La segregaci¨®n l¨ªquida
La desigualdad econ¨®mica y social en Kenia provoca que un pobre consuma al d¨ªa 15 litros, una persona de clase media unos 130, y un rico hasta 300
Es mediod¨ªa y Mercy hace cola para llenar una garrafa de 20 litros delante de un cajero autom¨¢tico que suministra agua en el barrio de Mathare. Hace dos meses que la Compa?¨ªa de Agua y Alcantarillado de Nairobi inaugur¨® un nuevo sistema electr¨®nico de abastecimiento en el barrio, gracias a su trabajo para mejorar el acceso en asentamientos informales y a su colaboraci¨®n con la empresa danesa Grundfos. A consecuencia, seg¨²n sus impulsores, su precio se abarat¨® a una d¨¦cima parte del coste del agua distribuida en la ciudad. Mientras algunos dispensadores de Nairobi cobran cinco chelines (unos cuatro c¨¦ntimos de euro), en los nuevos dispositivos llenar la misma garrafa de 20 litros cuesta 50 c¨¦ntimos de chel¨ªn (menos de medio c¨¦ntimo de euros).
Mathare es un asentamiento informal situado al este de Nairobi. Con unos 700.000 residentes, la mayor¨ªa, con ingresos inferiores a un euro diario, es solamente uno de los barrios chabolistas en los que viven m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n urbana de Nairobi. ¡°Para el barrio, la instalaci¨®n de cajeros autom¨¢ticos ha supuesto una mejora al acceso al agua y, al poder acceder a agua de mejor calidad, tambi¨¦n representa una mejora en la calidad de vida¡±, asegura Martin Kareithi, del departamento t¨¦cnico de la Compa?¨ªa de Aguas de Nairobi. ¡°La disminuci¨®n radical del precio por litro, adem¨¢s, significa que muchas casas est¨¢n ahorrando un dinero necesario para las familias de rentas bajas como las que habitan en este tipo de barrio¡±.
En 2013, Gwopa, la Alianza Global de Partenariado entre Operadores de Agua, junto con el Instituto Franc¨¦s de Investigaci¨®n en ?frica (IFRA), publicaba un estudio sobrelas disparidades en el acceso al agua en la capital keniana en el que conclu¨ªa con varias recomendaciones, entre las que se encontraba la utilizaci¨®n de la tecnolog¨ªa como aliada al acceso al agua. Mbaruku Vyakweli, responsable de comunicaci¨®n de la Compa?¨ªa de Aguas de Nairobi, dice que desde que Gwopa publicara su estudio, el acceso al agua ha mejorado mucho en la ciudad. ¡°Nuestra empresa ha creado un departamento en pleno desarrollo dedicado a dar soluciones para los asentamientos informales. Con los cajeros autom¨¢ticos hemos llevado agua limpia y asequible a los residentes de Mathare. El programa fue encargado oficialmente por el alcalde de Nairobi, Evans Kidero y, a pesar de que solamente se ha implantado la primera fase, su aceptaci¨®n ha sido todo un ¨¦xito¡±, explica el portavoz de la compa?¨ªa, invitado al pr¨®ximo Congreso Global de Asociaciones de Operadores de Agua, que se celebrar¨¢ en Barcelona del 16 al 18 de Septiembre.
La instalaci¨®n de suministradores de agua, a modo de cajeros autom¨¢ticos, ha abaratado su acceso a una d¨¦cima parte
¡°El agua de la Compa?¨ªa de Nairobi es la de mejor calidad de toda la ciudad¡±, dice Peter Kinuthia, t¨¦cnico de la depuradora de Kabete. En esta central, desde la que emana gran parte del agua que va a parar a la zona oeste, cada media hora se hacen an¨¢lisis f¨ªsico-qu¨ªmicos y microbiol¨®gicos para medir el Ph y el cloro del agua que circula por los grifos de los residentes de Nairobi. Sin embargo, su calidad no es la misma en todas las partes de la ciudad. Cuando las redes son vandalizadas o se utilizan otras fuentes de suministro diferentes a las del ayuntamiento, la calidad del agua puede ser f¨¢cilmente contaminada, contribuyendo a propagar enfermedades como el tifus.
Seg¨²n un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 2011, el agua m¨¢s segura y m¨¢s asequible sigue siendo la que suministra el sistema p¨²blico a trav¨¦s de la Compa?¨ªa de Aguas de Nairobi. En segundo lugar, las subsidiarias de ¨¦sta y, como tercera opci¨®n y menos recomendable, estar¨ªan los carteles (o mafias) que la distribuyen ilegalmente entre la poblaci¨®n m¨¢s pobre.
Cartograf¨ªa urbana y especulaci¨®n del agua
Nairobi es una ciudad fragmentada desde su nacimiento, en 1899, cuando emergi¨® como asentamiento para los trabajadores de la colonia brit¨¢nica que construy¨® el tren que un¨ªa Kampala (Uganda) con el puerto de Mombasa (Kenia). Una r¨¢pida cartograf¨ªa de su espacio sit¨²a a la clase media y adinerada en casas o bloques de pisos con zonas ajardinadas y baja densidad de poblaci¨®n. Mientras, al otro extremo, hay una mayor¨ªa de poblaci¨®n empobrecida que reside en barrios de chabolas con altas densidades de poblaci¨®n, cercanas a r¨ªos contaminados y una total carencia de servicios p¨²blicos e infraestructura.
¡°Aqu¨ª el agua es un quebradero de cabeza¡±, se queja Georges Langat, residente de Kibera, el m¨¢s famoso de los asentamientos informales de Nairobi. ¡°Si queremos agua, o bien esperamos a que lleguen garrafas del exterior, o bien vamos a uno de los bloques que hay por el barrio. El gobierno no invierte en barrios como el nuestro y casi nadie tiene grifo privado en casa, y si lo tiene, vende el agua m¨¢s cara de lo que la paga¡±, explica este herrero de 31 a?os. ¡°El agua es un negocio. Hoy en d¨ªa, comprar una botella de medio litro de Dasani en el supermercado te cuesta lo mismo que medio litro de gasolina¡±, alega el joven sobre el precio del agua embotella de la marca subsidiaria de Coca-Cola en Kenia.
En la capital keniana, la especulaci¨®n con el agua hace que los residentes m¨¢s pobres paguen precios m¨¢s altos y consuman menos. En cambio, los residentes m¨¢s ricos consumen m¨¢s y a un precio m¨¢s asequible. Tal como explica el informe de Gwopa: una persona en un barrio de chabolas consume unos 15 litros de agua diariamente; un residente de un barrio adinerado puede gastar de 200 a 300 litros; y, uno de clase media, unos 130 litros diarios.
Existen mafias que sabotean la red principal de agua y la revenden en los barrios m¨¢s pobres
En el flamante barrio de Karen o en el c¨¦ntrico distrito de Kilimani, cualquier residente accede al agua con el simple gesto de abrir el grifo. Algunas casas, donde no llega correctamente la canalizaci¨®n de la compa?¨ªa, cuentan con sus propios tanques o incluso con su pozo privado. ¡°En nuestro bloque tenemos uno¡±, dice el se?or Magwa, propietario de un bloque de pisos adyacentes a Ngong Road, una de las principales arterias del tr¨¢fico de la capital. ¡°Invert¨ª en este pozo porque el agua no llegaba a este lado de la calle y de esta forma, tambi¨¦n me aseguro unos ingresos extras¡±, explica el constructor de 53 a?os. Propietario tambi¨¦n de un kiosko que provee de agua a los vecinos de las calles circundantes, de seis de la ma?ana a ocho y media de la tarde el agua de su pozo es cargada por mujeres y ni?os que transportan garrafas a su espalda hacia tenderetes callejeros o hacia sus casas. ¡°La mayor¨ªa de inquilinos de clase media no ir¨ªa a vivir a una casa que no contara con tanque de agua o pozo propio porque es sabido que a menudo hay cortes de agua inesperados en Nairobi¡±, explica este propietario.
Seg¨²n el PNUD, los precios del agua distribuida por peque?os proveedores como Magwa, aumentan de cinco a 20 veces la tarifa una vez son revendidos a los consumidores finales. Pero la mala planificaci¨®n del crecimiento de Nairobi y la incapacidad del gobierno para gestionar los servicios necesarios para sus residentes hacen que la poblaci¨®n tenga que buscar otras formas para proveerse de estos. ¡°Hay quien nos ve como especuladores, pero a mi modo de ver, yo solamente estoy ofreciendo un servicio necesario a la gente que vive en mi bloque y a otros vecinos de la zona¡±, cuenta Magwa, uno de los vecinos m¨¢s ricos del barrio.
Las desigualdades y disparidades en el acceso a la luz, el agua o el gas est¨¢n absolutamente conectados a la situaci¨®n socioecon¨®mica de la poblaci¨®n. La existencia de bolsas de pobreza con servicios inadecuados o inexistentes dibuja una segregaci¨®n social aguda en la ciudad y adem¨¢s, condena a la poblaci¨®n a la dependencia hacia los distribuidores privados y su imposici¨®n de precios. Seg¨²n el informe realizado por Gwopa, el precio del agua en los slums de Nairobi puede aumentar hasta 25 veces el precio del agua subsidiada por la Compa?¨ªa de Nairobi. Teniendo que comprar este recurso a subministradores alternativos, los residentes en barrios informales acaban gastando un 20% de sus ingresos mensualesen cubrir sus necesidades en agua.
A falta de puntos fijos, agua m¨®vil
Cerca de Gadoretti Corner, en un de los pozos m¨¢s importantes del barrio de Kilimani, o en el punto del estadio de Nyayo, cientos de camiones azules hacen cola para llenar sus tanques. ¡°Un cami¨®n con 3.000 litros cuesta 2.100 chelines (17,6 euros). Para un cami¨®n de 5.000 litros el precio asciende a 3.500 chelines (29,4 euros)¡±, informa James, trabajador de la compa?¨ªa Citi Aqua. A trav¨¦s de sus camiones, diferentes empresas de distribuci¨®n de agua proveen a centros comerciales, bloques de pisos y a casas que almacenan el agua en dep¨®sitos. Sin embargo, los residentes de barrios informales no tienen ni el dinero para comprar el agua de dichos camiones, ni tampoco el espacio para almacenarla. Seg¨²n el informe elaborado por Gwopa, en 2013 solamente un 12% de la poblaci¨®n ten¨ªa acceso directo al agua en los barrios de ingresos m¨¢s bajos. Al contar con pocos grifos fijos que, adem¨¢s, est¨¢n sujetos a diferentes cortes de suministro que pueden durar d¨ªas, la mayor¨ªa de sus habitantes acaban comprando el agua a los vendedores que la distribuyen en carretas, los ¨²nicos que pueden llegar a adentrarse por las estrechas calles sin asfaltar del coraz¨®n de los barrios m¨¢s pobres. La que es vendida por los carretilleros no siempre est¨¢ limpia, subministrada por alg¨²n punto fijo de la Compa?¨ªa de Aguas o de alg¨²n pozo particular. De esta forma, su calidad acaba siendo muy dudosa.
Los precios del agua distribuida por peque?os proveedores aumentan de 5 a 20 veces la tarifa una vez son revendidos a los consumidores
¡°La mayor¨ªa de los cortes que hay en la ciudad son fruto del sabotaje continuo de algunos peque?os vendedores, que boicotean la compa?¨ªa robando agua y revendi¨¦ndola a precios m¨¢s caros¡±, asegura Martin Kareithi. ¡°Es muy dif¨ªcil poder asegurar el suministro en los slums de la ciudad, porque adem¨¢s de la amenaza constante que suponen las mafias o ladrones, los asentamientos informales pueden ser desahuciados repentinamente y la empresa puede perder la inversi¨®n realizada en sus instalaciones¡±, explica el t¨¦cnico de la Compa?¨ªa de Aguas de Nairobi. A pesar de todo, seg¨²n su portavoz, Mbaruku Vyakweli, ¡°en los ¨²ltimos a?os, la compa?¨ªa y las autoridades locales han empezado a trabajar conjuntamente y a coordinar sus acciones en la ciudad para que el servicio est¨¦ garantizado¡±.
Desde 2002, la Ley del Agua aprobada por el gobierno keniano debe garantizar el acceso a este bien a trav¨¦s de la asociaci¨®n entre el sector p¨²blico y el sector privado. Los objetivos del gobierno de Kenia para 2030, una estrategia gubernamental para el desarrollo del pa¨ªs aprobada en 2007, incluyen tambi¨¦n asegurar el acceso universal. Y la nueva Constituci¨®n del pa¨ªs, adoptada en 2010, garantiza el derecho al agua para todos los ciudadanos. Sin embargo, parece que Kenia no ha conseguido la meta establecida por los Objetivos del Desarrollo del Milenio para 2015: "Reducir a la mitad la proporci¨®n de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios b¨¢sicos de saneamiento".
Asociaciones de vecinos y ONG intentan aliviar la escasez en los barrios m¨¢s pobres. Conectados a puntos de acceso de la Compa?¨ªa de Aguas de Nairobi, suelen ofrecer grifos y acceso a duchas y retretes. Diferentes bloques que integran servicios en torno a este bien se multiplican por el barrio de Kibera, ofreciendo jarras de 20 litros a tres chelines, mientras se espera que los cajeros autom¨¢ticos que ya se encuentran a d¨ªa de hoy en el barrio de Mathare lleguen a otros puntos de la ciudad, abaratando su precio y mejorando su calidad.
Pero mientras la ciudad crece, seg¨²n los expertos a un ritmo de 2.1% anual, la mayor¨ªa de operadores del agua son agentes privados y el sue?o del gran magnate de Nestl¨¦, Peter Brabeck, parece alcanzar su cenit de cuando dec¨ªa: ¡°El agua deber¨ªa tener un valor de mercado y ser privatizada¡±. La fragmentaci¨®n del espacio urbano entre ricos y pobres se traduce en desigualdades sociales y econ¨®micas cada vez m¨¢s grandes. Y entre ellas, el acceso al agua es una de las m¨¢s graves, no solamente afectando directamente a la salud de sus residentes, sino tambi¨¦n empobreci¨¦ndolos y cronificando su segregaci¨®n.
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