¡®Pezongates¡¯

?Cristiano o Messi??Mas o Rajoy? ?Pezones, en contra o a favor? Pues s¨ª, este es el ¨²ltimo debate en las redes sociales. Lo que oyen, o mejor todav¨ªa, lo que leen. Resulta que ni en Instagram ni en Facebook se puede mostrar desnudo el pecho femenino. Por eso, algunas famosas se han lanzado a una campa?a con el hashtag #freethenipple, en traducci¨®n libre #libertadparaelpez¨®n.

Ya que nos vamos conociendo, se habr¨¢n dado cuenta ustedes de que a m¨ª no me gusta meterme en camisas de once varas, pero hoy, me voy a meter. No, no busquen foto con pez¨®n al fresco, aunque puede que en alg¨²n momento se pregunten confundidos: ?Estoy leyendo EL PA?S? ?No me habr¨¦ equivocado y habr¨¦ pillado la hoja parroquial? Hoy me significo, aunque me cueste cambiar de grupo editorial.

Estoy en contra del pez¨®n y su libre albedr¨ªo. Tan en contra como Facebook, Instagram, los sujetadores de Victoria¡¯s Secret, los chicos del Tea Party o las canciones de Mar¨ªa Ostiz. Pero antes de que se me echen encima las hordas pez¨®n-fundamentalistas, matizar¨¦ mi posici¨®n.

Estoy en contra del pez¨®n. Del masculino. Y no en las redes sociales, si no en la vida real. Y todo porque este verano tuve que comerme una tapa de ensaladilla con los pezones peludos de un se?or apuntando hacia mi cara, en uno de esos chiringuitos en los que la ensaladilla rusa te la cobran a precio de caviar.

Se?ores de Instagram, dejen en paz a los pezones de las chicas: son inofensivos. Pero se?ores, tambi¨¦n dotados de pezones, en supermercados, aviones y restaurantes, #camisetaporfavor.