?Qu¨¦ tienen en com¨²n Marina Abramovic, Kim Kardashian y Antony?
La respuesta es la moda, claro. Asistimos a la fiesta de Riccardo Tisci en Nueva York, y os contamos lo que hizo all¨ª la performer de las performers
Un desfile de moda es el ¨²nico lugar donde Antony Hegarty y Kim Kardashian pueden coincidir el uno al lado del otro e incluso saludarse y charlar. S¨ª, esto ocurri¨® el pasado 11 de septiembre en el sarao que el dise?ador Riccardo Tisci mont¨® en Nueva York el (ejem) 11 de septiembre para celebrar sus diez a?os al frente de la firma.
Y ocurri¨® porque entre el l¨¢nguido Antony y la bastante menos l¨¢nguida Kardashian hay una amiga en com¨²n que se llama, ag¨¢rrense, Marina Abramovic. Y pensar¨¦is, ?que hace la performer entre las performers, la artista hecha a s¨ª misma, en un desfile de moda? Pues eso, una performance.
Una performance a la que, adem¨¢s, me invitaron. Acud¨ª con el miedo a que alguien se me echara encima para cortarme el pelo, me obligara a hacer yoga subida a los tacones o me diera un objeto cortante para amenazar "conceptualmente" a la artista, como ya hizo en su obra Rythm (esto, para qu¨¦ enga?arnos, me hac¨ªa cierta gracia)
No ocurri¨® nada de eso. Como escrib¨ªa recientemente Estrella de Diego en EL PA?S, Marina se ha suavizado y se ha convertido en una marca para las marcas. Existe el Abramovic para Gucci o, en este caso, Givenchy, como existe Alexander Wang para H&M o Margiela para Converse. La moda la necesita para envolver de densidad un transfondo fr¨ªvolo y ella necesita a la moda para seguir siendo ella, Marina, el arte encarnado en una se?ora con trenza.
A esa conclusi¨®n llegu¨¦ cuando, rodeada por un p¨²blico cuyos zapatos costaban lo mismo que mi alquiler, avistamos a un chino subido a una escalera con dos ramas de ¨¢rbol en cada mano. Estuvo sin moverse dos horas. Seg¨²n Marina, el ¨¢rbol representa el apoyo espiritual, la escalera es el ciclo de la vida y el chino, pues era un chino. Al otro lado, y sobre unos pal¨¦s de madera, un pianista tocaba la misma nota en bucle, un monje tibetano recitaba un mantra y una mujer permanec¨ªa inm¨®vil bajo un chorro de agua purificador.
Hab¨ªa unos 500 invitados m¨¢s 800 personas 'del pueblo llano' que consiguieron una entrada a trav¨¦s de una p¨¢gina web. Por supuesto, estaban separados del resto y de pie (a ver si se van a creer que la moda es democr¨¢tica). Nadie, ni unos ni otros, hizo caso a este despliegue emocional de Marina. Nadie. Hasta el punto de que hab¨ªa otro chino paseando muy lentamente por el recinto (representando la densidad del presente) y la mujer que estaba a mi lado pregunt¨® si conoc¨ªa a "ese bloguero" (sic).
La idea principal era celebrar la d¨¦cada de Tisci en Givenchy a trav¨¦s de un espect¨¢culo en el que su moda, que casi siempre alude a lo religioso, se convirtiera en el centro de un espect¨¢culo enfocado hacia el perd¨®n, la introspecci¨®n y la uni¨®n de culturas y religiones.
Lo fue, pero durante diez minutos. Los diez en los que las modelos pasaban ataviadas con vestidos lenceros hechos girones mientras un lamento en ¨¢rabe sal¨ªa de los altavoces. El resto del tiempo, no hubo silencio, sino flashes tratando de enfocar a Courtney Love, Almod¨®var o Julia Roberts. Los ¨²nicos aplausos de la noche no fueron para Abramovic, se los llevaron Kim Kardashian y Kanye West. Su haza?a: pasear por el recinto hasta encontrar su sitio y no hacerse ni un solo selfie por el camino.
Este ingente despliegue econ¨®mico y de medios destinado a evocar emociones profundas en mil personas dedicadas a la moda y el espect¨¢culo termin¨® como ten¨ªa que teminar: con una rave en un parking de la zona mas chunga de Manhattan. Barra libre, drags, furor instagramero y una zona VIP, a modo de jaula, en la que Kim y Courtney se hac¨ªan selfies, Steven Tyler no encontraba el cargador y Kendall Jenner se dorm¨ªa. ?Que por qu¨¦ lo s¨¦? Porque ahora, s¨ª que s¨ª, estuve horas observando con instrospecci¨®n esa performance. Yo, y miles de personas, que ni beb¨ªan en la barra libre por no perderse nada de esta liturgia del siglo XXI. Conclu¨ª que este desfile simbolizaba mejor que muchos el papel que desempe?a la moda en estos tiempos. Y que cada uno saque sus conclusiones.
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