En busca de m¨¢s paridad en organismos internacionales
Una docena de ONG lanzan Gqual, una campa?a para promover mayor paridad en tribunales y ¨®rganos de decisi¨®n internacionales
Cada cierto tiempo, alguien le vuelve a hacer la misma pregunta a la juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg: ?Cu¨¢ndo cree que habr¨¢ suficientes mujeres en el m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs, que tiene nueve jueces? La ¨²ltima vez fue durante una charla en la universidad de Georgetown, en febrero, y Ginsburg dio la misma respuesta de siempre: cuando haya nueve magistradas. La juez m¨¢s progresista del alto tribunal sonri¨® p¨ªcaramente, consciente de que la suya es una respuesta provocadora. Pero a todo el que se sorprende le recuerda cada vez que nadie se lleva las manos a la cabeza porque este tribunal haya estado compuesto durante dos siglos exclusivamente por hombres y que solo en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas hayan servido en ¨¦l un total de cuatro mujeres, tres de ellas en la actualidad. Y eso que esta corte no es necesariamente de las m¨¢s discriminatorias.
La paridad escasea tambi¨¦n, o especialmente, en tribunales y organismos internacionales. La representaci¨®n media de mujeres en los principales tribunales internacionales es de solo un 17 %.
Desde su fundaci¨®n en 1945, solo cuatro de los 106 miembros de la Corte Internacional de Justicia han sido mujeres. De los actualmente 17 miembros permanentes del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, solo dos son mujeres. En el Tribunal Penal para Ruanda, que juzga a los responsables del genocidio en ese pa¨ªs africano en 1994 en el que muchas mujeres fueron v¨ªctimas por partida doble ¡ªde la masiva masacre y por violaciones no menos masivas¡ª , actualmente solo dos de los 10 jueces son mujeres. En los ¨²ltimos a?os, tampoco ninguno de los siete jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sido mujer. Solo a partir de 2016 entrar¨¢ en este tribunal clave en la jurisprudencia de la historia reciente de Am¨¦rica Latina la primera mujer desde 2013, y solo la cuarta en sus tres d¨¦cadas de historia, la costarricense Elisabeth Odio Benito.
Pero la falta de paridad de g¨¦nero no se limita a los tribunales. 19 los 52 Procedimientos Especiales de Naciones Unidas no han sido liderados nunca por una mujer. Tampoco nunca hasta ahora ha estado al frente de la ONU una secretaria general.
Paridad significa mejor justicia?
Estas cifras han sido compiladas por Gqual, la campa?a que casi una docena de ONG como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) lanzaron este jueves en la sede de la ONU en Nueva York, en v¨ªsperas de la Asamblea General de Naciones Unidas, bajo el principio de que la igualdad en organismos internacionales debe ser considerada "un derecho, no una aspiraci¨®n". Su objetivo: promover la paridad de g¨¦nero en los organismos internacionales, donde la falta de equidad ¡°afecta a pr¨¢cticamente la totalidad de los tribunales y cuerpos internacionales encargados de desarrollar el derecho internacional y los derechos humanos¡±.
Todo ello cuando estos organismos ¡°tienen un impacto muy significativo sobre la vida cotidiana de la personas, sobre las relaciones entre pa¨ªses y hasta la suerte de generaciones futuras¡±, subraya Viviana Krsticevic, directora ejecutiva de Cejil. ¡°La presencia de mujeres, la diversidad, el balance de g¨¦nero son importantes para el impacto y legitimidad de la justicia internacional¡±, agrega la jurista.
¡°No se trata de que nadie le est¨¦ haciendo un favor a las mujeres al dejarlas participar, se trata de que las mujeres son una voz de valor para estas entidades¡±, coincide Cathy Russell, embajadora de EE UU para Mujeres.
No est¨¢n solas. La campa?a cuenta ya con casi 700 firmas de apoyo. Entre ellas est¨¢n las de la ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstr?m, la vicepresidenta de Costa Rica, Ana Helena Chac¨®n, la Nobel de la Paz iran¨ª Shirin Ebadi, la periodista mexicana Carmen Ar¨ªstegui, la jurista turca Basak Cali, la keniana Musimbi Kanyoro, directora del Fondo Global para las Mujeres, o la indonesia Kamala Chandrakirana, del Grupo de Trabajo de la ONU sobre discriminaci¨®n de mujeres.
Los gestos discriminatorios son sutiles, pero claramente hay un tratamiento distinto Catalina Botero, ex Relatora Especial para la Libertad de Expresi¨®n de la? (CIDH)
Catalina Botero fue una de las primeras en estampar su firma en apoyo a la campa?a, que crea una plataforma digital para concienciar a la opini¨®n p¨²blica sobre este problema de falta de representaci¨®n, convencer a los gobiernos de que incluyan principios paritarios a la hora de proponer y votar a candidatos ¡ªy candidatas¡ª a este organismo y proponer incluso cuotas para que no haya ning¨²n organismo relevante sin una representaci¨®n femenina m¨ªnima. Tambi¨¦n realizar¨¢ un seguimiento de los nombramientos en estos organismos y crear¨¢ una "bolsa de trabajo" para que mujeres interesadas puedan informarse de calendarios y condiciones para aspirar a los puestos donde tanto escasea la presencia femenina.
La colombiana Botero, que hasta el a?o pasado fue Relatora Especial para la Libertad de Expresi¨®n de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha vivido en persona la discriminaci¨®n por ser mujer. ¡°Yo ten¨ªa que ser dos veces buena para ganarme el respeto de la gente con la que estaba hablando; hombres de mi edad eran considerados suficientemente experimentados, a m¨ª me dec¨ªan que ten¨ªa experiencia insuficiente. Eso solo se explica por mi condici¨®n de g¨¦nero¡±, sostiene. A veces, se?ala, ¡°los gestos discriminatorios son sutiles, pero claramente hay un tratamiento distinto, incluso respecto a reacciones: un hombre tiene pantalones y car¨¢cter. Una mujer es una hist¨¦rica¡±.
La discriminaci¨®n de g¨¦nero se da en todos los niveles y pa¨ªses. Mar¨ªa Cristina Perceval es la embajadora ante la ONU de Argentina, uno de los cinco pa¨ªses junto con Costa Rica, Noruega, Suecia y Panam¨¢ que patrocinaron este jueves el lanzamiento de la campa?a. Durante la presentaci¨®n, Perceval record¨® que, cuando lleg¨® al Senado en su ciudad natal, Mendoza, en 2001, ¡°el problema no era ni siquiera que (las mujeres) no tuvi¨¦ramos legitimidad, ?no ten¨ªamos ni ba?os, porque el Senado era un espacio para hombres!¡± Y pasa en todas partes. Hasta 2008, la piscina del Senado de EE UU estaba reservada para hombres y las mujeres contaban con insuficientes cuartos de ba?o en el Capitolio de la capital estadounidense.
Mas la importancia de que haya mujeres en tribunales y organismos internacionales no es una mera cuesti¨®n de igualdad de g¨¦nero, puntualiza Krsticevic. Recuerda en este sentido que la presencia de la ex alta comisionada para Derechos Humanos de la ONU, la sudafricana Navy Pillay, en el Tribunal Penal para Ruanda, y la de la costarricense Odio Benito ¡ªsignataria de Gqual¡ª en el de Yugoslavia fue clave para que estos organismos sentaran jurisprudencia en el derecho internacional al reconocer por primera vez los cr¨ªmenes de violencia sexual contra mujeres en conflictos armados como cr¨ªmenes de guerra y cr¨ªmenes de lesa humanidad.
Una iniciativa respaldada tambi¨¦n por hombres?
Tampoco son solo mujeres las que apoyan esta iniciativa. Tambi¨¦n hay una cuarentena de hombres, como Juan M¨¦ndez, Relator Especial de la ONU para Tortura, un puesto para el que propone que su sucesor a partir de 2016 sea por fin una mujer, en vista de que desde su creaci¨®n en 1985 solo ha sido ocupado por hombres.
¡°El ¨®rgano que no tiene adecuada representaci¨®n de g¨¦nero carece de legitimidad y de credibilidad al pronunciarse sobre temas en los que la dimensi¨®n de g¨¦nero es especialmente relevante¡±, asevera M¨¦ndez.
Campa?as como esta no cambiar¨¢n de la noche a la ma?ana la situaci¨®n. Pero quiz¨¢s sirvan para abrir una conversaci¨®n necesaria, espera Botero. ¡°No es el lento transcurrir de la vida lo que va a hacer que las cosas cambien. Se necesitan empujones, ayudas. Y las campa?as son ayudas para poner en evidencia que esto, la discriminaci¨®n de g¨¦nero, existe¡±.
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