Tracoma: la ceguera del tercer mundo
La ausencia de una vacuna hace que la prevenci¨®n, el diagn¨®stico precoz y el tratamiento con antibi¨®ticos sean la ¨²nica forma de evitar la ceguera irreversible de millones de personas
El 90% de las personas con discapacidad visual viven en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). A pesar de que algunas de estas enfermedades son comunes tanto en el Norte como en el Sur, como las cataratas o el glaucoma, tienen m¨¢s incidencia en los pa¨ªses con un menor ¨ªndice de desarrollo humano (IDH). La desnutrici¨®n, el trabajo al aire libre con viento, arena o polvo, la excesiva exposici¨®n al sol sin la protecci¨®n adecuada y la ausencia de una cobertura sanitaria oftalmol¨®gica b¨¢sica son las causas principales de esta diferencia. Pero tambi¨¦n hay enfermedades que son propiamente end¨¦micas de los pa¨ªses pobres. Esto es debido a una desigual evoluci¨®n en las condiciones de vida de la poblaci¨®n entre dichas regiones y los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Una de estas es el tracoma, que es una infecci¨®n ocular prevenible que deriva en una ceguera cr¨®nica si no es tratada a tiempo. Est¨¢ causada por los serotipos A, B, Ba y C de la Chlamydia trachomatis, una bacteria intracelular obligada que afecta s¨®lo a humanos. Se trata de una inflamaci¨®n de la conjuntiva, la membrana mucosa trasparente que tapiza y lubrica los ojos, que hace que los p¨¢rpados se doblen hacia dentro y que las pesta?as rocen el globo ocular (enfermedad llamada triquiasis). Esto produce un dolor intenso y la ulceraci¨®n de la c¨®rnea, lo que ocasiona la p¨¦rdida irreversible de la visi¨®n tras a?os de infecciones repetidas.
La trasmisi¨®n del tracoma se produce por contacto directo con secreciones oculares de personas infectadas. Generalmente esto sucede al compartir objetos de higiene personal como toallas o pa?uelos y despu¨¦s frotarse los ojos con los dedos, pero las moscas tambi¨¦n son un importante vector de propagaci¨®n de la bacteria. La infecci¨®n est¨¢ estrechamente relacionada con entornos de extrema pobreza donde la higiene personal no es adecuada, con hogares hacinados, en zonas ¨¢ridas donde el acceso al agua es muy dif¨ªcil y que no cuentan con instalaciones de saneamiento.
En estos ambientes las personas afectadas no disponen de un sistema sanitario de calidad al que acudir y no pueden permitirse pagar el desplazamiento hasta el hospital m¨¢s cercano, por lo que no reciben el tratamiento cuando la inflamaci¨®n todav¨ªa es prevenible. Adem¨¢s, para mitigar el dolor que les causa la triquiasis en muchas ocasiones se arrancan las pesta?as equivocadamente. ?stas al volver a crecer son m¨¢s peque?as y puntiagudas, lo que agrava la cicatrizaci¨®n de la c¨®rnea y acelera la ceguera.
La concienciaci¨®n es fundamental en? comunidades con pocos recursos para evitar la propagaci¨®n de la bacteria evitar reinfecciones
Los m¨¢s vulnerables a la infecci¨®n son los ni?os. Desde una edad muy temprana (en ¨¦poca lactante) comienzan a tener los primeros s¨ªntomas: congesti¨®n, irritaci¨®n de los ojos y lagrimeo cursan como una conjuntivitis normal pero su recurrencia a lo largo de los a?os va produciendo las temidas cicatrices en la conjuntiva cuyas fat¨ªdicas consecuencias aparecen cuando ya son j¨®venes adultos. Las mujeres tambi¨¦n son otro colectivo especialmente vulnerable al tracoma. Al tener un mayor contacto con los ni?os, que son el principal reservorio de la infecci¨®n, se encuentran m¨¢s expuestas y desprotegidas. Tanto es as¨ª que el n¨²mero de casos de mujeres ciegas llega a triplicar al de los hombres.
Seg¨²n la OMS, el tracoma es end¨¦mico en 51 pa¨ªses y hoy en d¨ªa y est¨¢ presente en casi todos los lugares m¨¢s pobres del planeta: zonas rurales de ?frica, Oriente Medio, Asia o America Central y del Sur, aunque curiosamente tambi¨¦n afecta a los abor¨ªgenes australianos. Inicialmente tambi¨¦n estuvo presente en Europa y Norteam¨¦rica pero fue erradicado a principios del siglo XX gracias a las mejoras en las costumbres higi¨¦nico-sanitarias de la poblaci¨®n. Por esta raz¨®n, la prevenci¨®n se centra en la educaci¨®n sobre la correcta higiene personal, sobre todo en el lavado de la cara, y en la implementaci¨®n de mejoras ambientales.
La concienciaci¨®n sobre la salud ocular es fundamental en estas comunidades no s¨®lo para evitar la propagaci¨®n de la bacteria sino tambi¨¦n porque aquellas personas que ya han sido tratadas de tracoma pueden volver a infectarse si no tienen cuidado. Pero para ello tambi¨¦n es fundamental proporcionar a dichas comunidades acceso a agua potable y a instalaciones de saneamiento adecuadas. No se les puede pedir que adquieran buenos h¨¢bitos higi¨¦nicos si no se les proporcionan las herramientas para desarrollarlos. El agua es esencial para mantener la higiene personal por motivos evidentes, pero medidas como la construcci¨®n de letrinas tambi¨¦n contribuyen a interrumpir la propagaci¨®n de la bacteria, ya que al eliminar las heces del entorno se reduce el n¨²mero de moscas presentes en el ambiente.
En cuanto al tratamiento, lo prioritario debe ser diagnosticar los casos de tracoma lo antes posible para poder tratarlos con antibi¨®ticos antes de que se produzcan la cicatrizaci¨®n y las deformidades de los p¨¢rpados (la medicaci¨®n con azitromicina tiene un pron¨®stico excelente de recuperaci¨®n). Pero esto s¨®lo es posible si las comunidades cuentan con un sistema de salud accesible y de calidad, algo que en muchos casos no sucede. Si finalmente no se detecta a tiempo y se producen la inversi¨®n de las pesta?as y las ¨²lceras en los ojos, s¨®lo cabe recurrir a la cirug¨ªa. Aunque la operaci¨®n quir¨²rgica no cura por lo menos evita que la ceguera empeore.
El 90% de las personas con discapacidad visual viven en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo
Derechos universales como el acceso a agua potable, la educaci¨®n, la sanidad o a vivir en hogares sin hacinamiento son la ¨²nica v¨ªa que los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo tienen para erradicar enfermedades e infecciones como el tracoma, que afectan a sus ciudadanos por las condiciones de pobreza en que viven.
Adem¨¢s de las consecuencias directas en la salud, no debemos olvidar las repercusiones sociales que ocasiona el tracoma. Las personas ciegas en muchas ocasiones pierden el trabajo y sus comunidades no est¨¢n estructuradas para su integraci¨®n, de forma que se ven abocadas a la mendicidad en un contexto de limitados recursos econ¨®micos. La marginaci¨®n y el olvido son a d¨ªa de hoy su ¨²nica alternativa.
Sin embargo, esta situaci¨®n es combatible. Con el apoyo de la comunidad internacional, el n¨²mero de personas afectadas por el tracoma en el mundo ha pasado de 360 millones en 1985 a aproximadamente 80 millones en la actualidad, seg¨²n datos de la OMS. Esto demuestra que las actuaciones de la OMS y de las organizaciones no gubernamentales poniendo en pr¨¢ctica la estrategia SAFE de tratamiento y prevenci¨®n del tracoma dan buenos resultados. Pero, aunque con los a?os se ha reducido much¨ªsimo, la cifra de afectados sigue siendo inaceptable y se estima que 232 millones de personas viven todav¨ªa expuestas a la infecci¨®n. Disponemos de los medios, de la experiencia y de la motivaci¨®n. S¨®lo nos falta convencernos a nosotros mismos de que cada granito de arena cuenta para mejorar la salud de los m¨¢s desfavorecidos.
En 1997 la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) crea y lidera una alianza publico-privada cuyo objetivo es la eliminaci¨®n mundial del tracoma para el a?o 2020 (GET 2020, con sus siglas en ingl¨¦s). Esta iniciativa se centra en la implementaci¨®n de la llamada estrategia SAFE, que consta de cuatro ¨¢mbitos de actuaci¨®n: cirug¨ªa para los p¨¢rpados invertidos, antibi¨®ticos para la infecci¨®n, higiene facial para prevenir la transmisi¨®n, y mejora del acceso al agua y saneamiento. Los primeros pa¨ªses que erradicaron el tracoma gracias a esta campa?a fueron Marruecos, M¨¦xico y Om¨¢n.
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