Los humanos modernos no duermen menos que los primitivos
Un estudio sobre las pautas de sue?o en sociedades actuales aisladas y sin luz artificial muestra que duermen de media 6,4 horas, una cifra similar al de las sociedades industriales
Se suele creer que la tecnolog¨ªa nos ha estropeado el sue?o. La luz artificial y entretenimientos como la televisi¨®n o internet habr¨ªan echado a perder la sana sincronizaci¨®n entre nuestros horarios y los ciclos de la noche y el d¨ªa que disfrut¨¢bamos en tiempos preindustriales. Sin embargo, es posible que esa idea que parece tan razonable no se ajuste a la realidad.
Para comprobar si esta hip¨®tesis es cierta, un grupo de investigadores de EE UU y Sud¨¢frica se lanz¨® a estudiar el sue?o en tribus m¨¢s o menos aisladas, que viven de un modo similar al que lo habr¨ªan hecho nuestros ancestros. Para tratar de que el modelo actual se pareciese lo m¨¢s posible al entorno en el que surgi¨® la especie humana, en la regi¨®n tropical de ?frica oriental, los investigadores eligieron poblaciones que viven hoy en esa misma regi¨®n: los Hadza de Tanzania y los San de Namibia. Adem¨¢s, con el fin de evitar confundir el estado natural con una forma de vida surgida en esas tribus en tiempos modernos, se estudi¨® tambi¨¦n a los Tsimane, en otro lugar (en concreto, Bolivia). Los investigadores analizaron las pautas de sue?o de 94 personas durante 1.165 d¨ªas.
El estudio, que se publica hoy en la revista Current Biology, produjo resultados que pueden resultar sorprendentes. Por un lado, con un tiempo de sue?o de 6,4 horas de media, no duermen m¨¢s que los habitantes de sociedades modernas. Adem¨¢s, entre los voluntarios del estudio tampoco eran frecuentes las siestas. En muchas ocasiones, se ha planteado que esta pr¨¢ctica habr¨ªa desaparecido como fruto de la vida moderna y sus horarios estresantes.
El an¨¢lisis tambi¨¦n mostr¨® que las pautas de sue?o de estas poblaciones aisladas separadas por miles de kil¨®metros eran muy similares. A diferencia de las personas que viven en poblaciones actuales, en las que es frecuente permanecer en la cama despu¨¦s del amanecer, los individuos de las tribus estudiadas siempre se despertaban antes de la salida del Sol. Solo los San durante el verano se saltaban esa norma.
Otro de los aspectos observados por los cient¨ªficos es que, m¨¢s que con la luz y la oscuridad, el sue?o tiene que ver con la temperatura. Las tribus de cazadores-recolectores estudiadas dorm¨ªan de media casi una hora m¨¢s durante el invierno y se echaban a dormir unas tres horas despu¨¦s de anochecer, cuando se produce un descenso progresivo de la temperatura. Los responsables del estudio plantean que la relaci¨®n entre la bajada de temperatura, el sue?o y el descenso de temperatura corporal cuando dormimos pudo ser un sistema incentivado por la evoluci¨®n para ahorrar energ¨ªa durante la noche.
Hasta los tiempos modernos, los europeos dorm¨ªan en dos partes, con una interrupci¨®n en la que rezaban, ten¨ªan sexo o practicaban todo tipo de actividades
Estas diferencias en el n¨²mero de horas de sue?o entre invierno y verano son otro de los aspectos que separan a las sociedades tradicionales y las modernas, probablemente porque en la actualidad se suele vivir en casas con la temperatura acondicionada artificialmente. Los investigadores consideran que es posible que este sea el motivo de que en las poblaciones africanas o americanas observadas no haya problemas de insomnio. En los entornos modernos, el cuerpo se ve obligado a enfriarse ¡°artificialmente¡± hasta alcanzar la menor temperatura que llega con el sue?o.
Los investigadores, liderados por Jerome Siegel, de la Universidad de California en Los ?ngeles, tambi¨¦n plantean que su trabajo pone en contexto algunos resultados como el del historiador del sue?o de la Universidad Virginia Tech en EE UU Roger Ekirch. Seg¨²n los datos hist¨®ricos recogidos por Ekirch, hasta los tiempos modernos, los europeos dorm¨ªan en dos partes, con una interrupci¨®n en la que rezaban, ten¨ªan sexo o practicaban todo tipo de actividades. Siegel y sus colegas comentan que esta forma de dormir por fasc¨ªculos puede ser consecuencia de que las noches del invierno son mucho m¨¢s largas durante el invierno en latitudes septentrionales. Con este criterio, la tecnolog¨ªa, m¨¢s que fastidiarnos las pautas del sue?o, las habr¨ªan devuelto a su estado natural, el que evolucion¨® en ?frica, cerca del ecuador, con unas condiciones de luz y temperaturas m¨¢s homog¨¦neas a lo largo del a?o que en Europa.
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