Pisos vac¨ªos
Barcelona impone multas de 5.000 euros a bancos propietarios de pisos vac¨ªos
Barcelona impone multas de 5.000 euros a bancos propietarios de pisos vac¨ªos. ?Banqueros o sanguij¨¹elas? ?Ada Colau o Rosa Luxemburg? Tranquilos, todo es m¨¢s sencillo.
Algunos pensar¨¢n que se trata de un intervencionismo excesivo, aprovechando la doctrina de los l¨ªmites sociales al derecho de propiedad (la cat¨®lica y la socialdem¨®crata), e invasivo de la legalidad. Pero hay una ley catalana, del Derecho a la Vivienda, de 2007 (tripartito de izquierdas), que as¨ª lo autoriza si el local se mantiene vac¨ªo dos a?os, con la idea de incentivar el alquiler social. El Ayuntamiento socialista de Terrassa ¡ªpionero en esta lid¡ª gan¨® a su amparo el primer pleito (contra Bankia), el 15 de julio.
M¨¢s all¨¢ de lo jur¨ªdico, en la econom¨ªa ocurre que hay mucha demanda de vivienda, y mucha oferta. Pero ambas no casan. Esta primavera hab¨ªa 330.000 demandantes de pisos de protecci¨®n oficial, y solo 13.500 en oferta (Defensora del Pueblo). La derecha pepera se deshizo de algunos miles en Madrid, y la derecha nacionalista catalana (hoy muy social) lo intent¨® con 14.000. El alquiler social no parece de ¨®ptima gesti¨®n en municipios y autonom¨ªas.
Los bancos son los principales propietarios, mucho m¨¢s que promotores e inmobiliarias: retienen 67.628 pisos en sus balances (globalia.com). No les interesa aguantar ese aluvi¨®n. La prueba es que en el primer trimestre los seis grandes se deshicieron de 21.221 inmuebles. Otros miles los endosaron a fondos buitre e intermediarias. La idea de que les apasiona atesorar viviendas para especular con ellas no encuentra mucho respaldo num¨¦rico.
?Por qu¨¦ entonces no se deshacen, de golpe, de todo el parque invendido? Se ahorrar¨ªan las multas (que crecer¨¢n), digeribles, pero que entra?an costes de imagen. Las razones son variadas: algunos pisos est¨¢n en tan mal estado que apenas son vendibles, ni tampoco alquilables; hay tantos que cuesta gestionarlos; aunque muchas viviendas est¨¢n provisionadas como p¨¦rdidas en los balances bancarios, no sucede con todas; y en ciertos casos algunos esperan a que suban algo los precios para no tener que pasar las p¨¦rdidas de latentes (subest¨¢ndar) a quebrantos reales.
La raz¨®n econ¨®mica halla as¨ª en este asunto su contrapunto social, acelerador. Asim¨¦trico, pero m¨¢s sugestivo que dram¨¢tico.
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