Factor¨ªa de comunicaci¨®n Rivera Ord¨®?ez
Los hermanos han reaparecido esta temporada pero su vida lejos de los ruedos ha engullido su retorno
Los hermanos Rivera Ord¨®?ez,?Francisco y Cayetano, forman un t¨¢ndem casi perfecto; y posiblemente no lo pretendan. Pero son en s¨ª mismos un producto moderno, con un inagotable caudal informativo que no se detiene nunca. Toreros por la gracia de sus genes ¡ªbiznietos, nietos, hijos, sobrinos y primos de h¨¦roes enfundados en trajes de luces¡ª, pero, por encima de todo, personajes p¨²blicos que han conseguido oscurecer su fulgurante paso por los ruedos para reinar con esplendor en la?cr¨®nica del cotilleo nacional, no exentos de admiraci¨®n, envidia y curiosidad pasajera.
Pero dentro o fuera del vest¨ªo de torear no paran; cuando no es un embarazo, es un nacimiento; o un anuncio de boda, una retirada y una reaparici¨®n, una ca¨ªda de un cartel, la promoci¨®n de un reloj o una colonia; una vuelta al mundo con fines solidarios o, y eso ha sido lo peor, una muy grave cogida que a punto ha estado de quitar de la circulaci¨®n mundana al hermano mayor. Pero est¨¢ claro que uno y otro son incombustibles. Cuando parece que un manto de silencio se les acerca amenazante, renacen cual ave f¨¦nix para ocupar las primeras p¨¢ginas de inter¨¦s general.
Ah¨ª est¨¢ Cayetano, que acaba de?anunciar que se casa el 6 de noviembre con la modelo y presentadora Eva Gonz¨¢lez, con la que ha mantenido un tira y afloja sentimental hasta que ha prevalecido el mutuo acuerdo. Pero no le anda a la zaga su hermano, que no ha dudado en levantarse de la cama para presentar a su nueva hija, Carmen, que ha llegado al mundo con el pan de la recuperaci¨®n de su padre, que se asust¨®, y con raz¨®n, cuando se vio las tripas mientras lo trasladaban a la enfermer¨ªa de la plaza de Huesca. Y el culpable, un toro.
El toro; ese ha sido siempre el convidado de piedra que no se ha resistido a convertirse en protagonista y hacer a?icos el culebr¨®n social de los Rivera. Ese toro de la ganader¨ªa de Albarreal que el 10 de agosto clav¨® un pit¨®n en el vientre de Francisco y busc¨® con sa?a la columna vertebral del torero ha roto todos sus planes. El primero, culminar una temporada de reaparici¨®n, satisfactoria en n¨²mero de festejos ¡ª18 corridas ha lidiado y no podr¨¢ cumplir muchos contratos firmados¡ª, y quien sabe si en euros, aunque poco exitosa en orejas con fundamento. Ciertamente, en la vuelta de Paquirri a los ruedos ha pesado m¨¢s su nombre que el vac¨ªo que produjo su marcha. Los a?os no pasan en balde, y la de torero es una profesi¨®n a la que solo unos pocos pueden volver cuando quieren.
Y segundo, no podr¨¢ compartir esta tarde cartel con su hermano Cayetano y dos figuras, Morante de la Puebla y Manzanares, en la corrida goyesca de Ronda, una de las m¨¢s emblem¨¢ticas de la tauromaquia contempor¨¢nea. All¨ª, en su centenaria plaza, reposan las cenizas del abuelo, el m¨ªtico Antonio Ord¨®?ez, alma verdadera del festejo, y a quien cada a?o se rinde un merecido homenaje. Francisco ya ha anunciado que asistir¨¢ con traje de calle. Nadie sabe si podr¨¢ reaparecer en la feria de Zaragoza o deber¨¢ esperar, que ser¨¢ lo m¨¢s probable, a la pr¨®xima temporada para espantar los miedos que le acecharon en Huesca.
Lo de Cayetano es m¨¢s liviano, pero igualmente frustrante. Tras dos a?os dedicado a otros proyectos, tales como la publicidad, la formaci¨®n empresarial y una vuelta al mundo, volvi¨® a oler la profesi¨®n all¨¢ por mayo en la feria de Jerez de la Frontera. Dijo entonces que no ven¨ªa "de visita", pero los hechos han demostrado que lo suyo no ha pasado de un saludo afectuoso. Solo ha participado en seis corridas de toros, no ha dejado recuerdos toreros y un percance sufrido en el campo el 8 de agosto lo ha tenido en descanso hasta hoy. Un percance nada grave ¡ªun esguince en el pulgar izquierdo¡ª, que revela que su ambici¨®n es m¨¢s corta, sin duda, que su afici¨®n.
Sea como fuere, ese manantial de noticias de los Rivera Ord¨®?ez continua en ebullici¨®n. Tras la goyesca, la agenda est¨¢ repleta: la boda de Cayetano y Eva, el viaje de novios, la nueva casa, las dudas sobre la incipiente o no barriguita de la desposada; el bautizo de Carmen, la completa recuperaci¨®n del feliz pap¨¢, su reaparici¨®n ante el toro¡ En fin, agotador. Pero as¨ª es la dura vida de estos personajes que nacieron famosos y son reos de una buena estrella social que los ilumina con fuerza cuando su luz torera ha perdido toda intensidad.
Francisco volvi¨® a los ruedos porque lo necesitaba, seg¨²n su propia confesi¨®n, y para celebrar en triunfo sus 20 a?os como matador. No ha sido as¨ª. Le prometi¨® a su esposa que solo ser¨ªa un a?o, pero los acontecimientos quiz¨¢ le obliguen a renegociar el acuerdo. Es lo que tiene el toro; pero las dolorosas circunstancias de su inesperada retirada se han visto aliviadas, sin duda, por la infantil mirada de una nueva vida. Y Cayetano, con ese aire melanc¨®lico y aspecto indolente, sonr¨ªe ante la inminencia de su nuevo estado.
Ninguno de los dos ha triunfado en su nueva etapa torera. ?Persistir¨¢n en su empe?o? No lo parece. A Francisco solo le queda volver a la cara del toro para cerrar la herida del alma que sufri¨® en Huesca; y Cayetano solo est¨¢ anunciado el 15 de septiembre en la feria de Murcia. Decidan lo que decidan, la factor¨ªa de comunicaci¨®n seguir¨¢ adelante.
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