Cobertura sanitaria universal: una pura ilusi¨®n
El autor cree que el coreado ¡®Nadie se queda atr¨¢s¡¯, sin acciones reales s¨®lo es un eslogan. De los Objetivos de Desarrollo del Milenio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la salud de las personas, desaparecida en acci¨®n
Con todo el bombo y la algarab¨ªa sobre los avances mundiales en la salud err¨®neamente o no atribuidos a la era de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y el giro positivo basado en la nueva y ambiciosa agenda conocida como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se deber¨ªa perdonar que mucha gente piense que se han resuelto la mayor¨ªa de los problemas de salud del mundo. Lamentablemente, no es el caso.
En estos momentos, MSF puede dar testimonio de la falta de servicios de salud adecuados en los 63 pa¨ªses en los que opera. Probablemente, entre las comunidades con las que trabajamos, y otras en su misma situaci¨®n, hay un gran desconocimiento de los propios ODS y no se espera celebraci¨®n alguna cuando ¨¦stos se adopten en la cumbre especial de la ONU en Nueva York en los pr¨®ximos d¨ªas.
En los ¨²ltimos 15 a?os, el mundo ha sido testigo de un cambio real y de avances importantes en el ¨¢mbito de la salud en muchos pa¨ªses, sobre todo para las personas que viven con VIH/sida, tuberculosis y malaria. Estos progresos son el resultado de un enfoque bien dirigido, centrado en las personas, y de programas innovadores en el cuidado de la salud, que han recibido una financiaci¨®n adecuada.
Pero en este periodo, tambi¨¦n hemos asistido al desplazamiento del mayor n¨²mero de personas desde la Segunda Guerra Mundial. En algunos casos, pa¨ªses que ten¨ªan sistemas de salud y cuyas poblaciones ten¨ªan acceso a los mismos, ahora los han perdido y se enfrentan a un presente sin estructuras sanitarias y con el personal m¨¦dico amenazado.
Tambi¨¦n hemos presenciado el surgimiento de graves amenazas para la salud mundial como el aumento progresivo de la resistencia a los antibi¨®ticos, cuyo agravamiento corre el riesgo de hacer desandar muchos de los avances observados en materia de salud. O la explosi¨®n del ?bola en ?frica occidental, a la que el mundo no dio respuesta y que se tradujo en miles de muertes y en una epidemia que todav¨ªa hoy activa. Pero tambi¨¦n hay poblaciones que, debido a la incapacidad de sus gobiernos, a la ineficiencia, o la mera exclusi¨®n, no han podido recibir una atenci¨®n b¨¢sica adecuada ni los medicamentos y tratamientos que requer¨ªan y cuyas necesidades siguen siendo cr¨ªticas e inmediatas.
Los ODS, que se pondr¨¢n en marcha en todo el mundo en 2016 y que tendr¨¢n 15 a?os para alcanzar sus metas, al menos sobre el papel, incluyen un objetivo espec¨ªfico de salud y una serie de objetivos vinculados a enfermedades clave, nutrici¨®n y otros determinantes sociales de la salud. Sin embargo, con tantas otras prioridades dentro de los ODS (cambio clim¨¢tico, paz y seguridad, agua, y muchos m¨¢s), algo tiene que ceder.
MSF puede dar testimonio de la falta de servicios de salud adecuados en los 63 pa¨ªses en los que opera
Las tendencias recientes y los postulados de los principales donantes internacionales, indican una marcha atr¨¢s, un regreso al paradigma de la d¨¦cada de los 80, cuando la mayor preocupaci¨®n por la salud se asoci¨® con cu¨¢nto cuesta y no con el precio del sufrimiento para las personas sin acceso a medicamentos ni diagn¨®sticos y con poca o ninguna posibilidad para acudir a servicios de salud de calidad. El mundo sigue siendo, en gran medida, una mezcla de quienes tienen y quienes carecen de la posibilidad y capacidad para ver a un m¨¦dico. Una nueva agenda de desarrollo, independientemente de lo bien intencionada que sea, contribuir¨¢ poco a cambiar esta situaci¨®n si no se traduce en acciones concretas y cuenta con financiaci¨®n suficiente.
Las ¨²ltimas directrices en la ayuda internacional muestran flagrantes contradicciones con respecto a las intenciones, con una disminuci¨®n progresiva de la financiaci¨®n de la atenci¨®n en salud. El ¨¦nfasis en que los pa¨ªses sean m¨¢s autosuficientes y en una ayuda que se utiliza, cada vez m¨¢s, como un catalizador para impulsar el crecimiento econ¨®mico no augura buenos presagios para la salud mundial. Los fr¨¢giles logros en salud no podr¨¢n mantenerse ni se podr¨¢n alcanzar los ambiciosos objetivos establecidos si la ¨¦sta no es el vector de las pol¨ªticas.
Pa¨ªses como la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, con abrumadoras necesidades en muchos sectores sociales y con, al menos, un 17% de sus ciudadanos recibiendo tratamiento para el VIH, no deben ser obligados a tomar decisiones imposibles; ni su poblaci¨®n debe pagar por la atenci¨®n cuando, en la inmensa mayor¨ªa de los casos, no se lo puede permitir. En la capital, Kinshasa, los pacientes afrontan un proceso tan largo y caro para recibir un simple diagn¨®stico de VIH que cuando reciben atenci¨®n, la enfermedad se encuentra en una fase muy avanzada. En el hospital de Kabinda, apoyado por MSF, fallece uno de cada cuatro pacientes hospitalizados, pagando con su vida el precio por no poder acceder al tratamiento antirretroviral oportuno. Esto es inaceptable y nos conduce a situaciones propias de 20 a?os atr¨¢s.
El mundo sigue siendo, en gran medida, una mezcla de quienes tienen y quienes carecen de la posibilidad y capacidad para ver a un m¨¦dico
La poblaci¨®n de los pa¨ªses que suben en la escala de renta no gana autom¨¢ticamente sistemas de salud que funcionen cuando sus estados pasan a ser considerados econom¨ªas de renta media. De hecho, uno se da cuenta de que los pa¨ªses de ingresos medios son el hogar de m¨¢s del 70% de los pobres y los enfermos del mundo, incluyendo la mayor parte de las cargas de morbilidad por VIH/sida, tuberculosis, malaria y enfermedades no transmisibles.
Las personas marginadas de la atenci¨®n sanitaria a causa de los conflictos, la inestabilidad o la exclusi¨®n social, existen hoy y seguir¨¢n existiendo ma?ana. Independientemente de d¨®nde vivan y de su situaci¨®n econ¨®mica, la gente merece poder acceder a f¨¢rmacos y tratamientos, tanto a los ya existentes como a los m¨¢s nuevos. Es necesaria m¨¢s investigaci¨®n y desarrollo, especialmente en favor de los pa¨ªses en desarrollo, y estas iniciativas de I+D deben estar dirigidas a mejorar la salud de la poblaci¨®n y no s¨®lo a lograr beneficios econ¨®micos. Los equipos m¨¦dicos de MSF sintieron la impotencia de carecer de nuevas herramientas para el cuidado de las m¨¢s de 10.000 personas ingresadas en los centros de tratamiento de ?bola de Organizaci¨®n en los tres pa¨ªses de ?frica occidental, todo ello cuatro d¨¦cadas despu¨¦s del primer brote.
Los m¨¦dicos, aliviados por contar con nuevos medicamentos para tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR), se dan cuenta de que estas nuevas combinaciones todav¨ªa no proporcionan a los pacientes los resultados que merecen y, en muchos pa¨ªses, estos nuevos f¨¢rmacos siguen siendo inaccesibles, o no est¨¢n disponibles. El paquete completo de vacunas para inmunizar a las mujeres y los ni?os contra 12 enfermedades es hoy 68 veces m¨¢s caro de lo que era en 2001, y los precios m¨¢s bajos, a nivel global, todav¨ªa quedan lejos para muchos pa¨ªses o para organizaciones humanitarias como MSF.
Si el lema de los ODS es Nadie se queda atr¨¢s y la meta es lograr la cobertura sanitaria universal, todo ello ha de ser m¨¢s que una ilusi¨®n. Esta nueva agenda de desarrollo tiene que traer consigo acciones inmediatas y un cambio en los enfoques actuales para asegurar que la salud siga siendo una prioridad y no una mera mercanc¨ªa.
Mit Philips es responsable de Acceso a la Salud y An¨¢lisis y Aine Markham, analista de Pol¨ªticas de Salud de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF)
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