Serena, por fin en paz
Williams, tras a?os de desencuentros, goza por fin del reconocimiento de EE UU que la ningune¨® pese a sus ¨¦xitos
Las entradas para ver la final femenina del Abierto de Tenis de Estados Unidos se agotaron este a?o, por primera vez en la historia, antes que las de la masculina. El 12 de septiembre, la tenista estadounidense Serena Williams puede completar su primer Grand Slam en la pista Arthur Ashe. Si lo consigue ser¨¢, adem¨¢s, con un respaldo ausente a lo largo de su hist¨®rica carrera. Desde el p¨²lpito de sus ¨²ltimos ¨¦xitos, asegura que tiene ¡°demasiadas cosas que hacer y t¨ªtulos que ganar¡± como para responder a comentarios negativos contra ella.
Williams rompi¨® con el torneo de Indian Wells hace 15 a?os por los insultos racistas que recibi¨® su padre en la grada. Desde entonces, est¨¢ acostumbrada a que le abucheen en los estadios y le ataquen desde las columnas deportivas. Sus repetidos ¨¦xitos contrastan con que haya sido ahora, despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas compitiendo, cuando la prensa estadounidense se refiera a ella con calificativos de grandeza.
La prensa de EE UU admite estas semanas que la falta de reconocimiento a la tenista ¡ªy a su hermana, Venus¡ª tiene que ver con la persistencia del racismo en la sociedad. ¡°Se supone que la excelencia de los negros debe ser demostrada con buenas maneras y perdonando cualquier mirada o ataque racista¡±, escrib¨ªa Claudia Rankine en The New York Times Magazine. La tenista lidera el r¨¢nking con el doble de puntos que la n¨²mero dos del mundo, Maria Sharapova. La haza?a le sit¨²a, seg¨²n Rolling Stone, por encima de LeBron James o Michael Phelps. ¡°Sharapova no le ha ganado a Serena en nueve a?os. Discutamos cuando LeBron le haya ganado a Kevin Durant durante nueve a?os¡±, dec¨ªa.
En 2014, The New Yorker dijo que merec¨ªa la pena recordar que "la mejor atleta americana en una generaci¨®n" hab¨ªa vuelto a ganar el Abierto de EE UU. Era su sexta victoria, por tercer a?o consecutivo. La semana que viene se puede convertir en el primera tenista del mundo, hombre o mujer, que consigue este t¨ªtulo en siete ocasiones.
¡°Durante 15 a?os, Williams ha sido un tesoro nacional espectacular y constante, aunque sorprendemente poco apreciado. Es rica y famosa, pero deber¨ªa ser m¨¢s famosa, la m¨¢s famosa¡±, dec¨ªa Ian Crouch. Su firma es una de las que denunciaban que los prejuicios, el sexismo y el racismo salen a la superficie cuando los comentaristas se refieren al cuerpo de la tenista.
Este debate qued¨® reflejado en las reacciones a un reportaje del Times sobre c¨®mo ¡°las deportistas hacen equilibrio entre su ambici¨®n y su imagen¡±. El texto se envenen¨® cuando muchos lectores interpretaron que reproduc¨ªa los mismos estereotipos contra los que luchan las deportistas, en vez de desafiarlos. ¡°Quiz¨¢s no debimos ser tan directos¡±, reconoci¨® un editor. Era el ¨²ltimo cap¨ªtulo en una larga trayectoria de calificativos dedicados a Williams. En 2001, el periodista Sid Rosenberg fue despedido por afirmar que Serena deber¨ªa posar para National Geographic en unos comentarios que defendi¨® como ¡°zool¨®gicos¡±, no racistas. En 2006, el Telegraph public¨® que ¡°el tenis requiere una movilidad a la que Serena no puede aspirar mientras arrastra unos pechos que votar¨ªan en un Estado distinto a donde est¨¢ ella¡±. En 2013, Rolling Stone dijo que la jugadora ¡°es negra, bella y como uno de esos camiones que trituran Volkswagens en espect¨¢culos de deporte¡±.
Rankine ha hablado del ¡°guion no escrito¡± que, para los negros, les obliga a ¡°absorber con humildad los asaltos racistas porque los blancos tienen que seguir pensando que no son para tanto¡±. Williams no. Ha apuntado con el dedo a la grada cuando no aceptaba los insultos. Ha avisado a los ¨¢rbitros. ¡°Ella se ha negado¡±, dice Rankine. ¡°En alg¨²n momento decidi¨® ser excelente sin dejar de ser Serena¡±.
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