Diamantes de sangre: el caso Desaedeleer
Por primera vez en la historia, un empresario, Michel Desaedeleer, es detenido por saqueo de ¡°diamantes de sangre¡± y por esclavizar civiles para su obtenci¨®n. Una noticia que tiene una gran importancia para las v¨ªctimas de la guerra de Sierra Leona que todav¨ªa, a punto de cumplirse 14 a?os del final de la contienda, buscan justicia. Adem¨¢s, ayudar¨¢ a desenmascarar la cooperaci¨®n necesaria de los agentes internacionales que trafican con los recursos naturales de ?frica y financian sus conflictos.
En 2013, al conocer la condena a 50 a?os de prisi¨®n del ex presidente de Liberia, Charles Taylor, por el Tribunal Especial para Sierra Leona por su participaci¨®n en la guerra de ese pa¨ªs, en estas mismas p¨¢ginas nos congratul¨¢bamos por el importante paso dado por la justicia internacional pero se?al¨¢bamos los muchos flecos sueltos que la sentencia dejaba, como la reparaci¨®n de las v¨ªctimas o la determinaci¨®n del grado de implicaci¨®n de diversos actores internacionales. Parece que con el caso Desaedeleer las cosas pueden empezar a ser distintas.
El pasado 28 de agosto, el ciudadano belga-americano Michel Desaedeleer fue detenido en el aeropuerto de M¨¢laga cuando se dispon¨ªa a viajar a Estados Unidos. El juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo Gonz¨¢lez acord¨® su entrega a B¨¦lgica el pasado 1 de septiembre.
Desaedeleer est¨¢ acusado de beneficiarse del tr¨¢fico il¨ªcito de los ¡°diamantes de sangre¡± y de utilizar esclavos para su extracci¨®n durante la guerra civil que asol¨® Sierra Leona entre 1991 y 2002. Aunque hace mucho tiempo, al menos desde el a?o 2000, su nombre est¨¢ relacionado con estos cr¨ªmenes, solo recientemente se han podido presentar las acusaciones contra ¨¦l gracias al inter¨¦s de las autoridades belgas, el trabajo de organizaciones de derechos humanos y las declaraciones de v¨ªctimas y testigos presenciales.
El empresario belga-americano es sospechoso de haber participado, junto con el ex presidente de Liberia, Charles Taylor, y los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF), liderado por Foday Sankoh, en un plan para extraer diamantes ilegalmente en el distrito de Kono, en el este de Sierra Leona.
La orden internacional de arresto emitida por las autoridades belgas se bas¨® en testimonios recogidos por la organizaci¨®n suiza Civitas Maxima de testigos y v¨ªctimas que se encontraban en Kono, entre 1991 y 2001.
Gracias al asesoramiento de esta ONG, varios ciudadanos sierraleoneses, esclavizados durante la guerra de Sierra Leona, presentaron en Bruselas una querella criminal contra Desaedeleer, en enero de 2011. Esta denuncia permiti¨® a las autoridades belgas abrir oficialmente una investigaci¨®n que culmin¨® con la emisi¨®n de la orden internacional de detenci¨®n del empresario en 2015.
La organizaci¨®n suiza lleva a?os trabajando conjuntamente con la sierraleonesa Centre for Accountability and Rule of Law (CARL), la cual tiene como objetivo conseguir justicia para las v¨ªctimas de aquel conflicto.
Los testimonios de los testigos presenciales y de las v¨ªctimas aportan las pruebas necesarias para demostrar lo que ya hab¨ªan denunciado periodistas como Greg Campbell, autor del libro Diamantes Sangrientos, Teun Voeten, en su libro How de body?, y sobre todo Sebastian Jaunger, famoso por su art¨ªculo The terror of Sierra Leone, publicado en Vanity Fair en el a?o 2000. Esto es, que durante la guerra sierraleonesa, el RUF utiliz¨® a civiles como esclavos en las minas de diamantes de Kono. El producto de los trabajos forzados era llevado a Charles Taylor en Monrovia, Liberia, y luego vendido en el mercado internacional. Esta actividad tambi¨¦n ha sido probada por las sentencias del Tribunal Especial para Sierra Leona. Tanto los periodistas antes mencionados como las v¨ªctimas de esclavitud y los testigos presenciales nombran expresamente a Michel Deseadeleer como uno de los responsables de los cr¨ªmenes al supervisar las operaciones de excavaci¨®n y tr¨¢fico de diamantes.
Pero quiz¨¢s fue el informe del panel de expertos de la ONU que investig¨® el comercio de diamantes de sangre, el que en su documento final, conocido como informe Fowler y publicado en el a?o 2000, puso, por primera vez, de relieve los negocios de Deseadeleer con el RUF. El empresario y los rebeldes habr¨ªan tenido un primer contacto en Togo para luego negociar directamente con Foday Sankoh la concesi¨®n de todos los recursos de diamantes y oro de Sierra Leona por 10 a?os.
El acuerdo se materializ¨® en 1999, tras la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno de Sierra Leona y el RUF por los que Sankoh era nombrado Presidente de la Comisi¨®n para la gesti¨®n de los Recursos Estrat¨¦gicos Minerales, en un intento de integrar a los rebeldes en el gobierno de la naci¨®n.
Documentos encontrados posteriormente en la casa de Sankoh en Freetown, mostraron que a¨²n estando en el gobierno, este segu¨ªa negociando con cientos de diamantes il¨ªcitos y que hombres del RUF segu¨ªan en Kono controlando las minas. En ellos aparece claramente en nombre de Desaedeleer como intermediario en el tr¨¢fico de las gemas.
El dinero producido por el comercio il¨ªcito de diamantes sierraleoneses fue mucho y ayud¨® a financiar un conflicto muy sangriento que cost¨® la vida a m¨¢s de 50.000 personas, produjo cientos de amputados, mujeres y ni?as violadas, ni?os y ni?as utilizados como soldados y miles de desplazados y refugiados. Los expertos de la ONU estiman que cada a?o el RUF exportaba ilegalmente entre 25 y 125 millones de d¨®lares.
Alain Werner es el abogado que ha ayudado a las v¨ªctimas, adem¨¢s de director de Civitas Maxima. Trabaj¨® como fiscal en el Tribunal Especial para Sierra Leona e intervino en varios juicios contra dirigentes del RUF y tambi¨¦n en el celebrado en La Haya y que conden¨® a Charles Taylor. En declaraciones a la CNN ha dicho que: ¡°Este caso ayudar¨¢ a dar a conocer el papel fundamental que desempe?an los actores financieros en el comercio de los recursos minerales que alimentan los conflictos armados en ?frica y otros lugares¡±.
Tambi¨¦n Ibrahim Tommy, director ejecutivo de CARL, ha declarado que ¡°este es otro paso importante en nuestro esfuerzo colectivo por asegurar la responsabilidad por los cr¨ªmenes ocurridos durante el conflicto sierraleon¨¦s. No se puede permitir que ninguno de los que participaron en delitos tan graves como esclavizar personas y forzarlas a extraer diamantes para ellas quede impune. Este caso tambi¨¦n ayudar¨¢ a arrojar luz sobre los que desde las sombras controlaban el infame comercio de los ¡®diamantes de sangre¡¯ en Sierra Leona¡±.
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