P¨²blica y de calidad

Las universidades han iniciado ya el curso acad¨¦mico acogiendo a un total de 30.000 estudiantes de nuevo ingreso que pronto comenzar¨¢n a respirar ese ambiente universitario que bastante dista del de siglos pasados. Muchos de estos j¨®venes, atra¨ªdos por la novedad, empezar¨¢n a protagonizar botellones en las calles, barricadas y las famosas novatadas que, muy lejos de ser un instrumento de bienvenida, son s¨ªmbolo del estado decadente de nuestra sociedad y augurio premonitorio del fracaso cultural al que se deber¨¢ enfrentar Espa?a. Dicho lo cual, no es mi intenci¨®n criticar el ocio nocturno y similares, pero s¨ª aquellas pr¨¢cticas que, en la medida en que perjudican al resto de la ciudadan¨ªa, se convierten en acciones asociales y, por tanto, no acordes a los valores universitarios, en los que la actitud y el rigor han de primar como cualidades destacadas. Pocas son las universidades que mantienen hoy en d¨ªa el genuino ambiente universitario que emana de la Ilustraci¨®n y que son referentes de otras instituciones, como Carlos III o Pompeu Fabra, que intentan atraer y formar j¨®venes que llegan con problemas de los que la Lomce no responder¨¢, al igual que no lo hicieron la Logse y otras leyes. En relaci¨®n al caso, me pregunt¨® el sindicato de estudiantes si era partidario de la educaci¨®n p¨²blica, a lo que yo respond¨ª con un rotundo s¨ª, pero aclarando: p¨²blica y de calidad.¡ª Miguel Dur¨¢n D¨ªaz-Tejeiro.