Colombia pone nombre a la violencia contra sus mujeres
Es el ¨²ltimo pa¨ªs latinoamericano que aprueba una ley contra el feminicidio Tambi¨¦n es el segundo del continente con mayor ¨ªndice de estos delitos tras M¨¦xico
Emergencia 1,2,3 ?En qu¨¦ puedo ayudarle?
Se?or agente es que fui violada en un barranco, en la calle 45 con...
No le entiendo nada, hable bien.
?Se?or agente, me violaron, ay¨²deme por favor!
?Qu¨¦ emergencia tiene?
Me violaron, me violaron.
?Ha bebido usted?
Es un extracto de la llamada real que Rosa Elvira Cely hizo a los servicios de emergencia despu¨¦s de haber sido golpeada, violada y empalada por un compa?ero de clase en el Parque Nacional de Bogot¨¢. Fue el principio de una ¡°cadena de negligencias¡± que, seg¨²n su familia, acab¨® en mayo de 2012 con la vida de Rosa y la convirti¨® en el rostro de la violencia contra la mujer en Colombia.
¡°A mi hermana no la mat¨® un agresor, fue v¨ªctima de un estado indolente¡±, lamenta, tres a?os despu¨¦s, Adriana Cely. Hoy, el nombre de su hermana da t¨ªtulo a la primera ley contra el feminicidio en Colombia, el segundo pa¨ªs latinoamericano despu¨¦s de M¨¦xico con mayor ¨ªndice de este tipo de delitos. Cada 13 minutos una mujer es v¨ªctima de violencia y cada cuatro d¨ªas una de ellas muere a manos de su pareja o ex pareja, seg¨²n la Consejer¨ªa para la Equidad de la Mujer.
¡°El feminicidio es la mayor expresi¨®n de la violencia de g¨¦nero y no solo ocurre por parte de la pareja, tambi¨¦n por familiares, compa?eros de estudio o trabajo o por la propia comunidad¡±, explica Isabel Agat¨®n, abogada y principal impulsora de la nueva ley 1761 de 2015, la ley Rosa E. Cely contra el feminicidio. En vigor desde el pasado 6 de julio, la reforma impone penas de 20 a 41 a?os de c¨¢rcel que pueden ampliarse a 50 en casos con agravantes, por ejemplo si el agresor es un funcionario p¨²blico o si la v¨ªctima menor de edad. Hasta ahora los asesinatos de mujeres eran juzgados como homicidios, con penas de entre 13 y 25 a?os. ¡°Adem¨¢s de este castigo ejemplar, ahora el Estado tambi¨¦n tendr¨¢ que rendir cuentas si no inicia una investigaci¨®n inmediata. Habr¨¢ menos margen para la impunidad¡±, precisa Agat¨®n.
Desde el a?o 2008, Colombia ya dispone de una ley sobre no violencia contra la mujer. En ella incluso se habla de feminicidio, aunque no como un delito aut¨®nomo sino como un agravante en caso de homicidio. El problema es que casi nunca se aplicaba. Seg¨²n un estudio publicado en 2013 por la Secretar¨ªa Distrital de la Mujer de Bogot¨¢, en cuatro a?os s¨®lo se hab¨ªa utilizado este agravante en tres ocasiones. En el resto de asesinatos, la perspectiva de g¨¦nero quedaba oculta.
¡°Qued¨¦ viva de milagro y ¨¦l a¨²n sigue en su casa¡±
Dos mil¨ªmetros de perforaci¨®n en la arteria mamaria principal, dos cent¨ªmetros en el pulm¨®n derecho. Hoy las heridas que a punto estuvieron de acabar con la vida de Kelly M¨¦ndez son solo cicatrices pero, ella insiste, algo en su interior muri¨® aquel 23 de noviembre de 2014, cuando fue atacada en Bogot¨¢ por su ex pareja. Le propin¨® dos pu?aladas en el pecho.
¡°Lo hab¨ªa dejado hace casi un a?o pero ¨¦l me persegu¨ªa, me hac¨ªa hasta 50 llamadas diarias, insist¨ªa en que volviera con ¨¦l¡±, cuenta Kelly, de 26 a?os. Hoy, nueve meses despu¨¦s, rememora cada detalle de aquel d¨ªa sin que le tiemble la voz. "Al menos ya no lloro cuando lo cuento¡±, ¡ªreconoce, orgullosa de s¨ª misma¡ª. Es un paso m¨¢s".
¡°Est¨¢bamos en su coche, aparcados junto a mi casa, cuando volvi¨® a pedirme que volviera con ¨¦l. Yo me negu¨¦ y entonces dijo: 'si no eres m¨ªa no eres de nadie'. Se abalanz¨® sobre m¨ª y hundi¨® la mano en mi pecho. Pens¨¦ que hab¨ªa sido un golpe, pero entonces vi el cuchillo de mango negro¡±, relata esta superviviente. Primero le perfor¨® el pulm¨®n derecho y luego el seno izquierdo. Solo despu¨¦s de suplicarle una y otra vez, Kelly consigui¨® que la llevara al hospital. ¡°Al llegar a urgencias dijo que un par de hombres me hab¨ªan asaltado para robarme¡±. Cuando despert¨® del coma, tres d¨ªas despu¨¦s, solo pronunci¨® dos palabras: Fue Yerson.
Lo capturaron esa semana y confes¨®. Durante el juicio se le intent¨® aplicar el agravante de feminicidio pero la fiscal, como en la mayor¨ªa de casos, lo descart¨®. Yerson Osvaldo Neva, de 31 a?os, fue condenado a ocho a?os y medio de prisi¨®n. Le rebajaron la pena por haber llevado a Kelly al hospital y haberse preocupado por ella durante los tres d¨ªas en que estuvo en coma. Aun as¨ª el agresor sigue hoy fuera de la c¨¢rcel porque el proceso contin¨²a abierto a la espera de resolver una apelaci¨®n de su defensa.
¡°Qued¨¦ viva de milagro y ¨¦l a¨²n sigue en su casa. No es justo, ¨¦l es un asesino¡±, replica la v¨ªctima. Kelly contin¨²a hoy con sus tratamientos de recuperaci¨®n f¨ªsicos y psicol¨®gicos. Reconoce que le cuesta respirar y que seguramente tardar¨¢ a?os hasta volver a sentir la parte derecha de su cuerpo, pero no es lo peor. ¡°A¨²n tengo pesadillas, siento persecuci¨®n, m¨¢s sabiendo que ¨¦l est¨¢ en su casa. No estoy del todo segura¡±. Si en el momento de su agresi¨®n hubiera existido la nueva ley contra el feminicidio, esto no ocurrir¨ªa.
Ni una Rosa m¨¢s
Cada 24 de mayo, decenas de mujeres ¡ªen el ¨²ltimo a?o tambi¨¦n muchos hombres¡ª suman sus voces en el Parque Nacional para decir basta a la violencia machista. All¨ª, rodeada de flores, descansa una placa con la inscripci¨®n Rosa Elvira Cely. Te llevamos en nuestro coraz¨®n. Ni una Rosa m¨¢s¡¯ Es el recuerdo de uno de los cr¨ªmenes de g¨¦nero m¨¢s brutales que ha vivido la ciudad de Bogot¨¢ en los ¨²ltimos a?os. Hoy, su responsable, Javier Velasco, cumple condena por violar, torturar y asesinar a esta mujer de 32 a?os. A¨²n as¨ª, para Adriana, hermana de la v¨ªctima, ¡°aunque el culpable de la muerte de Rosa est¨¢ en la c¨¢rcel, no se ha hecho justicia¡±. Desde hace tres a?os, la familia Cely mantiene varios pleitos abiertos contra todas las instituciones que atendieron a Rosa el d¨ªa que fue atacada.
¡°La polic¨ªa la revictimiz¨®, la ambulancia que ten¨ªa que socorrerla nunca lleg¨®, tuvo que esperar hasta cuatro horas en la sala de espera hasta ser intervenida quir¨²rgicamente. Ella muri¨® cinco d¨ªas despu¨¦s a causa de la infecci¨®n provocada por el empalamiento, pero todos fueron responsables¡±, denuncia Adriana Cely, quien tambi¨¦n acusa a la propia Fiscal¨ªa de la ¡°cadena de negligencias¡± que rode¨® el asesinato de su hermana. ¡°Javier Velasco ya hab¨ªa sido condenado por matar a otra mujer en 2002. Adem¨¢s, hab¨ªa sido denunciado por violar a los hijos de esta y a una trabajadora sexual. A¨²n as¨ª estaba en la calle¡±, insiste.
Todav¨ªa hay muchos jueces y fiscales en Colombia que a¨²n hablan de crimen pasional
Isabel Agat¨®n, abogada
Para la abogada Isabel Agat¨®n, el crimen de Rosa Elvira Cely supuso un hito en Colombia porque por primera vez ¡°puso en evidencia la impunidad que sufr¨ªan las mujeres v¨ªctimas de violencia por culpa del pensamiento patriarcal que impregna todo el sistema¡±. Agat¨®n recuerda como hasta 1936, la justicia colombiana exim¨ªa de los cargos al hombre que diese muerte a una mujer tras encontrarla manteniendo relaciones sexuales con otro porque ¡°consideraba que obraba en defensa de su honor¡±. Eso ocurr¨ªa hace casi 80 a?os pero a¨²n hoy, seg¨²n la letrada, ¡°la mayor¨ªa de funcionarios p¨²blicos siguen sin saber qu¨¦ es la violencia de g¨¦nero, incluso hay muchos jueces y fiscales que todav¨ªa hablan de crimen pasional¡±.
Es el efecto de una violencia normalizada que tambi¨¦n cala en la opini¨®n p¨²blica. Seg¨²n el estudio Tolerancia Social e Institucional frente a las violencias contra las mujeres, publicado en marzo de 2015 por el Gobierno colombiano, el 37% de los ciudadanos considera que ¡°las mujeres que se visten de manera provocativa se exponen a que las violen¡± y el 19% piensa que ¡°una buena esposa debe obedecer a su esposo, as¨ª no est¨¦ de acuerdo¡±.
Ahora, todas las esperanzas se vuelcan en la nueva ley. En primer lugar, porque ¡°adem¨¢s de prevenir, nombra las cosas por su nombre, habla claramente de feminicidio, del asesinato de mujeres por ser mujeres. La experiencia nos dice que lo que no se nombra, no existe¡±, destaca Agat¨®n. En segundo lugar, porque ¨¦sta tambi¨¦n incluye la creaci¨®n de una asignatura sobre g¨¦nero y derechos humanos que deber¨¢ impartirse desde la educaci¨®n b¨¢sica hasta la universidad.
Seg¨²n Marina Gallego, coordinadora nacional del colectivo feminista Ruta Pac¨ªfica de las Mujeres, ¡°la ley es importante pero una ley por s¨ª sola no sirve para conseguir cambios reales, habr¨¢ que ver c¨®mo se implementa. La voluntad del Estado debe manifestarse con recursos¡±. De momento, el proyecto no tiene presupuesto y las cifras son lo suficientemente alarmantes como para que ¨¦ste se acelere. Seg¨²n datos de la Defensor¨ªa del Pueblo, 1.106 mujeres fueron asesinadas en 2014 en Colombia. 305 en lo que llevamos de 2015.
Adriana Cely se muestra optimista. ¡°Si hemos conseguido una ley, si hemos conseguido que esa ley lleve el nombre de Rosa, podemos lograr que las mentalidades cerradas cambien¡±. Su lucha ahora ya no es solo por su hermana, tambi¨¦n por el resto de mujeres de su pa¨ªs. Desde la p¨¦rdida de Rosa, trabaja para la Secretar¨ªa de la Mujer de Bogot¨¢ en la atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. Tambi¨¦n ha participado en la novela reci¨¦n publicada La vida es Rosa, en la que se narra toda la secuencia del crimen, y con frecuencia visita los colegios de Bogot¨¢ para dar charlas a adolescentes sobre violencia machista. ¡°De alguna manera, siento como si con todo esto estuviese ayudando a mi hermana¡±, reconoce.
Hace un a?o present¨® una demanda contra el Estado colombiano para exigir la reparaci¨®n integral para todas las mujeres. Con la ayuda de varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas la asociaci¨®n espa?ola Mujeres de Guatemala, quiere presionar al Gobierno para que simb¨®licamente pida perd¨®n por el dolor causado y consentido durante todo este tiempo a las mujeres colombianas. ¡°Es necesario por todas aquellas que han muerto, pero sobre todo para todas las que seguimos vivas¡±.
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