El reto de la detecci¨®n precoz del alzh¨¦imer
Los expertos esperan que los tratamientos actuales, poco eficaces cuando la enfermedad se ha desarrollado, aumenten su efecto si se proporcionan antes
Con 1,2 millones de afectados en Espa?a (y m¨¢s de 35 millones en el mundo), el alzh¨¦imer es la primera dolencia neurodegenerativa del planeta, por delante del p¨¢rkinson o las demencias. En total, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay m¨¢s de 35 millones de enfermos. Pero este tremendo impacto no ha conseguido, todav¨ªa, que haya ni tratamientos realmente eficaces, ni diagn¨®sticos precoces ni, mucho menos, vacunas. Y esta carencia tiene un elemento clave: de momento, no hay forma de saber qui¨¦n est¨¢ en riesgo de desarrollar la enfermedad, como explic¨® la pasada semana en Madrid Miguel Medina, director adjunto del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red para las Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned). Y este aspecto ser¨ªa muy importante porque los expertos esperan en que parte del fracaso de los tratamientos y otras aproximaciones se deba a que se usan demasiado tarde, con la enfermedad ya desarrollada.
Medina compareci¨® para presentar el III Congreso Internacional de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n en Enfermedades Neurodegenerativas que se va a celebrar en M¨¢laga desde hoy, D¨ªa Mundial del Alzh¨¦imer, al 23 de este mes. Y, en ¨¦l, la detecci¨®n precoz va a ser uno de los aspectos clave. Por primera vez ya hay unos an¨¢lisis experimentales que pueden determinar la presencia de la enfermedad. Son los que miden una cantidad anormal de prote¨ªnas tau y beta-amiloide, que son las que se acumulan en el cerebro y se supone que causan el da?o cerebral. Pero no son sencillos ni baratos, admiti¨® Medina. La muestra hay que obtenerla del l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo, y para ello hace falta una punci¨®n lumbar.
El otro m¨¦todo en el que se trabaja es en el de la imagen cerebral. Su desarrollo est¨¢ m¨¢s retrasado, y la idea es detectar mediante resonancia o PET las variaciones en el cerebro que se relacionan con la enfermedad. Por ejemplo, dijo Medina, una disminuci¨®n del volumen de alg¨²n ¨¢rea. Es en la l¨ªnea en la que est¨¢ trabajando el Proyecto Vallecas, que empez¨® en 2011 y va a estudiar el cerebro de 1.200 voluntarios para buscar alguna relaci¨®n entre su morfolog¨ªa y la aparici¨®n de casos de demencia o deterioro cognitivo.
El objetivo de estos trabajos es adelantarse a la aparici¨®n de la enfermedad lo m¨¢s posible. Lo ideal ser¨ªa poder predecir el riesgo antes de que surja, pero, de momento, eso solo se puede hacer en los casos de alzh¨¦imer hereditario, que representan el 1% del total.? De hecho, ya hay un estudio en Yarumal (Colombia), donde una familia de m¨¢s de 5.000 miembros presenta la mutaci¨®n, y se est¨¢ probando a tratarles antes de que lleguen los primeros s¨ªntomas, a ver si as¨ª se retrasa o frena.
Pero, quitando estos casos, no hay forma de predecir si una persona va a desarrollar alzh¨¦imer o no. Hay condicionantes gen¨¦ticos y ambientales, y factores que lo empeoran (hipertensi¨®n, diabetes, obesidad), pero no son en absoluto suficientes para explicar el proceso ni c¨®mo detenerlo o evitarlo.
No hay forma de predecir si una persona va a desarrollar alzh¨¦imer
Y si en tratamientos y prevenci¨®n hay mucho por hacer, en vacunas est¨¢ todo pendiente. hasta ahora, todos los prototipos han fallado, y ni siquiera est¨¢ clara la causa. La mayor¨ªa intenta reducir las placas de prote¨ªna amiloide en el cerebro, pero ninguna ha conseguido reducir el deterioro cognitivo. "Unos opinan que se ha dado demasiado tarde, pero hay otros cuya hip¨®tesis de fondo es que centrarse en lo que se llama la cascada de amiloide [el proceso de creaci¨®n y acumulaci¨®n de estas prote¨ªnas] como causa del alzh¨¦imer no es correcta", opina Medina. De hecho, en alg¨²n caso, aunque la vacuna haya fracasado s¨ª se observ¨® una reducci¨®n de estos conglomerados sin que desaparecieran los s¨ªntomas.
El congreso no es solo de alzh¨¦imer, pero cada vez m¨¢s se est¨¢ viendo que hay relaci¨®n entre las distintas demencias. Por ejemplo, el alzh¨¦imer se debe a la acumulaci¨®n de dos prote¨ªnas, la amiloide y la tau; el p¨¢rkinson, a las alfa-sinucle¨ªnas, y la corea de Huntington, se relaciona con la huntingtina (y se va a presentar en el congreso que tambi¨¦n hay prote¨ªna tau implicada). De ah¨ª la charla que David Rubinztein va a presentar en M¨¢laga acerca del papel de la autofagia (el proceso de autodigesti¨®n de las prote¨ªna sobrantes) como una diana a activar para combatir estas enfermedades. Las cuales, por cierto, comparten otros aspectos, como los procesos inflamatorios, que lleva cada vez m¨¢s a pensar en que si bien cl¨ªnicamente son muy diferentes, tienen una amplia base com¨²n.
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