El lamentable vicio de robar el trabajo ajeno
Una escritora espa?ola, en una novela premiada, y la ministra de Defensa alemana, en su tesis doctoral, han sido acusadas de plagio
Martin Heidingsfelder es el caballero alem¨¢n que se ha empe?ado en descubrir a todo aquel que se haya aprovechado del trabajo ajeno para triunfar en el mundo acad¨¦mico y conquistar con sus t¨ªtulos puestos de relumbr¨®n. Acaba de acusar a la actual ministra de Defensa de su pa¨ªs, Ursula von der Leyen, de copiar ideas y citas de otras personas en la tesis que la convirti¨® en 1991 en doctora en Medicina por la Universidad de Hannover. Antes hab¨ªa denunciado los plagios que introdujeron en sus tesis doctorales otras figuras de relevancia social, como Veronica Sass ¡ªla hija del excandidato a canciller Edmund Stoiber¡ª, o la exministra de Educaci¨®n Annette Schavan. Su trabajo de sabueso fue en esos casos tan fino que ambas terminaron renunciando a sus t¨ªtulos. Tambi¨¦n pill¨® apropiaciones indebidas en las tesis del Franz Walter Steinmeier, el ministro de Exteriores, y de Norbert Lammert, presidente del Bundestag, pero sus denuncias, seg¨²n cuenta, no llegaron ¡°en una ¨¦poca apropiada¡±.
El concepto ¡°corta y pega¡± se ha impuesto en la ¨¦poca de las nuevas tecnolog¨ªas. Nada resulta hoy m¨¢s f¨¢cil que husmear en los inmensos cajones disponibles en el universo digital, tomar prestado lo que haga falta y ponerlo en otro sitio; eso s¨ª, como si fuera cosa propia. Copian los alumnos, los profesores, los pol¨ªticos, los periodistas: copia, en fin, quien necesita pasar por m¨¢s listo de lo que es.
Sea cual fuere el m¨¦todo utilizado para ¡°inspirarse¡± en sus tesis doctorales ¡ªel ¡°corta y pega¡± o los servicios de un escribano, el llamado negro por estos pagos¡ª, en Alemania los ojos de Martin Heidingsfelder no dejan pasar una. En Espa?a, en cambio, no han existido muchos esc¨¢ndalos de semejante calibre en asuntos acad¨¦micos: no se sabe si porque aqu¨ª se impone la decencia o porque, en el fondo, a nadie le importa un r¨¢bano que las altas autoridades presuman de sus saberes.
Donde s¨ª ha habido plagios sonados ha sido en el mundo de la literatura. Am¨¦n de otros nombres c¨¦lebres, el caso m¨¢s llamativo es el del Premio Nobel Camilo Jos¨¦ Cela: se le acusa de que La cruz de San Andr¨¦s tiene muchos parecidos con una novela de Carmen Formoso, Carmen, Carmela, Carmi?a. La causa sigue abierta.
Ahora le ha tocado el turno a Reyes Monforte, que gan¨® con Una pasi¨®n rusa el ¨²ltimo Premio de Novela Hist¨®rica Alfonso X el Sabio. Cuenta ah¨ª la relaci¨®n de Sergu¨¦i Prok¨®fiev con la cantante Lina Codina. Valentina Chemberdj¨ª, que public¨® un libro sobre esta mujer que termin¨® en el gulag, y un nieto del compositor han encontrado notables coincidencias entre aquel texto y la novela premiada. Habr¨¢ que ver d¨®nde para la cosa y qu¨¦ hay de cierto en las denuncias. El caso es que nadie inventa de la nada y que, ya sea en una tesis doctoral o en una novela, siempre hay deudas con trabajos anteriores. Si no se reconocen, y se hacen expl¨ªcitos, siempre habr¨¢ minuciosos investigadores, como Martin Heidingsfelder, que descubran el embrollo.
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