¡°Mi trabajo fue encontrar la mujer que hay en m¨ª¡±

Cuando Eddie Redmayne habla lo ¨²ltimo que se le pasa por la cabeza a su interlocutor es que dentro de unos meses podr¨ªa tener su segundo Oscar en la mano. El primero, el que gan¨® por mejor actor con su retrato de Stephen Hawkins en La teor¨ªa del todo, brilla reluciente en su piso de Londres. ¡°Est¨¢ en una mesita, junto al Globo de Oro y siempre que llego a casa me sorprendo porque la experiencia de verlo all¨ª me sigue pareciendo irreal¡±, confiesa. Y ahora va a por el segundo. Lo dicen en el Festival de Venecia, en Toronto, en Hollywood... Su candidatura es segura para todos menos para este brit¨¢nico de 33 a?os, p¨¢lido y pecoso, en un perenne estado de alegr¨ªa, asombro y humildad. "Acabo de conocer a Johnny Depp en persona y todav¨ªa estoy en estado de shock. En La chica danesa trabaj¨¦ con Amber [Heath], su esposa. No la hab¨ªa conocido hasta ahora. Hacen tan buena pareja", dice. "?Y Stanley Tucci? ?Qu¨¦ me dice? ?Es mi ser humano favorito! ?l y su esposa Felicity. Son lo m¨¢s. Adorables, adorables¡±, a?ade hablando de Spotlight. Redmayne es un humano de pies a cabeza y, sin embargo, ha sido encumbrado en menos de dos a?os al Olimpo de los dioses de Hollywood.

Pregunta. ?De d¨®nde le viene tanta humildad?

Respuesta. Supongo que algo viene de mis padres, de lo que me ense?aron. De la seguridad de que todo lo que sube tiene que bajar. Todos lo hemos visto. Especialmente en nuestro trabajo, todo es tan ef¨ªmero. Yo he tenido suerte. Suerte de que los que recibieron el guion de La teor¨ªa del todo antes que yo dijeron que no.

P. ?Y la belleza? En La chica danesa todos admiran su transformaci¨®n en mujer para dar vida a Lili Elbe, el primer transexual que se oper¨®.

R. Tom [Hooper, director de la cinta] siempre habla de mi feminidad y es interesante porque soy id¨¦ntico a mi madre. Pero mi trabajo en esta pel¨ªcula fue encontrar la mujer que hay en m¨ª.

Este actor de alta cuna ¡ªeducado en Eaton junto al heredero al trono brit¨¢nico, el pr¨ªncipe Guillermo, antes de cursar sus estudios en Cambridge¡ª est¨¢ encantado de provocar con el estreno de La chica danesa, un nuevo debate que abre los ojos a una posible fluidez sexual donde ¡°no hay g¨¦neros, solo seres humanos¡±.

P. Usted est¨¢ a punto de cumplir su primer aniversario de boda con Hannah Bagshawe, esa otra mujer que hay en su vida...

R. Parece mentira c¨®mo pasa el tiempo. Me di cuenta cuando Hannah me record¨® que ya solo quedan unos meses para que se siente donde ella quiera en la mesa, en lugar de seguir la tradici¨®n que dice que durante el primer a?o de casados la esposa debe sentarse a la derecha del marido (risas). ?Vaya temporada! Ni el Oscar ni nada, lo mejor fue mi boda.

P. Pero no ha tenido ni tiempo de disfrutar con tanto rodaje.

R. Nos conocemos desde ni?os y Hannah me ha visto en todo tipo de l¨ªos. A¨²n as¨ª todav¨ªa me quiere. Adem¨¢s llev¨¢bamos mucho tiempo comprometidos. Con los preparativos de la boda nuestra vida se acab¨® convirtiendo en una maravillosa monta?a rusa hasta el Oscar. Pero tuvimos tiempo para ir de luna de miel a las Maldivas. Un absoluto para¨ªso, sin m¨®viles, desconectados de todo. Nunca hab¨ªa disfrutado de unas vacaciones de arena blanca y agua turquesa. Y, por supuesto, protecci¨®n solar de factor 500, incluso a la sombra. ?Tan brit¨¢nico!

P. Todo suena demasiado cotidiano para ser una estrella, especialmente una que est¨¢ entre los mejores vestidos de Hollywood.

R. Ya lo dijo un tabloide cuando puso de t¨ªtulo Eddie Mundaine [juego de palabras que vendr¨ªa a significar Eddie, el mundano] a una serie de fotos que me sac¨® un paparazi en la tintorer¨ªa o tomando un caf¨¦ vestido de manera informal. Pero esa es la realidad de mi vida cuando no estoy hablando de algo que me apasiona o en una alfombra roja.