La publicidad con faltas de ortograf¨ªa, un (triste) ¨¦xito de marketing

Hace exactamente un a?o, el humorista americano Paul Gale, se preguntaba en un v¨ªdeo (Why Starbucks Spells Your Name Wrong) por qu¨¦ los empleados de la cadena de cafeter¨ªas m¨¢s famosa del mundo, Starbucks, se empe?aban en escribir mal los nombres de sus clientes cuando recog¨ªan sus pedidos en el mostrador. ¡°Lo hago simplemente por joder¡±, dec¨ªa Gale simulando ser un empleado de la marca, ¡°juego con tus sentimientos de manera fr¨ªa y calculadora. Y funciona: subiste el vaso a Instagram¡±.

En el v¨ªdeo, tras muchos y disparatados razonamientos, Gale llega a la conclusi¨®n de que la mala ortograf¨ªa es una estrategia m¨¢s de marketing de la empresa: cometiendo errores a la hora de escribir los nombres consegu¨ªan que sus clientes, molestos, hicieran una foto al vaso (en el cual el logo de la marca es omnipresente) y subieran su indignaci¨®n, junto con el vaso bien grande, a las redes sociales. ?El resultado? Que miles de sus inconfundibles vasos campaban a sus anchas por la red sin haberse gastado ni un duro en publicidad. Una campa?a viral en toda regla, la aspiraci¨®n de cualquier marca, muchas veces, al precio que sea. Incluso si hay que renunciar a la buena ortograf¨ªa.

Algo as¨ª han debido de pensar los creativos de la empresa La f¨¢brica de sombreros, responsable de la ¨²ltima campa?a de la c¨¢ndida y azucarada casa Chupa Chups. Y hasta aqu¨ª la parte expositiva del hecho. Porque seguir leyendo puede resultar perjudicial para sus ojos. All¨¢ vamos.

Todo se basa en varias gr¨¢ficas para marquesinas, carteles de metro e internet, adem¨¢s de anuncios de televisi¨®n, en los que puede contemplarse, con estupefacci¨®n y horror, frases como ¡°Me se pierde la cabeza cuando pillo un nata fresa¡± ¡°Esa cola como mola se merese una ola¡± o ¡°Mi naranja va con palo pa¡¯lo bueno y pa¡¯lo malo¡±, ¡°Sin vainilla ni cacao yo estar¨ªa mu chalao¡±, ¡°?Ay qu¨¦ rico! ?Qu¨¦ sorpresa! Ma tocao uno de fresa¡±. As¨ª, a bocajarro. Ninguna campa?a nos hab¨ªa dejado tan helados desde el #icebucketchallenge y esta fue por una buena causa.

El leitmotiv de esta campa?a entona un ¡°Por un mundo menos serio¡± que resulta espeluznante pues entendemos, por tanto, que ortograf¨ªa y seriedad van de la mano mientras que incultura y diversi¨®n, van por otro. L¨¢stima. Sobre todo entendiendo que el target de una marca de caramelos con palo es, b¨¢sicamente, la poblaci¨®n infantil y adolescente. Se?ores directivos de Chupa Chups, ?est¨¢n dispuestos a echar m¨¢s le?a al tenebroso y siniestro fuego de la incultura?

No son los ¨²nicos: Movistar, El Corte Ingl¨¦s o Loter¨ªa tambi¨¦n cometieron faltas en algunas de sus campa?as aunque en estos casos nos queda, al menos, el consuelo de saber que no fueron intencionadas sino fruto del desliz ortogr¨¢fico de sus creativos. Y, ahora s¨ª, seamos serios a pesar de que a Chupa Chups no le guste: las faltas de ortograf¨ªa no molan nada.

Lo m¨¢s gracioso de esta historia es que, la empresa, que es consciente de las faltas ortogr¨¢ficas de sus anuncios, admite que es una manera de conectar con sus clientes usando su mismo lenguaje y que ¡°son frases divertidas que tienen la intenci¨®n de a?adir un toque de humor a las creatividades¡±. Pues ni pu?etera gracia. ?Realmente merece la pena que hablen de uno a toda costa? Si es as¨ª, lo han conseguido. A pesar de que hagan sangrar los ojos de cualquier inocente viandante que sea atacado, esperando al 112, por uno de sus ¡°mese¡± o ¡°matocao¡± en la parada del autob¨²s. Y que de nada hayan servido las voces contrarias, sobre todo de padres, que se han levantado en las redes protestando por esta atrocidad ling¨¹¨ªstica; Chupa Chups ha hecho mutis.