?C¨®mo entonces?
Un frente por la abstenci¨®n habr¨ªa desmontado la trampa de Mas de unas "elecciones plebiscitarias"
El comportamiento de los partidos pol¨ªticos contrarios al independentismo ante el proceso de votaci¨®n plebiscitaria montado por Mas sorprende a cualquier observador externo por su acusada torpeza: que radica en no haber sido capaces de dise?ar una estrategia para evitar ser atrapados por el marco o encuadre de la discusi¨®n elegido por el independentismo. De manera que hoy se encuentran encarcelados en un debate cuya agenda y t¨¦rminos son los que quer¨ªa el contrincante. Y as¨ª les va.
Otros art¨ªculos del autor
Y no es que les sorprendieran. Todo lo contrario, la decisi¨®n de montar un plebiscito con el paraguas de unas elecciones que formalmente eran parlamentarias estaba anunciada desde hace meses. La trampa era di¨¢fana, pero aparentemente nadie reflexion¨® a fondo c¨®mo se puede hacer frente a ella. Los partidos pol¨ªticos no independentistas se limitaron a una tibia protesta ante la transformaci¨®n de las elecciones en plebiscito y a rengl¨®n seguido entraron de lleno en el debate que Mas propon¨ªa: s¨ª o no a la independencia.
?Y qu¨¦ iban a hacer? Pues negarse a entrar en el frame propuesto. ?Y c¨®mo se hac¨ªa esto? Pues, por ejemplo, retir¨¢ndose de las elecciones, retirando las candidaturas y renunciando a participar en algo que no eran unas elecciones. Dejando solos en su teatro a los independentistas, la forma m¨¢s vistosa para poner de manifiesto el abuso que se estaba cometiendo. ?Que con ello se regalaba toda la representaci¨®n en el futuro Parlament al independentismo? Cierto, pero tal unanimidad de un 100% de esca?os hubiera sido por s¨ª misma un obst¨¢culo pol¨ªtico formidable para su capacidad real de actuar. Pero, a lo que parece, nadie se plante¨® la posibilidad de concertar entre los diversos partidos no ya un frente por el no, sino un frente por la abstenci¨®n. El frente por el as¨ª no.
Una vez aceptado participar en el encuadre plebiscitario, el siguiente inevitable error es el de entrar de hoz y coz en el debate sobre la conveniencia o no de la independencia. Porque ello supone tanto como admitir que un resultado mayoritario a favor de ella la conllevar¨ªa obligadamente. As¨ª que ¡ a echar mano de Bruselas para que avise que una Catalu?a independiente quedar¨ªa fuera de la Uni¨®n Europea. Cuando en realidad la cuesti¨®n no es ¨¦sa, sino una muy previa: la de que una declaraci¨®n unilateral de independencia realizada sin acuerdo del Estado afectado carece de efecto alguno en Derecho Internacional en virtud de una pr¨¢ctica constante de muchos decenios. Dicho de otra forma, el problema no es que Catalu?a se quede fuera de la UE, el problema es que no llega a entrar en la ONU porque nunca podr¨¢ constituirse como Estado sin el acuerdo de Espa?a. Explicar que independizarse v¨¢lidamente depende del c¨®mo se haga.
La cuesti¨®n de fondo es que una declaraci¨®n unilateral de independencia realizada sin acuerdo del Estado afectado carece de efecto alguno en Derecho Internacional
Otra torpeza antol¨®gica: descubrir que los independentistas pueden probablemente tener mayor¨ªa de esca?os pero no de votos, y argumentar en base a ello que no ser¨ªa democr¨¢tico con tal resultado iniciar un proceso de secesi¨®n. Pat¨¦tico. O sea, que admiten ustedes que si obtuvieran mayor¨ªa de votos entonces s¨ª podr¨ªan democr¨¢ticamente declarar la independencia. Pero, ?si era eso precisamente lo que se estaba negando hasta ayer!
Al final, s¨®lo la estrategia argumental del as¨ª no permite no ir a contrapi¨¦ en el debate, pero s¨®lo Pablo Iglesias se la puede permitir hoy por hoy. Al resto de la pol¨ªtica espa?ola le atenaza un miedo at¨¢vico: pues quien dice ¡°as¨ª no¡± est¨¢ obligado a explicar tambi¨¦n ¡°c¨®mo s¨ª¡±. Es decir, a admitir que la independencia es una opci¨®n posible y que una consulta a la sociedad catalana es un tr¨¢mite necesario en el proceso de su realizaci¨®n. Pero admitirlo en serio, es decir, en la ley. Es lo que dicen, en definitiva, los del C¨ªrculo de Econom¨ªa en su manifiesto. No son pol¨ªticos, claro.
El mayor riesgo que afronta la pol¨ªtica espa?ola es el de que, si gana Mas, esa al final inevitable consulta tendr¨¢ que negociarse con ¨¦l. Y ya sabemos las ideas tan peculiares que tiene sobre lo que es la ¡°claridad¡± en este tipo de procesos; acu¨¦rdense de la votaci¨®n al doble s¨ª. Negociarse, adem¨¢s, desde la m¨¢s que probable realidad de un gobierno sin unidad ni estabilidad en Madrid. Para temblar. Pero si pierde, si los catalanes dicen mayoritariamente que ¡°as¨ª no¡±, habr¨¢ que pag¨¢rselo obligadamente dici¨¦ndoles de una vez ¡°c¨®mo s¨ª¡±, caso que lo deseen, podr¨ªan llegar a ser independientes. Noblesse oblige.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa es abogado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.