La diplomacia en un mundo global e incierto
El Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero prepar¨® a Espa?a para defender mejor sus intereses en el exterior
Una primera reacci¨®n ante la lectura del art¨ªculo titulado La Espa?a ensimismada, de Jos¨¦ Ignacio Torreblanca, publicado por El Pa¨ªs el 31 de agosto, nos llevar¨ªa a felicitar al autor. Considero que su intento de evaluar la pol¨ªtica exterior durante las ¨²ltimas tres d¨¦cadas es meritorio y plausible, aunque no pueda compartir la mayor¨ªa de sus opiniones. Todos valoramos positivamente la opini¨®n cr¨ªtica de expertos y analistas en materia de acci¨®n exterior y aceptamos las cr¨ªticas fundamentadas. Este ejercicio democr¨¢tico pierde su valor si los denominados expertos abandonan su obligada objetividad y presentan sus opiniones con escaso fundamento cient¨ªfico, y distorsionan la realidad de los hechos. A los pol¨ªticos, a los ministros, se nos exige pol¨ªtica e ideolog¨ªa, visi¨®n y buena gesti¨®n. A los acad¨¦micos, an¨¢lisis rigurosos, datos, cifras, balances, etc¨¦tera, pero en ning¨²n caso ideolog¨ªa.
No es lo mismo la Espa?a de Felipe Gonz¨¢lez que ubic¨® a nuestro pa¨ªs en su sitio, como manifest¨® Fernando Mor¨¢n, que la Espa?a de Rodr¨ªguez Zapatero. El utilizar criterios del pasado sin comprender que el mundo ha cambiado nos puede conducir a an¨¢lisis desacertados. Hoy el mundo es global, complejo e incierto, y precisamente la pol¨ªtica del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero prepar¨® a nuestro pa¨ªs para defender mejor sus intereses en estos nuevos escenarios.
El presidente Aza?a expres¨® su disgusto y frustraci¨®n porque Espa?a estuvo fuera de las principales citas de la historia reciente, ya fuese en el Congreso de Berl¨ªn, Versalles o, posteriormente y aunque ¨¦l no lo viese, en Yalta o Dumbarton Oaks. Esa ausencia es la que invirti¨® la diplomacia del presidente Zapatero. S¨ª, Espa?a fue admitida en el G-20 y no bast¨® el apoyo de los socios europeos (no siempre f¨¢cil por reticencias internas), ni el de Estados Unidos, sino que hizo falta el apoyo de pa¨ªses como China, Rusia, Corea o Argentina; es decir, todos esos pa¨ªses a los que se critica en ese art¨ªculo como p¨¦rdida de tiempo y desorientaci¨®n de nuestra pol¨ªtica exterior.
Lo que hicimos fue una pol¨ªtica exterior global, no deseuropeizando la pol¨ªtica exterior de Espa?a, de lo que se nos acusa. Tratamos de combatir la Europa fortaleza, al tiempo que se organizaron una presidencia de la Uni¨®n Europea, un refer¨¦ndum para el Tratado Constitucional y la firma del Tratado de Lisboa, la presidencia del Consejo de Europa y la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). De igual manera, se organiz¨® el d¨¦cimo aniversario de la Cumbre euromediterr¨¢nea de Barcelona y promovimos, junto a Marruecos, la Cumbre euroafricana sobre migraciones de la que se extrajeron pol¨ªticas y acciones comunes que favorecieron de manera radical la ordenaci¨®n y disminuci¨®n de los flujos de migrantes entre Europa y ?frica. Esto abri¨® la puerta para formular la primera pol¨ªtica exterior de Espa?a hacia el continente africano. Hoy algunas de esas pol¨ªticas inspiran a la UE y a la estrategia que impulsan Fran?ois Hollande y Angela Merkel.
Algunas de las pol¨ªticas sobre migraciones inspiran ahora a la UE
Pero nuestra presencia en el G-20 y nuestro compromiso con Europa hubiesen sido insuficientes para obtener un puesto como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los pr¨®ximos a?os son fundamentales para definir las nuevas orientaciones de la comunidad internacional y Espa?a tiene todo el derecho y la legitimidad de participar en este debate en el n¨²cleo central de Naciones Unidas. Por ello, apoyamos al actual Gobierno para que Espa?a resultase elegida.
Era de esperar que sus cr¨ªticas no eludieran la pol¨ªtica latinoamericana y, principalmente, la pol¨ªtica hacia Cuba. Parece que el articulista no asume lo sucedido el pasado 17 de diciembre y sigue anclado en las posiciones de la Administraci¨®n Bush y de los grupos anticastristas. Parece probable que no reconozca el acierto de nuestra pol¨ªtica hacia Cuba y la contribuci¨®n de Espa?a para crear las bases del desmantelamiento del bloqueo, algo que reconocen hoy norteamericanos y cubanos.
Tampoco sorprenden las cr¨ªticas a las iniciativas multilaterales. Se ha convertido en lugar com¨²n del pensamiento pol¨ªticamente correcto de la derecha criticar la Alianza de Civilizaciones y los que en la oposici¨®n la minusvaloraron la han reivindicado en Naciones Unidas. Le recuerdo que fue tambi¨¦n el presidente Zapatero quien impuls¨® ONU-Mujeres y se comprometi¨® con Am¨¦rica Latina en la puesta en marcha del Fondo del Agua; programa y recursos de los que a¨²n malvive la cooperaci¨®n espa?ola.
La cooperaci¨®n con el Mediterr¨¢neo fue una constante de mi mandato, as¨ª como la involucraci¨®n en el conflicto de Oriente Medio, donde Espa?a mantuvo una actitud proactiva que favoreci¨® el entendimiento.
Ahora que se acercan las elecciones generales ser¨ªa bueno que en nuestro pa¨ªs se debatiese con rigor c¨®mo se han defendido los intereses de Espa?a en el exterior: los pol¨ªticos, los ciudadanos, de seguridad, econ¨®micos o culturales. La pol¨ªtica exterior del Gobierno de Zapatero en el per¨ªodo 2004-2010 se bas¨® en la defensa de la legalidad internacional y el di¨¢logo. Por ello se inici¨® con la salida de nuestras tropas de Irak, porque consideramos que fue una guerra ilegal. De ah¨ª que Espa?a se haya opuesto al reconocimiento de Kosovo y haya tenido una pol¨ªtica exterior propia.
As¨ª pues, no es lo mismo la diplomacia de sal¨®n que una pol¨ªtica exterior comprometida. La segunda dista mucho del an¨¢lisis de expertos que, desde sus tabletas y ordenadores y tomando como referencia la diplomacia de los despachos, realizan an¨¢lisis alejados de la realidad y de los hechos.
Miguel ?ngel Moratinos fue ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperaci¨®n.
www.miguelangelmoratinos.com
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