Malaria, ?estamos realmente en el buen camino?
Hacemos un llamamiento a los investigadores para que sigan desarrollando nuevos medicamentos eficaces, y as¨ª poder tener un respaldo terap¨¦utico contra las resistencias
Hace dos semanas le¨ª un art¨ªculo publicado en Planeta Futuro, La Malaria, por el buen camino, donde se expon¨ªan los grandes avances que se han hecho en la lucha contra la enfermedad en los ¨²ltimos a?os. Los m¨¢s destacables: el objetivo de disminuci¨®n de la malaria se ha cumplido con creces entre 2000 y 2015 (y la meta para los pr¨®ximos 15 a?os es reducirla un 90%); las tasas de mortalidad global han ca¨ªdo un 60% y se ha producido una gran inversi¨®n con fondos dedicados a frenar la enfermedad. Asimismo, un mejor diagn¨®stico y tratamiento, para reducir la severidad de los casos o la muerte, as¨ª como la distribuci¨®n de mosquiteras impregnadas con insecticida de larga duraci¨®n, han sido claves en este ¨¦xito.
Esta semana hemos recibido otra buena noticia: el premio Nobel de Medicina reconoce las investigaciones Youyou Tu. La cient¨ªfica china dio un giro a la historia de la malaria con la introducci¨®n de los tratamientos a base de artemisinina, los m¨¢s eficaces que existen ahora mismo. El premio nos permite echar la vista atr¨¢s para recordar c¨®mo hemos hecho frente a la malaria y analizar si realmente vamos en la direcci¨®n correcta.
En los a?os 60, la malaria se trataba con cloroquina y quinina, y m¨¢s adelante con sulfadoxina-pirimetamina (o Fansidar?). Todos estos tratamientos fueron perdiendo eficacia a lo largo de los a?os. Las primeras cepas de par¨¢sitos resistentes a estos f¨¢rmacos se detectaron en la regi¨®n del Mekong, en Camboya, Myanmar y Tailandia. Pero lo peor es que, poco a poco, este fen¨®meno se expandi¨® desde esta zona de Asia hasta Am¨¦rica y se replic¨® en la regi¨®n del planeta m¨¢s afectada por la malaria: ?frica subsahariana.
A finales de esta d¨¦cada, Youyou Tu consigui¨® extraer de una planta china (llamada artemisia annua) uno de los tratamientos m¨¢s revolucionarios para la lucha contra la malaria, y logr¨® producir un componente activo eficaz contra el par¨¢sito que produce la enfermedad tanto en animales como en humanos, llamado artemisinina.
Todav¨ªa hay pa¨ªses de alta transmisi¨®n, ¨¢reas en conflicto, y zonas apartadas y pobres donde los ni?os pueden sufrir entre seis y ocho episodios de malaria al a?o
Este tratamiento lograba eliminar los par¨¢sitos de la sangre de los enfermos r¨¢pidamente. Adem¨¢s, para evitar que el fen¨®meno de las resistencias se repitiera en un f¨¢rmaco tan eficaz, la artemisinina se comenz¨® a combinar con otras mol¨¦culas que segu¨ªan eliminando los par¨¢sitos que quedaban en el organismo durante m¨¢s tiempo y as¨ª, curar definitivamente a los enfermos. Estos nuevos tratamientos orales combinados ¨Cconocidos como terapias combinadas con artemisinina o TCA¨C se administraban durante solo tres d¨ªas y los pacientes se recuperaban con celeridad.
En ese momento, muchos investigadores y tambi¨¦n M¨¦dicos sin Fronteras comenzaron a comparar la eficacia de los distintos tratamientos en muchos pa¨ªses. La conclusi¨®n fue clara: la eficacia de la TCA era superior a los medicamentos anteriores. Tras todos esos a?os de evidencia cient¨ªfica, comenzamos a instar a los Gobiernos y Ministerios de Salud de los pa¨ªses africanos m¨¢s afectados por la malaria a cambiar sus protocolos por aquellos que realmente funcionaban. Todav¨ªa recuerdo lo dif¨ªcil que fue convencer a las autoridades de Kabalo, en la provincia de Katanga en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), para que cambiaran el protocolo tras un estudio que hicimos en la zona. Lo conseguimos. Era el a?o 2003.
Entre 2000 y 2015, casi todos los pa¨ªses han ido cambiando progresivamente sus gu¨ªas cl¨ªnicas y protocolos de tratamiento de malaria en ?frica, donde se concentra el 90% de los casos del mundo. En este tiempo, el buen manejo de casos ha tenido el impacto buscado: han bajado much¨ªsimo las cifras de afectados y se ha conseguido un gran impacto en la reducci¨®n de la mortalidad (un 60%, seg¨²n datos estimados).
La ¨²ltima revoluci¨®n lleg¨® en 2010, cuando se recomend¨® la utilizaci¨®n de otro derivado de la artemisinina para el tratamiento de la malaria severa: el artesunato inyectable, que curaba de una manera mucho m¨¢s r¨¢pida y eficaz a los ni?os ingresados que llegaban graves al hospital. Este medicamento era mucho m¨¢s sencillo de utilizar y ten¨ªa menos efectos secundarios que la quinina endovenosa.
Todo ello se ha podido poner en marcha en los pa¨ªses afectados y en los proyectos donde trabajamos gracias a la investigaci¨®n que realiz¨® Youyou Tu, as¨ª que celebramos que el comit¨¦ del Nobel haya reconocido esta semana su trabajo.
Desafortunadamente hace ya unos a?os se han descrito cepas de par¨¢sitos resistentes a este medicamento en la zona del Mekong
Pero, aun sin dejar de ser optimista, nos queda mucho por hacer. Pese al entusiasmo generalizado de los distintos organismos ¨Cque est¨¢n aunando esfuerzos para seguir implementando herramientas preventivas y curativas con fondos internacionales para los pr¨®ximos a?os, gracias al Plan de Eliminaci¨®n de la Malaria 2040¨C todav¨ªa hay pa¨ªses de alta transmisi¨®n, ¨¢reas en conflicto, y zonas apartadas y pobres donde los ni?os pueden sufrir entre seis y ocho episodios de malaria al a?o.
En pa¨ªses como RDC, Rep¨²blica Centroafricana o Sudan del Sur, los equipos de M¨¦dicos sin Fronteras son testigos de la ausencia de estos medicamentos en centros de salud remotos. Trabajamos en zonas donde pese a estar presentes, los pacientes siguen muriendo porque llegan demasiado tarde o simplemente no acceden a los centros y mueren en sus casas. En los ¨²ltimos a?os, hemos visto un aumento de casos, epidemias y emergencias de malaria en estos contextos. La falta de acceso al tratamiento es una de las causas que provocan estos brotes, entre otros factores m¨¢s complejos (climatol¨®gicos, ambientales o relacionados con el vector) y el conflicto.
La artemisinina ha supuesto un gran descubrimiento e hito para el abordaje de la malaria, pero desafortunadamente hace ya unos a?os se han descrito cepas de par¨¢sitos resistentes a este medicamento en la misma zona del Mekong donde aparecieron las resistencias anteriores f¨¢rmacos. La comunidad cient¨ªfica teme que la historia se repita. Una gran amenaza que nos obliga a seguir comprobando la eficacia de la TCA en ?frica. Por eso, tenemos que hacer un llamamiento a los investigadores para que sigan desarrollando nuevos medicamentos tan eficaces, y as¨ª poder tener un respaldo terap¨¦utico en caso que lleguen las temidas resistencias. Tambi¨¦n hay que seguir luchando para que pa¨ªses y donantes se comprometan a hacer un buen control de la enfermedad, empleando todas las herramientas que existen a nivel curativo y preventivo, as¨ª como todos los elementos para poder eliminar la malaria.
Ser¨¢ entonces cuando estaremos en el buen camino.
Nines Lima es especialista en enfermedades tropicales de M¨¦dicos sin Fronteras.
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