La destilaci¨®n gen¨¦tica
Johann Sebastian Bach pertenec¨ªa a una numerosa familia de m¨²sicos que durante varias generaciones fueron depurando sus talentos
La obra de Johann Sebastian Bach es un ejemplo, m¨¢s bien una evidencia, quiz¨¢ ¨²nica en la historia del arte, de un fen¨®meno que se me ocurre llamar destilaci¨®n gen¨¦tica. Bach pertenec¨ªa a una numerosa familia de m¨²sicos, todos apellidados como ¨¦l, que durante varias generaciones fueron depurando sus talentos, separando los materiales vol¨¢tiles de su m¨²sica de los no vol¨¢tiles, hasta llegar al estado de pureza que cualquiera puede apreciar hoy en los conciertos, o en las cantatas, o en las misas luteranas de Johann Sebastian.
No es que los otros m¨²sicos Bach no fueran competentes, sucede que les faltaba cierto porcentaje de destilaci¨®n.
El fen¨®meno es asombroso, si nos atenemos a la cuenta que, de su proceso de destilaci¨®n, hac¨ªa el mismo Johann Sebastian: antes de ¨¦l hubo 53 m¨²sicos con su mismo apellido, todos parientes y todos nacidos en los alrededores de los bosques de Turingia. Este numeroso clan estaba compuesto por m¨²sicos de pueblo, que tocaban en fiestas o en la calle, o, en el caso de los m¨¢s talentosos, eran reclutados como m¨²sicos de la corte o como directores de la academia de m¨²sica.
Johann Christoph, el hermano mayor, era un excelente m¨²sico que hubiera sido mucho m¨¢s importante sin la apabullante sombra de Johann Sebastian, que empezaba justamente en el ¡°Johann¡± que el padre, tambi¨¦n m¨²sico y un poco desaprensivo, les hab¨ªa puesto a los dos. Aunque la verdad es que no sabremos nunca si fue gracias al flanco beneficioso de esa sombra perniciosa que Johann Christoph logr¨® colar parte de su obra hasta el siglo XXI. Toda desgracia tiene su contraparte de gracia.
El clan de los Bach era descaradamente nepotista, era una mafia que controlaba, para los suyos, todos los empleos musicales de la regi¨®n, y quedaban excluidos aquellos m¨²sicos que purgaban la infausta soledad gen¨¦tica de no apellidarse as¨ª.
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