Grandes objetivos en la Gran Manzana

Incluso en un mundo que est¨¢ cada vez m¨¢s conectado, el camino entre Rep¨²blica Dominicana y Nueva York todav¨ªa es largo. La distancia entre las dos puede medirse no s¨®lo en millas a¨¦reas, sino tambi¨¦n en las impactantes diferencias con respecto a la pobreza, las posibilidades de trabajo, la expectativa de vida, la mortalidad infantil y una serie de otras desigualdades. Desde donde estoy sentada, en una de las ¨¢reas m¨¢s deprimidas del pa¨ªs no muy lejos de la frontera con Hait¨ª, la Gran Manzana parece otro planeta. Pero es aqu¨ª, en la cooperativa de bananos Banelino que cofund¨¦ hace ya casi 20 a?os, y en otras innumerables operaciones agr¨ªcolas a peque?a escala alrededor del mundo, donde el impacto de las decisiones tomadas en Nueva York este fin de semana ser¨¢ sentido de manera m¨¢s profunda.

Me siento llena de esperanza de que, en la noche del domingo, para el final de la cumbre, la brecha ¡ªtan grande como es¡ª se haya reducido levemente. Los l¨ªderes mundiales, desde el presidente estadounidense Obama hasta Ban Ki Moon, est¨¢n reuni¨¦ndose en las Naciones Unidas para acordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ¡ªun nuevo plan global de acci¨®n para las personas, el planeta y la prosperidad destinado a acabar con la pobreza extrema para el 2030¡ª. Incluso el Papa est¨¢ en Nueva York para darles a los ODS su bendici¨®n.

Los ODS son un asunto de gran importancia para los peque?os agricultores que conforman la cooperativa Banelino y para sus familias, por no mencionar a los otros 500 millones de peque?os agricultores y a los 1.000 millones de trabajadores agr¨ªcolas que suministran el 70% de la comida mundial. Pero, como sucede con frecuencia, las voces de aquellos que se ven m¨¢s directamente afectados por la pobreza no ser¨¢n las que ustedes escuchar¨¢n en medio de las palmadas en la espalda y el alarde en la ONU. Es por eso que Fairtrade estar¨¢ presente en la cumbre, para asegurarse de que los peque?os agricultores sean escuchados y para que puedan asumir un rol de liderazgo en la creaci¨®n de equidad, justicia y una sociedad m¨¢s sostenible. No podemos llevar al mill¨®n y medio de agricultores y trabajadores de Fairtrade con nosotros, pero podemos asegurarnos de que no sean olvidados en medio del espect¨¢culo. Hicimos un gran avance al lograr que nuestra posici¨®n fuera oficialmente reconocida por la ONU en julio de este a?o.

Si los 17 ODS son implementados completamente, estos representan una gran oportunidad para que agricultores y trabajadores del mundo construyan y disfruten de un mejor futuro. Los ODS cubren temas como un pago y condiciones decentes para los trabajadores de plantaciones, igualdad de g¨¦nero (de acuerdo con estad¨ªsticas de la ONU, las mujeres son responsables del 60-80% de la producci¨®n global de comida), cambio clim¨¢tico (los productores de caf¨¦ son los que m¨¢s se han visto afectados), derechos humanos, justicia en el comercio, producci¨®n y consumo sostenible¡­ la lista sigue y sigue. Entre los 169 puntos de acci¨®n listados bajo los ODS, no hay casi ninguno que no est¨¦ relacionado con comida y agricultura. Pero ¡ªy este es un gran pero¡ª para que los ODS sean cumplidos de manera exitosa, los agricultores y trabajadores a peque?a escala deben tener un papel central en su planeaci¨®n e implementaci¨®n.

Las voces de aquellos que se ven m¨¢s directamente afectados por la pobreza no ser¨¢n las que escuchar¨¢n en medio de las palmadas en la espalda en la ONU

Para comenzar, no se puede tener un desarrollo sostenible de manera gratuita. Se deben pagar precios justos. La experiencia de Fairtrade muestra que se puede comerciar de manera diferente, de manera justa; es posible equilibrar el comercio, afrontar la pobreza, la desigualdad y la explotaci¨®n, y al mismo tiempo proveer comercio a gran escala exitoso y sostenible dentro de mercados comerciales. Pero los ODS deben proveer un comercio inclusivo para beneficiar a las personas que se encuentran en condiciones de pobreza, no un comercio con el fin ¨²nico de comerciar.

La cumbre de la ONU marca el cierre de un cap¨ªtulo ¡ªla adopci¨®n de los ODS y el fin de sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)¡ª pero marca tambi¨¦n el comienzo de uno mucho m¨¢s importante. La descripci¨®n oficial, un tanto grandilocuente, es la de Agenda de Desarrollo Post 2015, que esencialmente significa poner el texto de los ODS en acci¨®n.

Estupendas palabras y estupendas ambiciones. Pero lo que realmente cuenta es lo que est¨¢ pasando en el terreno. En Banelino estamos mostrando ya c¨®mo el Comercio Justo puede hacer una diferencia. La Prima Fairtrade ha sido usada para fundar un programa de patrocinio de educaci¨®n en ¨¢reas rurales, salarios para maestros, compra de ordenadores, becas universitarias, uniformes y ¨²tiles escolares, transporte de y a las escuelas. Y ¨¦sta es s¨®lo una cooperativa de bananos peque?a en un pa¨ªs peque?o. ?Tan s¨®lo imag¨ªnense lo que los gobiernos y compa?¨ªas pueden lograr globalmente trabajando con Fairtrade!

El comercio es central para los ODS. Un comercio sostenible y equitativo puede incrementar ingresos y ofrecer un impacto duradero. Pero muy a menudo los sistemas comerciales y la liberaci¨®n del comercio trabajan en contra de los intereses de las personas que viven en situaciones de pobreza. Un comercio m¨¢s justo reparte beneficios de manera m¨¢s equitativa a trav¨¦s de la cadena de suministro y tiene como resultado un mayor control y empresas m¨¢s sostenibles y resistentes. Un consumo y una producci¨®n genuinamente sostenibles protegen de la explotaci¨®n tanto a las personas como al planeta.

Cuando los delegados vuelvan a sus casas el domingo despu¨¦s de que se haya terminado la cumbre se habr¨¢n acordado objetivos y prop¨®sitos para los pr¨®ximos 15 a?os. Y luego comienza el trabajo verdadero: hacer que los ODS funcionen para los peque?os agricultores y trabajadores. Ya sea que uno est¨¦ alcanzando bananos en una plantaci¨®n del Caribe o alcanzando acuerdos en los corredores del poder: tal vez Nueva York no queda tan lejos de Rep¨²blica Dominicana despu¨¦s de todo.