Puesta al d¨ªa
Somos los m¨¢s modernos con nuestros ministros con mando en f¨¢brica, y con nuestros cat¨®licos m¨¢s consumados
La antig¨¹edad de las instituciones marca unas veces su irremediable ca¨ªda, pero otras marca tambi¨¦n que todav¨ªa tienen una gran vitalidad. Los empleados de Volkswagen en Espa?a han demostrado estar a la cola de Europa en lo suyo, que es mantener el empleo en una reivindicaci¨®n acordada con los compa?eros: es lo que antes se llamaba lucha sindical. Cuando las empresas ten¨ªan un car¨¢cter transnacional, los sindicatos tend¨ªan a unificar las peticiones laborales.
El ministro de Industria, Jos¨¦ Manuel Soria, lo que hace es defender su puesto de trabajo, y lo hace bien, porque es lo que le toca. ?l va a Alemania a ver al jefe, y le dice esa frase tan de subjefe: ¡°?Qu¨¦ hay de lo m¨ªo?¡±. Y ha tenido suerte, y lo suyo ha quedado mejor de lo que esperaba. Eso quiere decir que ministros va a seguir habiendo, y en todos los pa¨ªses, para que a los presidentes de Volkswagen o Apple o algunos pocos m¨¢s les pongan a alguien con mucho mando que pueda garantizar a la f¨¢brica del jefe que va a tener obediencia.
En la misma l¨ªnea, la Asociaci¨®n Espa?ola de Abogados Cristianos ha decidido poner una querella contra los padres de la ni?a Andrea por haber truncado su carrera al sufrimiento santificador.
Y van los sindicatos espa?oles, en este caso los que fueron m¨¢s combativos, los del metal, y echan las campanas al vuelo porque de lo nuestro no se va a tocar nada. Las inversiones en Espa?a van a seguir igual. Menos mal que no hay que distinguir todav¨ªa entre la Landaben y Martorell. Nos da lo mismo qu¨¦ va a pasar a cien kil¨®metros, en Francia.
Somos los m¨¢s modernos con nuestros ministros con mando en f¨¢brica, y con nuestros cat¨®licos m¨¢s consumados, pero la actitud de nuestros sindicalistas del metal anuncia ya que eso va a ir mal, que los afiliados van a reivindicar menos que la planta de novedades de El Corte Ingl¨¦s.
Los empleados (antes los obreros no quer¨ªan que les llamaran eso) de las f¨¢bricas de coches han cambiado. Por ejemplo, hubo unos a?os en que en las huelgas de la Ford Espa?a, las cadenas de montaje se acababan con un tipo armado de un mazo. Obviamente, el tipo destrozaba el trabajo acabado por todos sus predecesores en la cadena. Ni una cosa ni la otra.
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