Preguntar ya no es de mala educaci¨®n
Los ciudadanos ya pueden saber c¨®mo se toman las decisiones que les afectan, c¨®mo se manejan los fondos p¨²blicos, qui¨¦nes son los gestores y responsables de la acci¨®n pol¨ªtica
En estos momentos que vivimos, inmersos en nuevos procesos pol¨ªticos llenos de interrogantes, viene a mi memoria lo que los mayores sol¨ªan decirnos cuando ¨¦ramos ni?os: ¡°preguntar es de mala educaci¨®n¡±. Un consejo, este, que tambi¨¦n hoy se repite y que muchos convierten despu¨¦s en regla de conducta. Hoy, 28 de septiembre, se conmemora el D¨ªa Internacional del Derecho a Saber, una celebraci¨®n que naci¨® en 2002, cuando, reunidos en la ciudad de Sof¨ªa los representantes de las principales organizaciones no gubernamentales, fijaron esta fecha para recordar en el mundo la aparici¨®n de un nuevo derecho que permitir¨ªa a los ciudadanos ser m¨¢s part¨ªcipes de lo p¨²blico.
Espa?a tiene una democracia adulta que cumple 37 a?os, que garantiza el valor de nuestra voz, y que, ahora, da otro paso m¨¢s sum¨¢ndose, por primera vez, a la celebraci¨®n de esta jornada con una Ley de transparencia, que entr¨® en vigor hace nueves meses y que supone un cambio de cultura en la gesti¨®n p¨²blica. ?Por fin, en nuestro pa¨ªs, preguntar ya no es de mala educaci¨®n! Al contrario, es, ni m¨¢s ni menos, el ejercicio de un nuevo derecho que hace a los ciudadanos m¨¢s cr¨ªticos, m¨¢s expertos, m¨¢s responsables y m¨¢s participativos.
Se trata de un cambio que sacude a toda la organizaci¨®n. Por un lado, a la todopoderosa Administraci¨®n, que durante mucho tiempo fundi¨® los conceptos de poder e informaci¨®n, haci¨¦ndose propietaria de esta ¨²ltima y convirti¨¦ndose en el guardi¨¢n exclusivo de los datos de su gesti¨®n. Aquella Administraci¨®n, opaca, burocr¨¢tica, lejana y distante pasa, con la transparencia, a ser tan solo depositaria de una informaci¨®n que pertenece a los ciudadanos y que ¨¦stos pueden y deben conocer y exigir. Por otro lado, a los representantes de la ciudadan¨ªa, que tendr¨¢n que rendir cuentas del manejo de los fondos p¨²blicos y, con su ejemplo, justificar la confianza que en ellos depositan los ciudadanos, haciendo p¨²blico su trabajo y someti¨¦ndolo a la valoraci¨®n y exigencia continua de quienes les invistieron de sus poderes.
Sin duda, un grand¨ªsimo avance, porque hay cosas que, con conocimiento p¨²blico, jam¨¢s suceder¨ªan, y porque el axioma ¡°a mayor transparencia menor corrupci¨®n¡± se cumple de forma inexorable. Y, en medio de este cambio, hay un motor fundamental: los ciudadanos. Sin ellos, nada tendr¨ªa sentido. La Ley de transparencia y el derecho a saber precisa y requiere la concurrencia de sus voluntades.
Es el momento del compromiso, de ejercer este nuevo poder, de pasar de la charla a la exigencia, de la cr¨ªtica social a la acci¨®n ciudadana, de la queja al escrutinio, de la conversaci¨®n a la actuaci¨®n. Los ciudadanos ya pueden saber c¨®mo se toman las decisiones que les afectan, c¨®mo se manejan los fondos p¨²blicos, qui¨¦nes son los gestores y responsables de la acci¨®n pol¨ªtica y, con ello, hacer que las instituciones sientan la atenta vigilancia de una sociedad m¨¢s activa y responsable.
Hay cosas que, con conocimiento p¨²blico, jam¨¢s suceder¨ªan, y porque el axioma ¡°a mayor transparencia menor corrupci¨®n¡± se cumple de forma inexorable
No podemos desaprovechar esta oportunidad. No estamos ante un eslogan ni una moda, aunque su constante menci¨®n haga que, en ocasiones, as¨ª lo parezca, estamos ante un cambio que nunca m¨¢s volver¨¢ a mirar atr¨¢s. La transparencia ha venido para instalarse y los pol¨ªticos, de uno u otro signo, no pueden retroceder, sino avanzar y afianzar una nueva era.
Transitaremos por la transparencia poco a poco, pero tambi¨¦n deprisa, porque llev¨¢bamos diez legislaturas esper¨¢ndola. Y recorreremos este camino entendiendo que la transparencia no es algo distante ni incomprensible, al contrario, es el instrumento que nos ayudar¨¢ a conocer y cambiar muchos comportamientos p¨²blicos, a lograr que las normas se cumplan, que los responsables de las organizaciones asuman sus actos y las consecuencias de ¨¦stos y que los fondos p¨²blicos se controlen.
En este empe?o trabaja el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, accesible a todos y creado por la Ley para ser guardi¨¢n y defensor de la transparencia, con un plan estrat¨¦gico, en el que han participado todos los que han querido arrimar el hombro, dirigido a conseguir, escal¨®n a escal¨®n, entrar en las instituciones, inspirar las normas, alentar las iniciativas y acompasar a los ciudadanos en la participaci¨®n activa en el gobierno de lo p¨²blico.
Hoy, preguntar a nuestros gestores y responsables p¨²blicos es, por fin, de buena educaci¨®n, es, por fin, un derecho que los ciudadanos pueden y deben ejercer y que la Administraci¨®n tiene la obligaci¨®n de asumir, respondiendo y dando a conocer lo que la ciudadan¨ªa le pide.
El reto es dif¨ªcil, pero imparable, por eso, en este d¨ªa festivo, hoy, 28 de septiembre, convocamos a todos a trabajar para conseguir una Administraci¨®n renovada, accesible y transparente y una ciudadan¨ªa orgullosa de haber contribuido a ello.
Por cierto: ?Hay alguna pregunta?
?Feliz d¨ªa del Derecho a Saber!
Esther Arizmendi Guti¨¦rrez es presidenta del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno
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