dice que se debe a petici¨®n de Arabia Saud¨ª, con el apoyo de Bar¨¦in, Kuwait, Qatar, Emiratos ?rabes Unidos e Irak.
Significativamente, la noticia se produce cuando una coalici¨®n de fuerzas ¨¢rabes se est¨¢ probando ya en Yemen, donde Arabia Saud¨ª lidera a una decena de pa¨ªses en su operaci¨®n contra los rebeldes huthi y sus aliados, a los que considera un instrumento de Ir¨¢n. De antemano, los expertos hab¨ªan advertido de la dificultad de alcanzar un consenso para intervenir en situaciones como Libia o Siria, donde diferentes pa¨ªses ¨¢rabes apoyan a grupos rivales. De hecho, los desacuerdos empiezan sobre el pa¨ªs donde debe localizarse el cuartel general de esa fuerza. La propuesta de que fuera El Cairo, la capital egipcia, que ya alberga la sede de la Liga, parece haber sido rechazada por Qatar y Argelia.
Aunque Egipto posee el mayor Ej¨¦rcito ¨¢rabe, nadie duda que la financiaci¨®n ha de proceder de los pa¨ªses con hidrocarburos. Pero Qatar, con sus enormes reservas de gas, est¨¢ enfrentado el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, desde el golpe que derrib¨® al presidente islamista Mohamed Morsi a quien apoyaba el peque?o pero rico emirato. El Estado Isl¨¢mico puede respirar tranquilo.
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